Simplemente instalando y probando el Roland System 700 y el MC-8 Microcomposer, ambos equipos novedosos, escasos y costosos recién llegados a Genetic Sound, el estudio del productor Martin Rushent (Buzzocks, The Stranglers), el entonces principiante en las perillas David M. Allen (69) -futuro productor insigne de The Cure- procedió a grabar en cinta sus composiciones, las cuales cuarenta años después han aparecido y bajo la luz del tiempo es posible vislumbrar cómo la impronta sónica de las mismas precede al telúrico Dare de The Human League -grabado por el mismo Allen y Rushent- y Speak and Spell de Depeche Mode.

“Tuve que sacarles las telarañas a las cintas”, ríe Allen en entrevista con Culto. “Lo divertido es que cuando eres joven haces algo y algo más emocionante pasa el año siguiente y te olvidas de lo que te emocionaba el año anterior. Al año siguiente al que hice The DNA of DMA trabajé en discos que fueron gigantes, lo cual me sacudió por completo como artista. Hubiera parecido estúpido en esos días pensar que uno podría llegar estar involucrado en dos discos que serían número uno en un solo año, ya sea si eras de relaciones públicas, o alguien de un sello, o un interprete...si supieras que ibas a estar involucrado en dos discos número uno con dos artistas diferentes. Y cuando estás en eso te olvidas de todo”.

Para el Record Store Day de Reino Unido en 2022, se editó en vinilo The DNA of DMA. Un artefacto histórico de nueve canciones compuestas, cantadas, interpretadas y producidas por Allen. “Cuando miras para atrás veinte años ves a otra persona y eso te da una perspectiva algo objetiva. Ahora puedo ver cómo este disco encaja con Depeche Mode o The Human League y los primeros discos de la electrónica. En ese tiempo no podía verlo. Supongo que es similar”.

De acuerdo a Allen, “era un tiempo interesante, la gente seguía haciendo cosas con controles de voltaje. Solo un puñado de gente había usado estos equipos, el MC-8 estaba andando desde 1976 pero eran demasiado caros. Los sintetizadores hasta ese punto habían sido solo experimentales y muchas cosas estaban en transición”. Él mismo se encontraba en transición, habiendo sido parte a fines de los 70 de la banda punk Pinpoint, con un disco llamado Third State, producido por Rushent.

El productor, que había trabajado con Buzzcocks y Stranglers y que se encontraba montando su propio estudio llamado Genetic Sound, había hecho unas sesiones ya con Visage. Fascinado por las posibilidades de la electrónica decidió encargar los costosos Roland System 700 y el MC-8 Microcomposer y le sugirió a Allen que también grabasen en sus nuevas instalaciones el segundo disco de Pinpoint. Apenas llegaron los equipos, Martin Rushent debió viajar a Norteamérica a producir y le ofreció a Dave M. Allen tiempo gratis de estudio mientras se dedicaba a configurar los sintetizadores.

Lo que Rushent escuchó en aquellas cintas de ¼ a su regreso le impresionó tanto que le ofreció a Allen de inmediato un trabajo en Genetic, pasando a ser asistente de grabación en el próximo proyecto: nada menos que The Human League, reformados tras el quiebre de Phil Oakley con Martyn Ware (que partió a formar Heaven 17). El disco Dare, que grabarían junto a Allen y Rushent entre marzo y septiembre de 1981, sería telúrico pero su huella sónica estaba contenida en los demos de Allen.

“Me sorprendió darme cuenta de que (los demos) eran mejor de lo que yo pensaba. Yo hago todo ahí, programo los sonidos, canto, compuse... nadie hacía música pop así en ese entonces y mi intención era sentar las bases de un disco para ser un artista de Genetic Records, era mi última chance de hacer algo”, dice. Claramente el camino fue otro, llegando a producir a The Cure y Sisters of Mercy.

“Una de las cosas que pasan cuando la gente es joven es que hay cierta gente que está enfocada y saben lo que quieren ser desde muy temprano, quieren ser pilotos o estrellas del pop o un médico o algo así; y luego hay gente que no sabe lo que quiere hacer, gente que podría hacer dos o tres cosas bien y lo que terminan haciendo es por accidente, no hay un plan maestro ni nada”, sentencia mirando a su yo de veinte años desde el retrovisor. “Yo estaba en transición de pasar de estar en una banda a trabajar en un estudio. Fue un periodo corto en que toda la tecnología cambiaba muy rápido, tanto que un experto en sintetizadores en 1980 probablemente no podría ser un experto en 1983″.

Al escuchar The DNA of DMA, es posible ver las bases del sonido del mismísimo Dare, un sonido que dominaría el panorama del emergente electropop de los albores de los ochenta. El álbum Homosapien del líder de Buzzcocks Pete Shelley, grabado junto a Allen y Rushent, bebía de la misma fuente de experimentación sintética. Algo hoy difícil de encontrar. “

Todo ahora, sea donde sea que grabes, si usas un computador ya usas la misma electricidad. No importan los ciclos de hertz realmente. Pero, por esos días, incluso el tipo de electricidad de tu localidad influía. Se podían hacer decks con componentes y había mayor variedad de sonidos. No puedes decir si Billie Eilish se grabó en Reino Unido o Norteamérica, o si una banda se grabó aquí o allá. Puede que existan diferencias culturales, pero no tienes cómo ver esa huella sónica que antes existía. Ahora, el aspecto experimental de la creación de sonido ocurre solo al punto de ver cómo customizar los sonidos, porque todo está prediseñado de fábrica”.

The DNA of DMA está a la venta en https://tinyurl.com/theDNAofDMA

Instagram de David Allen https://www.instagram.com/dna_of_dma/

Link exclusivo para Sudamérica del single “The Sound of Muzak” https://youtu.be/UJbgqNKpKv8

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