Los Prisioneros son un nombre omnipresente en la cultura popular chilena. Sean festivales, homenajes o instancias musicales de cualquier calibre, siempre se asoman de alguna forma para recordarnos su legado indiscutido.
Ayer sábado 18, sin ir más lejos, Benito Cerati los tributó en su show en el escenario Axe del festival Lollapalooza, cuando desenfundó un cover de Amiga mía a frenética velocidad drum and bass, el que dedicó a todos “los compatriotas”. Un acierto.
Este domingo 19 fue el turno para una nueva reverencia hacia los sanmiguelinos, pero de parte de uno de sus propios protagonistas. Un Prisionero real mirando de frente su historia: el baterista Miguel Tapia se presentó en la carpa Lotus Mix como parte del proyecto Escuelas de rock que encabeza en la capital, proyecto pedagógico en liceos públicos que estimula a que muchos estudiantes puedan formar sus primeros grupos y acercarse a la música. Todo a través del Slep Gabriela Mistral (Servicio local de educación pública).
La iniciativa se realizó el año pasado en tres comunas - La Granja, San Joaquín y Macul-, desde donde salieron nueve conjuntos, quienes grabaron temas originales. Tapia y su equipo les realizaron conversatorios, actividades y talleres, además de registrar los tracks inéditos en el propio estudio del connotado percusionista.
De esas agrupaciones, cinco se presentaron esta tarde en el Parque Bicentenario de Cerrillos. “Es un proyecto maravilloso, hacer este tipo de trabajo y encontrar a jóvenes con talento para hacer algo tan significativo fue muy especial. Son muchachos talentosos y estamos muy contentos del trabajo logrado. Queremos seguir, seguirlos proyectando y traerlos a este programa. Así como yo también partí cuando era adolescente, ellos también están partiendo como talentos nuevos”, dijo Tapia al introducir a los invitados.
Por ahí pasaron el metal de Dark Monk Society, el pop melódico de Nación Rebelde, la canción de toques confesionales de la solista Lauty Durán, el rock deudor del funk de Weed and Feed -quienes versionaron a Red Hot Chili Peppers y a los propios Prisioneros con Quieren dinero- y la inspiración romántica y evocativa de Amor cósmico.
En el cierre, todos los músicos se unieron para interpretar en conjunto el clásico Tren al sur, ya con Tapia instalado en la batería, su hábitat natural. Es el gran jefe del proyecto, pero también uno más cuando se trata de ponerse al servicio de la idea con su pulso siempre correcto y preciso, detonando el aplauso y la ovación de los presentes.
Un Prisionero pasó por Lollapalooza. La leyenda continúa.
Por lo demás, en la tarde tiene agendado una jam session en el mismo lugar, donde gente del público se podrá subir a tocar y cantar con él diversos temas.