Hoy falleció el actor e histórico director del Jappening con Ja, Eduardo Ravani. El comediante de 81 años, quien también fuera director del Festival de Viña de Mar, padecía de cáncer en etapa cuatro.
En una de sus últimas entrevistas, ofrecida a Chilevisión, abordó su enfermedad. “Ya lo asumí y no hay vuelta. O sea, yo no puedo ser ignorante de que tengo 81 años y veo cómo mi generación se está yendo”, señaló en febrero de este año.
Conocido por su carácter y exigencia en sus trabajos televisivos, Ravani dirigió programas televisivos como Dingolondango en Televisión Nacional en 1976 junto a sus amigos Fernando Alarcón -a quien conocía desde los 10 años- y Jorge Pedreros.
“Me encantaría que Chile tuviera memoria, como los argentinos, como los mexicanos, que quieren a su gente y la respetan antes de que se vayan”, dijo en esa última entrevista.
Ravani fue uno de los fundadores de TVN en 1969.
Junto a sus amigos Fernando Alarcón y Jorge Pedreros produjeron programas televisivos como Dingolondango (TVN, 1976-1977). Al mismo tiempo, y tras bambalinas, ideaban chistes acerca de la televisión de la época, sus máximos exponentes, y los relacionaban con los hábitos de los chilenos.
Por esa época, por lo demás, la TV empieza a convertirse en el gran medio que domina la vida de los chilenos. En una vida en dictadura, la pantalla chica funciona como una bocanada, pero también como una fuente de contacto con el exterior.
De esa forma, quizás pensando en todo aquello, dieron origen al exitoso programa humorístico Jappening con ja, que fue emitido entre 1978 y 2004, con distintos elencos que vieron pasar a algunos de los más destacados comediantes chilenos y extranjeros (Andrés Rillón, Jorge Porcel, Óscar Olavarría, Patricio Torres, Marilú Cuevas, entre muchos otros).
En el Jappening, Ravani interpretó a Guillermo “Willy” Zañartu, jefe severo e implacable en el sketch de La oficina.
Pero también hubo otros momentos: por ejemplo, cuando imitaba y se reía de la publicidad televisiva de la época al rito de “para la garganta, Gargarín, despejara tus bronquios”, vestido de mujer junto a Pedreros.
Como director de televisión estuvo siete veces a cargo de la transmisión del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
También fue responsable, por ejemplo -y siendo parte de TVN- de la venida en 1977 de Chespirito a una masiva presentación en el Estadio Nacional.
Ravani también incursionó en el cine. Por ejemplo, aceptaría participar como actor en dos películas de Sebastián Badilla, Mamá Ya Crecí estrenada el 13 de Febrero de 2014; fue un éxito de taquilla en los cines chilenos haciendo más de 90.000 espectadores. Fue la primera película en la que Eduardo Ravani actuó.
Luego el año 2023 volvería a reunirse con Sebastián Badilla en una nueva película, Noches de Sol donde es uno de los protagonistas junto a Eva Gómez y Sofía Bennett quien fue protagonista de la exitosa teleserie de Mega Pituca Sin Lucas
Desde 2014 se desempeñaba como conferencista motivacional junto a Fernando Alarcón. También habitualmente daba entrevistas para recordar su legado y su huella fundamental e la televisión del país.
Sobre su deceso, se pronunció el ministro de las Culturas, Jaime de Aguirre, un hombre venido del riñón televisivo: “Eduardo Ravani fue un pionero de la televisión chilena y la noticia de su fallecimiento no solo enluta a la pantalla y al mundo del entretenimiento, sino que también a las distintas generaciones y millones de personas que fueron testigos de su creatividad. Fue un hombre que forjó una trayectoria importante en la comedia y que también se destacó durante años a la cabeza de talentosos equipos televisivos”.
También hubo palabras de sus ex compañeros en el Jappening. Por ejemplo, entrevistado por Culto, Alarcón dijo: “Ha sido uno de los pilares, los fundadores, los creativos de la televisión chilena. Partimos en 1965 haciendo programas periodístico universitarios en el canal de la Universidad de Chile. Después tuvo la carrera que todo el mundo conoce”.
-¿Por dónde cree que pasó el éxito que tuvieron los programas que él dirigió?
Fue la inquietud artística que siempre tuvo, y que compartíamos quienes trabajábamos con él. Compartíamos todas sus ideas de surgir con los medios como una manera de entretención, de visualización del mundo. Esa fue la idea primordial, y además el interés de hacer humor en la televisión, que era muy importante no solamente para la época sino por una necesidad imperiosa de lo artístico en general.
-¿Cree que de alguna manera el legado de Eduardo Ravani se ha ido manteniendo en la televisión chilena?
No sabría contestarte esa pregunta, pero me habría gustado que se hubiera seguido con el legado de él, en el sentido de hacer una televisión formalmente, de manera educadora, de entretención y de un muy buen nivel artístico. Esa era su condición, que tuviéramos una televisión de nivel grande. Ese fue su deseo.
Historias varias
Eduardo Ravani fue un personaje histórico de la TV chilena. Y como tal, quizás consciente del peso que tenía su figura, publicó un libro de memorias, Con Ja y sin Ja, mis archivos secretos (Paparazzi Ediciones, 2019), en que dejó una serie de revelaciones sobre su paso por la pantalla chica.
Por ejemplo, abordó los desencuentros entre los miembros del programa de humor: “Jorge (Pedreros) y Gladys (del Río)tienen una discusión de alto grado con la dirección del programa. Abandonan el estudio con la intención de renunciar (...) Alegan contra todos e, incluso, discuten violentamente contra el personal de seguridad, arrojando sus credenciales para luego abandonar el canal. Al irse, no nos permiten seguir usando ‘Ríe’, el himno del programa”, relata Ravani sobre el primer quiebre del elenco a mediados de los ochenta.
Sobre los 80, comentó: “En ese tiempo todos nuestros actos eran seguidos. No podíamos creer en nadie ni emitir juicios críticos que afectaran al gobierno”.
Aseguró que el mismísimo general Pinochet era un fanático de su programa: “Los escoltas, apurados, preparan los autos para volver a Santiago. Sale corriendo Pinochet. ‘Se echó a perder el televisor y no hay señal. No me puedo perder el Jappening’”.
Asimismo, aseguró que en el equipo había diversidad de pensamiento: “(convivían) demócratas cristianos, pro militares, izquierdistas y, en alguna oportunidad, hubo integrantes del MIR”.
Ravani asume que el programa humorístico fue visto por los militares como una forma de “aquietar y aletargar” a la gente.
“Desde ese punto de vista sí creo que fuimos utilizados y pasamos a ser tontos útiles, sin quererlo ni desearlo, porque nosotros tratamos de ser apaciguadores del dolor, de las penas compartidas y de la angustia permanente (...) Nuestra intención jamás fue comprometernos con la dictadura”.