Una pareja camina del brazo por una playa. Ella le pregunta a él si fantasea con otras mujeres. “Todo el mundo lo hace”, asiente el hombre. Luego se internan en el mar, juguetean, se abrazan, se besan. Finalmente, practican sexo.
Es una de las secuencias de A little bit of… hanky panky (1984), un filme de la era dorada del porno. La escena es protagonizada por Ginger Lynn y Ron Jeremy, dos de las más grandes estrellas del rubro. La cinta arranca con Lynn ultrajada por un motociclista encarnado por Jerry Butler, su novio de aquel entonces, otro astro del período en que las películas para adultos tenían trama.
La paradoja entre la fantasía del cine y la realidad, es que el día antes de rodar la escena en una playa de Hawaii en diciembre de 1983, Lynn asegura que Ron Jeremy la violó.
Según la versión de la ex actriz, ella y Butler sostenían relaciones en la arena cuando Jeremy apareció sugiriendo un ménage à trois. Fue rechazado.
“No quería follarme a Ron. Para mí era viejo, peludo, maloliente y se creía gracioso”, declaró en el documental The Rise and Fall of Ron Jeremy (2022), que relata el auge y caída de una de las figuras del cine para adultos más famosa de todos los tiempos, un verdadero ícono pop en Estados Unidos.
Lynn dice que se dirigió a su cabaña para tomar una ducha, cuando fue asaltada por el actor. “Sentí que alguien venía detrás de mí”, relató. “Era Ronnie y se había escondido detrás de la puerta”.
“Me agarró de la mano y me sujetó al lado del lavabo, me bajó el bañador y empezó a follarme, a violarme”.
La actriz pataleó y gritó. “Cállate”, replicó Jeremy mientras le jalaba el pelo, le daba nalgadas y la seguía penetrando, cada vez más excitado ante el forcejeo.
“Llega un momento en que dejas que ocurra”, relató la actriz. “Te resignas al hecho de que te están violando”.
Aquel día era el cumpleaños de Ginger Lynn. Cumplía 21 años.
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Ex pareja de George Clooney y Charlie Sheen, Ginger Lynn ha relatado en al menos tres ocasiones estos hechos. Lo hizo a fines de los 80 en una entrevista a la revista Hustler, luego en 2003 en su programa radial web -infomación ampliamente reportada por AVN, equivalente a la revista Billboard de la industria porno-, y finalmente el año pasado, cuando un vendaval de acusaciones se acumulaban en la justicia en contra del actor de 69 años, sumando 34 denuncias por ultrajes de distintos calibres, una docena de ellas por violación de mujeres con edades entre 15 y 54 años, ataques acontecidos en las últimas dos décadas por las que Jeremy arriesgó 300 años de cárcel.
Finalmente, en enero pasado los tribunales determinaron que no estaba en sus cabales -ni siquiera podía reconocer a su abogado-, para enfrentar cargos en una corte.
Jeremy padece demencia con cuerpos de Lewy, un trastorno cerebral que altera el pensamiento, movimientos, conducta y el ánimo. Conlleva alucinaciones y una corta expectativa de vida. Ante este cuadro, su hermana solicitó a la justicia que se nombrara un consevador para atender sus finanzas, y el traslado a un recinto hospitalario.
Ron Jeremy reaccionó consternado a las acusaciones de Ginger Lynn en 2003. “De alguna manera su memoria debe estar jodida”, dijo. “No sé por qué está haciendo esto”.
En la versión del actor que, según sus cálculos, sostuvo relaciones con más de 3600 mujeres, el sexo fue consentido tras haber hecho el trío, encuentro reconocido por Jerry Butler en su libro Raw Talent (1990), donde reporta una versión completamente distinta al episodio en la playa.
“Ron, que es un pervertido”, escribió el fallecido actor triple equis, “fue directo por Ginger. Nadando (...) la vi chupando la polla de Ron en la playa. Lo porno era una cosa, ¡pero no había cámaras a la vista! Aunque me uní a ellos para un trío”.
