En 1991, y luego del apogeo que alcanzaron en la década de los ochenta, Talking Heads anunciaba su separación. De esta manera, sus miembros comenzaban a tomar caminos propios en sus carreras. David Byrne y Jerry Harrison optaron por seguir en solitario, mientras que Tina Weymouth junto a Chris Frantz continuaron con su banda paralela, Tom Tom Club. Desde entonces, las reflexiones acerca del quiebre y polémicos comentarios que hacen el uno del otro a través de la prensa no han faltado. El último turno lo tuvo Weymouth contra Byrne.
La ex bajista junto a su esposo y baterista de la banda, Chris Frantz, conocieron a David Byrne cuando eran estudiantes de diseño. En 1975 los tres se mudaron a Nueva York , reclutaron a Harrison y dieron vida a Talking Heads. En una reciente conversación con The Sunday Times, Weymouth criticó y cuestionó el rol de su ex compañero y vocalista de la banda.
“Recientemente, describí a David Byrne como Trumpiano, lo que no le pareció a mucha gente. Lo que quise decir fue que, en mi experiencia, todo para David es transaccional. Él te usará hasta que ya no tenga más uso para ti”. “Siempre ha sido inseguro de sí mismo y solía culpar a otras personas cuando las cosas iban mal”, continuó.
Según la artista ella junto a su pareja querían mucho a Byrne, pero eso no fue suficiente para que el vínculo y la historia de la banda no terminase. “Hicimos nuestro mejor esfuerzo para ignorar esos desastrosos defectos, pero era obvió que Talking Heads no duraría mucho”. Además, aseguró que le parecía raro que este no se refiriese a ellos por sus nombres. “Él dice, ‘la gente con la que tocaba música’. ¿No es raro eso?”.
Los dichos de Weymouth fueron respaldados por Frantz, quien además acusó al líder de la banda de dejar de comunicarse con ellos luego de la separación. El ex baterista ya había dado indicios en 2020 de los malos términos entre ellos en la publicación de su libro, Remain in love. En este el músico acusa a David principalmente de egocéntrico y afirma que es algo que habría percibido desde un inicio, ya que nunca miraba a los ojos y mantenía un comportamiento disociado. “Su cerebro está conectado de tal manera que no sabe dónde termina él y empiezan los demás. No puede imaginar que alguien más sea importante”.
La imagen dominante de Byrne -según el autor impulsada por su ego, codicia y mentalidad sesgada- habría llevado a malos entendidos y molestias dentro de la banda por el otorgamiento de créditos “injustos” en parte de la discografía; competitividad con su banda en paralelo -incluso tachada de “música comercial” por Byrne-; y sexismo con su esposa al contratar una segunda bajista para una gira de la banda.
El baterista revela en su libro que el día en que se reunieron y decidieron terminar con Talking Heads, David Byrne habría estado exasperado e incluso habría gritado: “Deberías llamarme imbécil”. “En lo que a nosotros respecta, la banda nunca se separó realmente. David simplemente decidió irse”, dijo él mismo a Los Angeles Times en 1992.
Puertas cerradas al reencuentro
En 2002 los cuatro miembros de la banda se reencontraron en el escenario e interpretaron éxitos como Psycho killer y Life during wartime para celebrar su introducción al Salón de la Fama del Rock and Roll. Desde entonces, la posibilidad de presentarse nuevamente en conjunto ha quedado solamente en los rumores. En 2020, Frantz revelaba a Rolling Stone que no se cruzaba con David Byrne frente a frente hace 17 años, pero dejaba la posibilidad abierta a una reunión. “Sería bueno si pudiera suceder porque, a diferencia de muchos de nuestros contemporáneos, todavía estamos vivos”.
A pesar de las buenas intenciones, el baterista aprovechó de revelar una situación que dio para hablar y titulares. “La última vez que hablé con David fue sobre una reunión. Primero dijo: ‘Déjame pensarlo y te responderé’. Le dije: ‘Bien’. Eso fue un viernes por la noche. El lunes siguiente recibí un correo electrónico que decía: ‘Te lo dije antes y lo diré nuevamente por última vez. Nunca me reuniré con los Talking Heads. Por favor, no vuelvas a mencionar esto’. Esto fue en 2003. Recuerdo que estaba nevando, así que era invierno”.
Dos años después, los cuestionamientos a David Byrne volvían a ser noticia. Frantz concedió una entrevista a la revista Far Out, donde reflexionó acerca del camino que tomó su ex compañero de banda y aseguró no sentir celos por su éxito como solista. “Es cierto que su imagen pública ha cambiado. Pero mis amigos me aseguran que no lo ha hecho. Creo que probablemente decidió que podía atrapar más abejas con miel”, dijo. “Créame, si conocieras a David Byrne, no estarías celoso de él”, agregó.
A pesar de ser protagonista de estas acusaciones, Byrne ha optado por no polemizar al respecto. En marzo de este año en una entrevista con 60 Minutes abrió la posibilidad de un mal manejo ante el quiebre de Talking Heads. “Me volví, creo, un poco obsesivo con poner en marcha ese espectáculo”, dijo Byrne, refiriéndose a la gira de Talking Heads de 1983-1984 . “Puede que no haya sido la persona más agradable con la que tratar en ese momento”
A pesar de que en 2022 ya había descartado una posible reunión de la banda en una entrevista con Wired, nuevamente le cerró las puertas. “Después de un tiempo me di cuenta de que estaba muy feliz haciendo la gran variedad de cosas que estaba haciendo y los diferentes tipos de música que estaba haciendo”, explicó. “Y pensé: ‘¿Por qué debería cambiar mi felicidad por algo de dinero?’”.
El nuevo cruce de palabras entre los ex compañeros de banda llega luego de que A24 adquiriera los derechos mundiales de la película concierto de Talking Heads, Stop making sense. Rodada en 1984 en el Teatro Pantages (Hollywood), la cinta muestra la gira de la banda para promocionar su quinto álbum, Speaking in tongues.
La restauración en 4K aun no tiene fecha de estreno establecida, pero ya se anunció una nueva edición de lujo de su banda sonora, disponible desde el 18 de agosto.