¿Cómo reinventar un clásico infantil? Disney ha resuelto esa interrogante aplicando una fórmula con extrema disciplina: no moverse del marco establecido por la película original y fichar a grandes estrellas para darle vida a los personajes animados. Mal no le ha ido, porque vienen en camino Blancanieves, una precuela de El rey león y Hércules, y esa es desde hace un buen rato parte clave de su negocio.

En paralelo, un grupo de cineastas británicos irrumpe con otro tipo de ideas. Unidos en una compañía especializada en filmes de terror de bajo presupuesto (Jagged Edge Productions), el director Rhys Frake-Waterfield y el productor Scott Jeffrey se pusieron manos a la obra con una retorcida adaptación de un ícono de la infancia: Winnie the Pooh, el oso antropomórfico que el autor inglés A. A. Milne creó en los años 20 y que Disney popularizó más tarde en la pantalla.

El libro escrito por Milne -e ilustrado por Ernest H. Shepard- en 1926 entró en dominio público en 2022, por lo que, sin necesidad de pagar ni un peso a nadie, cualquier persona puede darle difusión a la obra literaria. Eso incluye la creación de un largometraje inspirado en los personajes de la historia, como es el caso de Winnie the Pooh: Miel y sangre.

Con fecha de estreno para este jueves en cines chilenos, la cinta se plantea como un slasher que reimagina al oso y a Piglet como dos asesinos. Tras haber sido abandonados por Christopher Robin, quien se dirigió a la universidad, ambas criaturas han tenido una vida dura y merodean buscando a nuevas presas.

Su Pooh está comiendo miel, el nuestro está atropellando a personas en auto”, sintetizó el realizador en entrevista con The Hollywood Reporter.

Las primeras imágenes empezaron a circular en mayo de 2022, fascinando a muchos e irritando a unos cuantos. Una pregunta quedó dando vueltas: ¿se trata de humanos disfrazados como animales? Mal que mal, hay dos actores interpretando a los protagonistas (Craig David Dowsett a Winnie y Chris Cordell a Piglet).

“Tiene una mezcla de órganos humanos y sangre, pero también hay pelusa (dentro) de él”, dijo con humor Frake-Waterfield a Variety, agregando que “el tono de la película es simplemente divertido y tiene un poco de sátira”.

El director se inspiró en Michael Myers, el implacable asesino de la saga Halloween, aunque contó con un presupuesto más limitado que cualquiera de las películas de esa franquicia. Winnie the Pooh: Miel y sangre se filmó durante diez días en Inglaterra y no contó con grandes figuras en su reparto. De todos modos, representó un esfuerzo significativo para la productora: el presupuesto de sus filmes suele rondar los US$ 30 mil y su nueva cinta habría costado una cifra mayor.

El pasado 26 de enero la película se estrenó en México, donde ya ha superado el US$ 1 millón en recaudación y tuvo una concurrida avant premiere con todo su equipo. Este viernes se lanza en Estados Unidos y los productores apuntan a recuperar su presupuesto con creces.

Debido a la altas expectativas de un sector del público, ya trazan las primeras ideas de producciones sobre otras figuras de similar arrastre. Entre ellas están Tinker Bell (o Campanita) como una mujer obesa y rehabilitada por drogas, y Bambi como una máquina de matar.

La idea es que vamos a tratar de imaginar que todos están en el mismo mundo, para que podamos realizar crossovers. La gente ha estado enviando mensajes diciendo que realmente quieren ver a Bambi contra Pooh”, señaló el director a The Hollywood Reporter, aclarando que tienen su mirada puesta en “ideas que no están ligadas a Disney, montones de viejos cuentos de hadas y leyendas urbanas, conceptos que son sinónimos de tu infancia”.

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