“Un tipo queda mal, sea inocente o no”, se quejó a su vez Ron Jeremy, “y eso no es justo”.
En su relato, “subí a la habitación con ella para ducharme y luego nos liamos. (...) Éramos muy buenos amigos, ¿cómo puedes violar a un amigo?”.
Dos semanas después del incidente, Lynn y Jeremy trabajaron nuevamente en una película, Super Girls in General Hospital, rodada en Nueva York.
La actriz asegura que rechazó el papel, pero fue convencida por el director Henri Pachard, un especialista en filmes de sadismo y sexploitation.
Para sobrellevar la escena, se drogó.
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Reconocido en la industria por su abundante vello corporal y figura rechoncha -le llamaban “El erizo” aunque no por sus rasgos, sino por una anécdota ocurrida en sus inicios en el triple equis-, Ronald Jeremy Hyatt nació en una familia judía en Queens, Nueva York, el 12 de marzo de 1953.
Como bien observó la estrella del cine para adultos Nina Hartley a Rolling Stone, “el espectador medio (...) le mira y piensa: ‘si un tipo como Ron Jeremy puede echar un polvo, hay esperanza para mí’”.
Desde temprana edad manifestó inclinación por la actuación con tintes cómicos, una de sus cualidades en el porno, donde solía dotar de alguna clase de humor a sus personajes.
Ingresó a la industria luego de que una pareja enviara su fotografía desnudo a la revista Playgirl. En la imagen, además del torso hirsuto, destacaba su miembro de 24 centímetros, que le permitía practicar autofelaciones, una de sus rúbricas en pantalla hasta que el sobrepeso impidió la acrobacia.
El aspecto poco convencional para la industria y la capacidad de mantener una erección por largo rato -en un filme intimó durante cuatro horas con 14 mujeres-, lo convirtieron en un espécimen único en la pornografía. Su método para controlar la eyaculación era peculiar.
“Hace falta una gran concentración”, explicó en el documental The Legend of Ron Jeremy (2001). “Hay que pensar con mucha intensidad en algo asqueroso. Yo, por ejemplo, pienso en Vietnam, heridos de guerra, pastores alemanes, animales de granja, en mi abuela, en parientes muertos”.
“(...) en cierto sentido, es una forma de actuación pura (...) Es el tipo de actuación que Lee Strasberg y Stanislavsky utilizan para enseñar. Estás totalmente metido en tu personaje, estás concentrado en tu interior, y el público no existe”.
Inicialmente, la intención de Ron Jeremy era utilizar el triple equis como un trampolín para ingresar al cine convencional. “Mi objetivo en la vida es ser actor y seguir actuando”, contó. “Todo lo demás es para probarlo, para demostrar que puedo hacerlo”.
Aunque poseía un título profesional universitario como educador diferencial -ejerció como docente durante un par de años-, el sueño perseguido hasta su debacle era la actuación formal. Hacia fines de los 70 hizo teatro en el circuito Off-Broadway con aforos más reducidos, pero asumió que las posibilidades de destacar eran mínimas.
De ahí que el porno, una opción temporal como imaginó al comienzo, se convirtió finalmente en su vida.
Aunque las cifras varían, se dice que participó en más de 2000 filmes para adultos entre 1979 y 2018, más 1590 apariciones como actor de reparto, mayoritariamente en películas clase b donde solía morir de formas truculentas. Dirigió 227 cintas, produjo ocho, fue consultor en Nueve semanas y media (1986) y Boogie Nights (1997), cameos en Ghostbusters (1984) y El Padrino III (1990), junto con ejercer distintos roles en el set incluyendo director de segunda unidad, cámara y fotografía. Apareció en The Chappelle Show y No Reservations de Anthony Bourdain, entre otros programas de televisión, y en videos musicales para artistas como Kid Rock, Moby, Armin Van Buuren y Sublime.
