“Estoy un poco nerviosa”, confesaba Karol G a pocos minutos de iniciar su rueda de prensa, a la que asistió Culto, en uno de los salones del señero Hotel Sheraton Miramar. Con su pelo rojo (marcando una nueva etapa) y con ceñido vestido blanco, ya está totalmente instalada en Viña, donde será el número de apertura del regreso del Festival de la Canción tras dos años sin hacerse.
Es que los nervios de la “Bichota” tienen asidero. Solo en Chile suma 3,5 billones de reproducciones en las plataformas de streaming musical; en Argentina, 6,6, dando una friolera cifra de más de 10 billones de reproducciones solo en el cono sur. No es raro entonces que a las afueras del Hotel, en la mañana, se desatara una locura de fanáticos y fanáticas gritando su nombre. Como sabemos, Chile es tierra fértil para la música urbana.
Parte del vínculo de la colombiana con nuestro país se asienta en la admiración que siente por Myriam Hernández, acaso la baladista romántica nacional por excelencia. “(Soy) Fanática de toda la vida de Myriam Hernández. Las personas que me conocen saben que soy melómana, conocedora de la música de todos los estilos y géneros”. Sin embargo, jugó al misterio cuando se le consultó por la posibilidad de que la mujer de Herida cante con ella en la Quinta Vergara. “Si me la encuentro por ahí tendré la oportunidad de preguntarle a ver si se anima a cantar conmigo”.
Además, es un músico chileno quien las oficia de director musical de su banda de apoyo, Roberto Trujillo, el sobrino de Valentín. “Es el director desde hace 3 o 4 años. Con él he cumplido muchos sueños y hemos logrado cosas increíbles para mi equipo. Chile es especial para mí, no sé qué tiene Chile, pero durante los conciertos se escuchan demasiado los gritos, la euforia, la energía del público (chileno). Hemos hablado con otros artistas sobre cuál es el lugar donde más te gusta cantar, donde se siente la vibra, siempre todos tienen algo que decir de Chile”.
Pero tal como fue el dueto con Myriam Hernández, Karol G tampoco se jugó al ser consultada sobre la comentada (y filtrada) colaboración con Shakira, que estaría incluida en su nuevo álbum Mañana será bonito, el que sale a las plataformas digitales el próximo 24 de febrero. La canción en cuestión se llama TGQ, y claro, habla de una despedida. Al consultarle, la oriunda de Medellín se limitó a sonreír y contestó: “¿Qué puedo decir?, ¿Qué puedo decir? es que todavía no es un hecho. La gente empezó a especular con esta colaboración”.
De todos modos, igual reveló un punto que abre espacio al comidillo: “Tengo que decir que desde el año pasado estamos mucho más cercanas a lo que queríamos hacer juntas, a conversar muchísimo más, a compartir muchísimas más ideas. Déjense sorprender, tengo muchas cosas muy bonitas planeadas para contar esta semana, así que te la voy a guardar un poquito más”.
Karolmanía
Gritos e histeria fue lo que marcó la post rueda de prensa, cuando la mujer de Gatúbela salió al exterior del Hotel Sheraton Miramar a saludar a sus jóvenes fanáticos. Sonriente, posó para fotos (de hecho con los celulares que la gente le pasaba), saludó, firmó autógrafos, recibió peluches de regalo. De fondo, agudos chillidos de su fanaticada.
Pese a la Karolmanía, la situación tampoco pasó a mayores, a diferencia de lo ocurrido este sábado, cuando la estrella colombiana llegó al Sheraton Miramar, y como señalaron a Culto fuentes del Hotel, un joven se lanzó sobre la furgoneta que traía a la cantante.
De hecho, comentó que ella misma venía manejando el vehículo que la condujo al Hotel cuando la locura la desbordó. “Cuando llegamos aquí había una locura afuera, y yo entré en pánico, porque me ha pasado que hemos tenido momentos donde las cosas se salen de control y hay niños que salen lastimados y una no quiere ser responsable de nada”.
“Entré en shock y seguí manejando -agregó-. Me fui derecho, me fui, seguí, yo dije ‘encuéntrenme, vengan por mí porque enloquecí’. Pero fue súper lindo ver la respuesta de la gente, cómo me estaba esperando, eso hizo que aumentaran mis nervios y mi emoción para presentarme esta noche”.
Incluso la locura la siguió ya estando en su habitación. “Estaba sentada con mi equipo hablando con mi equipo sobre los otros proyectos y de la nada se escucha afuera un pito como si fuera de carro, pero era de un bote. Venía un bote y con un escándalo increíble. Yo tengo que mandar un saludo muy especial a ese combo de niñas que se fueron con la bandera del fans club. Me alegraron el día, fue súper lindo verlos ahí”.
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