Todo transcurre en una sola locación. El único contacto del protagonista con el mundo son las clases que imparte a través internet –sin encender su cámara– y su interacción con un puñado de personajes que llegan a su domicilio ocasionalmente. Uno de ellos es un repartidor de comida al que nunca ha salido a recibir a la puerta.
La ballena (The whale) se mueve al compás de ese hombre, Charlie, y de una crisis que abarca múltiples planos. Lo carcome el arrepentimiento, la pérdida de su pareja y la dañada relación con su hija (Sadie Sink), al tiempo que su salud se deteriora rápidamente debido a que padece obesidad mórbida.
El casting de ese papel era de alta exigencia: implicaba buscar a un actor que acompañara el viaje emocional del rol y que, tras un cuidado y exhaustivo trabajo técnico, luciera convincente como un tipo de más de 270 kilos, como dictaba la obra de teatro en que se basa la cinta. “Pensé en todas las estrellas de cine como Charlie y nunca tuvo sentido ni funcionó”, señaló el director Darren Aronofsky a la revista Vanity Fair.
El realizador terminó eligiendo a Brendan Fraser, quien gracias a series como The affair y Trust estaba en pleno resurgimiento de su carrera. El proyecto se anunció a comienzos de 2021, cuando el mundo se asomaba a su segundo año de pandemia, por lo que se redobló la demanda tanto para las filmaciones como para la preparación.
En la previa el rodaje, Aronofsky contactó al diseñador de prótesis Adrien Morot para que se encargara de la transformación física del protagonista. Tras haber colaborado en tres ocasiones previas (La fuente de la vida, Noé, ¡Madre!), consideraba que era la persona más idónea para ayudar a convertir al intérprete en Charlie.
Debido a las restricciones de la pandemia, no podía contar con Fraser durante una jornada para realizar un molde de su cuerpo, el procedimiento habitual en su rubro. La solución que encontraron fue enviar a uno de sus colegas a la casa del actor para escanearlo con un iPad.
En un invento que algunos aseguran podría revolucionar la industria, Morot usó la tecnología de impresión 3D para crear un traje de silicona basado en esas imágenes, un traje desmontable que se adhería perfectamente a la piel del intérprete. En vez de esculpir con sofisticados utensilios, lo creó empleando las herramientas digitales a disposición.
“Ya no es una escultura. Es casi como un mapeo de texturas, por lo que es exactamente como se verán las arrugas humanas, hasta los poros. Es un nivel de precisión completamente inigualable a todo lo que se ha hecho antes”, explicó el profesional a Deadline sobre una labor que le tomó 12 semanas y que se acompañó de una discreta aplicación de viejos trucos de maquillaje y algunos imperceptibles efectos visuales.
La trastienda señala que cada brazo del traje pesaba 11 kilos, y cada pierna, 18. Dependiendo de la escena que estuvieran filmando, el traje completo pesaba entre 22 y 136 kilos, lo que provocó que al terminar el rodaje el protagonista sufriera de vértigo.
A diario tardaban entre cinco y seis horas en transformarlo en Charlie, y si quería ir al baño debía avisar con 45 minutos de anticipación, porque quitárselo requería movilizar a todo un contingente. En tanto, al almuerzo se podía remover uno de sus brazos para que pudiera comer cómodamente. “Aprendí rápidamente que se necesita una persona increíblemente fuerte dentro de ese cuerpo para ser esa persona”, indicó Fraser.
En la opinión de Morot, “no puedo imaginar a nadie más que Brendan haciendo un mejor trabajo al transmitir la gama de emociones requeridas en ese guión. Mi único trabajo era hacer mi labor con la mayor precisión y respeto posible”.
Hoy tanto el diseñador de prótesis como el intérprete son candidatos a los Premios Oscar y podrían lograr sus primeras estatuillas doradas en la ceremonia del próximo 12 de marzo. Un reconocimiento a una labor silenciosa e impresionante.
*A partir de hoy la película tiene funciones de preestreno en Cinépolis La Reina, Cinépolis Parque Arauco, Cinépolis Vivo Imperio, Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt, Cinemark Alto Las Condes, Cine El Biógrafo y Cine Arte Normandie. Su estreno local está programado para el jueves 2 de marzo