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Donde no hay debate ni dudas, es que el actor tenía la tendencia a toquetear a la gran mayoría de las mujeres a su alcance.
“Si tuviera que apostar si Ron Jeremy va a manosear a alguien esta noche, apostaría a que sí”, declaró el director, productor y actor ocasional de cine porno Seymore Butts.
Si bien el caso estalló en junio de 2020 con cuatro denuncias presentadas en Los Ángeles, cuando Ginger Lynn reiteró sus acusaciones en 2003, la actriz reunió varios testimonios en contra del actor para ser publicados en una web, acción que no prosperó.
Luego, en 2017, Rolling Stone publicó un extenso reportaje con numerosas versiones de artistas porno apuntando el mismo accionar.
“No escucha un no”, declaró la ex actriz Jennifer Steele. “Sigue como si nada y finge que no has dicho nada”.
Steele asegura que Ron Jeremy la violó en dos ocasiones, primero en una sesión de fotos y luego en su departamento, en diciembre de 1997.
“Puede que décadas de gente adorándole y venerándole le dieran esa sensación de derecho y complejo de dios”, reflexiona otra leyenda del porno, Christy Canyon, que trabajó con el actor.
La tendencia de Ron Jeremy a besar y manosear mujeres en público y, si se daba la instancia, penetrarlas como si se tratara de una diablura, ya le había acarreado problemas en una industria históricamente permisiva con ese tipo de conductas. Por lo demás, las trabajadoras sexuales enfrentan altas probabilidades de sufrir alguna clase de agresión en sus labores -entre un 45 y 75%-, de acuerdo a datos de American Journal of Public Health, publicados en 2014.
El actor fue excluido de participar en los eventos para adultos de Exxxotica, tras la campaña en redes de la modelo Ginger Banks. Por los mismos motivos, le quitaron el premio a la Imagen Positiva concedido por la organización Free Speech en 2009.
Confrontado por Rolling Stone, Jeremy se defendió diciendo que los coqueteos y tocamientos eran parte de la performance que se esperaba de él.
“Esto es exactamente por lo que la gente me paga en las convenciones”, adujo. “Las artistas femeninas también coquetean y se tocan. Es lo que hacemos”.
En la industria para adultos corría una máxima medio en broma, medio en serio entre las actrices. Evitar el bestialismo, el sadomasoquismo, y el sexo con Ron Jeremy.
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Ron Jeremy nunca se casó. Tuvo pocas novias. Su romance más serio fue en los años 80 con la actriz pornográfica Tanya Lawson. La relación terminó cuando ella se retiró renegando del negocio. Se encontraron años más tarde y él le pidió esperanzado su contacto telefónico. Lawson le dio un número falso.
Arrastra fama de poco aseado -numerosas actrices se negaban a trabajar con él-, y tacaño. Para viajar en aviones no utilizaba maletas, sino bolsas de plástico. Su tesoro era una agenda maltrecha con cientos de páginas ajadas para anotar nombres, direcciones y teléfonos con letra minúscula, de preferencia gente del espectáculo, una de sus mayores obsesiones. Los amigos se aburrían de sus ínfulas cuando conocía a alguien famoso, lo mismo del hábito de mostrar recortes de prensa.
“Creo que Ronnie es una víctima del mundo”, declaró Al Goldstein del sitio especializado en pornografía Screw magazine. “Nadie podría ser un Ron Jeremy sin ser disfuncional y estar enfermo. Siempre se lo digo, ‘Ronnie, eres como el hombre de hojalata. No tienes corazón’”.
Ginger Lynn asegura haber confrontado a Ron Jeremy sobre su violación en un encuentro organizado por un realizador de la industria. El actor llegó con un ramo de flores.
“Hablé de lo que pasó y Ron se sentó allí y pensó en ello durante un segundo y dijo: ‘eso es lo que pasó (...)’”.
Luego agregó.
“Pensé que me querías”.