“A veces me siento extremadamente solo”: las cicatrices de Jonathan Majors, el nuevo favorito de Hollywood
El intérprete de 33 años brilla como fuerza antagónica en Ant-Man and the Wasp: Quantumania y en Creed III, que acaba de convertirse en el estreno más exitoso de la saga Rocky. Pese a que recién en 2020 asomó como una revelación de la industria, hoy es uno de los actores más apetecidos y se divide entre superproducciones y proyectos más íntimos.
Fue a los 16 años cuando se produjo de un momento de iluminación. Mientras dormía en un auto, creyó escuchar una voz que le aseguraba que todo iba a estar bien. Luego de atravesar una adolescencia difícil, que incluyó un arresto por un robo a una tienda y ser sancionado en el colegio por ser protagonista de peleas con sus compañeros, Jonathan Majors se encontró con la extraña certeza de que a futuro podría trabajar como actor.
Casi dos décadas después, el intérprete está en la cima del mundo. Acaba de estrenar Ant-Man and the Wasp: Quantumania, el filme que lo presenta oficialmente como el villano de la nueva etapa de las películas de Marvel, y la semana pasada llegó a los cines la tercera parte de Creed, donde se enfrenta en el cuadrilátero a Michael B. Jordan. En ambas se erige como un presencia imponente, alguien no sólo a la altura de las circunstancias, sino que como un actor capaz de mejorar el material que tiene entre manos.
Su impresionante cosecha de los dos primeros meses de 2023 se redondea con Magazine dreams, una cinta en que encarna a un aspirante a fisicoculturista y que promete dar que hablar durante el resto del año luego de debutar con elogios en el Festival de Sundance.
Hasta antes de 2020 su nombre sólo era conocido en el círculo del cine independiente de Estados Unidos. ¿Qué generó que todo Hollywood se pusiera en fila para trabajar con él?
Nacido en 1989 en California, Majors es el hijo de una pastora y de un miembro de la Fuerza Aérea de EE.UU. que abandonó a la familia de un día para otro, una compleja realidad que definió su carácter. “La energía para la comunicación es en gran medida de mi madre. Gracias a ella, crecí alrededor del lenguaje”, apuntó en una reciente entrevista con The Guardian. “Obtuve mi emotividad y mi imaginación de él. Es un espíritu errante y soñador”.
Tras estudiar en California y especializarse en la Universidad de Yale, se dedicó al teatro antes de saltar a la pantalla. Uno de los roles que más llamó la atención fue en The last black man in San Francisco (2019), un drama del director Joe Talbot en que interpretó al mejor amigo del protagonista.
Con esa actuación reveladora, obtuvo nominaciones a los Premios Independent Spirit y a los Gotham, y cineastas como Spike Lee fijaron su atención en él. “Está al borde del estrellato. Él tiene los dones”, señaló el director de Haz lo correcto, quien lo fichó en un papel clave en Da 5 Bloods (2020). Rodeado de un elenco de experimentados, brilló como el hijo de Delroy Lindo, un veterano de guerra que regresa a Vietnam junto a sus antiguos colegas.
En esa misma temporada se lanzó Lovecraft Country, la serie de HBO producida por Jordan Peele y J. J. Abrams. Pese a que nunca había protagonizado ninguna obra audiovisual, los productores y Misha Green, showrunner de la ficción, estuvieron de acuerdo en que era la persona idónea para dar vida a Tic, el protagonista de la trama, una reflexión sobre el racismo en Estados Unidos a través de los códigos del terror.
Las críticas fueron elogiosas con su trabajo y terminó alcanzando la primera nominación a los Emmy de su carrera, compartiendo categoría con Josh O’Connor (The Crown), Sterling K. Brown (This is us) y Regé-Jean Page (Bridgerton).
Ese impecable 2020 explica a su vez el gran año que está cimentando en los primeros meses de 2023. Bajo total hermetismo, Marvel lo contactó para que asumiera el rol de Kang, un nuevo villano en la franquicia cinematográfica de superhéroes. Su debut fue en el final de temporada de Loki (Disney+), donde encaró a los personajes de Tom Hiddleston y Sophia Di Martino.
Aunque técnicamente interpreta a otra variante del mismo personaje, Ant-Man and the Wasp: Quantumania es la superproducción que confirma que su estadía será una constante a lo largo de la saga, al menos hasta el año 2025, cuando llegue la siguiente gran reunión de los superhéroes, Avengers: The Kang Dynasty.
En 2021, antes de poder ahondar demasiado en la nueva Ant-Man, comparó la experiencia en Marvel con ser parte de una compañía teatral. “Puede ser bastante liberador o enloquecedor, dependiendo de cómo se mire. Si quieres el control, no lo vas a conseguir. Estás firmando para iniciar un viaje. Y estoy bien con eso”, expresó a NME.
Aunque Ant-Man and the Wasp: Quantumania no ha estado acompañada por una cálida recepción de la crítica, el desempeño de Majors ha sido uno de los aspectos más destacados. Y, mal que mal, el filme se estrenó en el primer puesto de la taquilla de Estados Unidos.
Ese mismo lugar alcanzó Creed III este fin de semana, de modo que el intérprete completó de manera consecutiva dos número uno en la pantalla grande. En la cinta dirigida y protagonizada por Michael B. Jordan se pone en la piel de Damien Anderson, un viejo amigo de infancia del personaje principal. Sediento de una revancha en la vida, termina encabezando una batalla colosal ante el boxeador de la historia.
“La psicología de un personaje se manifiesta en el cuerpo”, explicó a The New York Times. “Y la cantidad de lenguaje corporal que exigía Damian era muy grande debido al contexto. Interpreto a alguien que está conectado a Adonis. Probablemente hemos tenido cuatro horas y media de Adonis Creed en este mundo que todos han visto”, apuntó.
En ese sentido, su acercamiento a la actuación se revela como plenamente comprometido e intenso. Una aproximación que puede acarrear una serie de costos de los que muchas veces los actores no están dispuestos a hablar. No es el caso de Majors, pese a que se define como alguien introvertido.
“Por un lado, te sientes presente, sientes que estás participando y aportando. Por otro lado, te preguntas si alguien más está sintiendo lo que estás sintiendo al ritmo que lo estás sintiendo”, contó a The Guardian. “Hablaré frontalmente. A veces me siento extremadamente solo. Me siento extremadamente aislado en mis pensamientos y en mis sentimientos. Ese es el costo de eso. Pero también creo que he aprendido mucho sobre mí mismo con el paso del tiempo”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.