Blonde, la cinta de Netflix inspirada en la vida de Marilyn Monroe, tuvo un estreno marcado por la polémica y un recibimiento dividido de la audiencia. Si bien en su premiére en el Festival Internacional de Cine de Venecia tuvo una ovación de 14 minutos, las opiniones tras su estreno al público general fueron menos categóricas.
La actuación de Ana de Armas como Marilyn fue elogiada, pero la trágica forma de la película de ilustrar a la mujer ícono los años 50, basándose en una novela ficticia e incluyendo escenas de agresión sexual y violencia gráfica, fue duramente criticada.
Este miércoles, el medio The Hollywood Reporter publicó una entrevista con la actriz, con motivo de su nominación a los Oscar por su papel en la cinta. En ella, se refirió por primera vez a las críticas que recibió la película, y también describió su preparación para interpretar a Marilyn Monroe.
La actriz cuenta que leer el guion fue una experiencia impactante. ”Recuerdo haberle dicho a Andrew [Dominik, director de la cinta] cuando nos conocimos que el guion me parecía una película de terror. Él estuvo de acuerdo con eso. Creo que una cosa que tuve que me ayudó fue en realidad no ser estadounidense. Toda esta información que la gente tiene de Marilyn, [ellos] solo tienen una narrativa muy específica sobre su vida y quién era ella”.
Llegar a una imitación convincente de la mujer ícono de los años 50 fue una tarea difícil para de Armas, quien se considera “horrible” para imitar a las personas. “La gente siempre decía: ‘¿Puedes hacer la voz de Marilyn?’ (...) Necesitaba algo de preparación y reflexión antes de que pudiera salir. Tenía que estar mentalmente ahí, en ese estado emocional, para que todo saliera bien. Era como un estudio de todo su estado [interior], lo que estaba pensando [y] sintiendo en todo momento”.
Finalmente, se refirió a las opiniones divididas que generó la cinta tras su estreno. “Es difícil escuchar estas reacciones, pero siempre puedes volver a lo que experimentaste, por qué lo hiciste y las razones por las que te atrajo el proyecto. Esto no va a cambiar. Tienes al director y tienes otros actores con los que siempre puedes hablar. Por difícil que sea escuchar que a la gente no le gusta tu película, así es la cosa. No era una película hecha para complacer a la gente o para que a la gente le gustara. Es una película difícil de ver”.
“No creo que la película hable mal de ella ni un poco. Creo que es todo lo contrario. Creo que habla mal de la industria, y esa es una píldora difícil de tragar a veces para otras personas metidas en ella. Siento que la película también hace que el público se sienta partícipe. Contribuimos en su momento, y seguimos contribuyendo, en la explotación de actores, personas en el ojo público. Nosotros, la audiencia, hacemos esto. Y siento que es posible que algunas personas se hayan sentido aludidas”.