Columna de Daniela Lagos: Fleishman is in Trouble: Dolores de la adultez

FLEISHMAN
Fleishman is in trouble, serie de Star +

La serie tiene como grandes aliados a un cuarteto experimentado de protagonistas. Caplan, Brody, Danes y sobre todo Eisenberg se lucen en sus roles entregando actuaciones contundentes sobre lo que pasa según se empieza a envejecer y se toman las grandes decisiones de la vida, acompañadas también de todos los pequeños momentos. Un drama sencillo, bien hecho y entregado sobre un hombre y su crisis.



“¿Cómo llegué aquí?”. Esa es la pregunta que, según la voz narradora de la serie Fleishman Is In Trouble, se ha hecho Toby Fleishman cada pocos minutos desde su separación, ocurrida hace ya un buen tiempo. Y esa pregunta, con toda la carga y el stress que implica, es a la vez un buen resumen de lo que ocurre en la pantalla durante esta miniserie, recientemente estrenada a través de Star+.

El “aquí” es en Manhattan, donde Fleishman (Jesse Eisenberg, Red Social) rabaja como doctor, viviendo en un pequeño departamento post separación. El “aquí” también es en verano, cuando su ex esposa (Claire Danes, Homeland) parece estar desaparecida, lo que él no ve como un motivo para preocuparse sino como otra muestra de su egoísmo, al dejarlo solo a cargo de sus dos hijos preadolescentes.

El “aquí” también es en la era moderna, donde este doctor por primera vez soltero luego de varios años de matrimonio, está conociendo las aplicaciones de citas, y también es en una edad donde las crisis no le son exclusivas, sino que también son parte de la vida de sus mejores amigos, Libby (Lizzi Caplan) y Seth (Adam Brody).

Basada en una novela escrita por la misma creadora de la serie (Taffy Brodesser-Akner) y con ocho capítulos para concluir su historia, Fleishman is in Trouble es un drama con toques de comedia negra que se mueve a buen ritmo y que se siente como una historia real de un adulto aún en crecimiento y en medio de una crisis. Porque sacando de la ecuación la extraña desaparición de su ex, lo que le pasa a Fleishman es lo que le puede pasar y le ha pasado a muchos. Tiene crisis vocacionales, está cansado, su vida amorosa se ha vuelto una serie de encuentros emocionantes y también irrelevantes, tiene dos buenos amigos que lo quieren pero que también están metidos en sus propios problemas y, por sobre todo eso, tiene mucho que hacer y poco tiempo, o pocas ganas, o pocos recursos.

Junto con todo esto, la serie tiene como grandes aliados a un cuarteto experimentado de protagonistas. Caplan, Brody, Danes y sobre todo Eisenberg se lucen en sus roles entregando actuaciones contundentes sobre lo que pasa según se empieza a envejecer y se toman las grandes decisiones de la vida, acompañadas también de todos los pequeños momentos. Un drama sencillo, bien hecho y entregado sobre un hombre y su crisis.

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