The last dance fue un éxito instantáneo. Emitida entre abril y mayo de 2020, la serie documental sobre Michael Jordan y los Chicago Bulls fascinó a amantes y ajenos a las grandes gestas deportivas. Motivó aplausos, impulsó memes y se podría decir que también originó una película. The last dance perduró.
Durante el confinamiento, Alex Convery estaba tan obsesionado como cualquier otro espectador siguiendo la producción de ESPN y Netflix. Oriundo de Chicago y guionista de profesión, olfateó que era posible escribir un filme a partir de un pasaje de la descollante carrera del basquetbolista: el instante en que, a los 21 años, firmó un millonario contrato con Nike y nacieron las Air Jordan. Una trama abordada fugazmente en el quinto capítulo.
Tras llamar la atención de varios interesados, en abril de 2022 se hizo oficial que Ben Affleck, Matt Damon y Amazon Studios realizarían una cinta a partir de su guión, con el actor de Perdida (2014) sentándose por quinta vez en la silla de director. “El primer paso consistía en conseguir la bendición de Michael Jordan. Antes de que nos emocionáramos demasiado, Ben dijo: deberíamos ir a verlo”, señala Damon en una conferencia a la que asiste Culto a través de Zoom.
Su compañero viajó a su casa en Florida y se encargó de transmitirle personalmente que no deseaban hacer un largometraje “históricamente preciso”, sino que crear “algo que invoque una fábula, una parábola y una historia inspiradora”, siempre con el cuidado de “no violar nada que sea fundamentalmente importante o verdadero para ti”. El astro accedió a cambio de que “otras personas significativas fueran incluidas en la historia”, detalla Affleck en la misma instancia.
“Todo se reduce a los personajes”, sostiene Convery. “La pregunta era: ¿quién puede ser el protagonista y el motor de esta película? Encontrar a ambos, a Sonny y a Deloris, fue realmente lo que, para mí, la elevó por encima de una película sobre unas zapatillas y Michael Jordan. Había que encontrar los elementos humanos”, apunta.
Recién estrenada en cines chilenos, Air: La historia detrás del logo sigue a Sonny Vaccaro (Damon), el ejecutivo de Nike que se empecina en convencer al cofundador Phil Knight (Affleck) y al resto de los directivos de la compañía para que destinen todos los recursos a conseguir la rúbrica del atleta. Con todo en contra, apela a ganarse la confianza de los padres de Jordan, Deloris (Viola Davis) y James (Julius Tennon).
“Él me dijo: mi papá tenía la mejor personalidad del mundo. Con Julius obtuvimos exactamente eso, fue la persona perfecta”, cuenta el director de Argo (2012). “Cuando vi cómo hablaba de su madre, y la consideración y la estima que él le tenía, pensé: este es un hombre poderoso muy intimidante. Estás junto a alguien que es lo más cercano a una deidad y, sin embargo, se generó este momento en que habló de ella con reverencia, respeto, adoración y amor. Simplemente me impactó, y me avergüenzo por no haber asumido que eso era así. Pero cuando lo escuché, me di cuenta de inmediato: esta es la historia. Y es una historia hermosa”.
En el transcurso de la conversación en su hogar, le preguntó quién imaginaba que era la actriz más idónea para encarnar a su mamá y la respuesta fue categórica: “Tiene que ser Viola Davis”. “Así supe que debía crear un rol que fuera digno de Viola”, indica Affleck.
La intérprete admite que la invitación se sintió “halagadora y desafiante”. “Si ves videos de Deloris Jordan, ella se mantiene firme en su neutralidad zen. Es una mujer muy firme y tranquila. Me imagino que incluso cuando se enoja, probablemente se mantenga muy, muy firme”, dice entre risas. “Envolver ese espíritu fue un desafío, porque yo soy rimbombante”.
“Es una historia sobre Deloris Jordan y lo que ella significa para Michael”, sostiene el director. “Ella es emblemática de lo que muchas madres deben hacer con atletas, artistas y personas en este negocio, quienes a menudo son muy jóvenes y son arrojados a la fama y el dinero, lo que podría resultar confuso. Vemos que las personas toman diferentes rutas todo el tiempo y necesitan enorme orientación”.
En 1984, en medio de la puja que se libró alrededor del basquetbolista, la vida de los Jordan estaba en una encrucijada. Algo similar ocurría en los pasillos de Nike, donde el filme se sumerge para relevar a una fauna que incluye a Rob Strasser (Jason Bateman), director de marketing de la época; Peter Moore (Matthew Maher), diseñador y director creativo, y al ejecutivo Howard White, uno de los personajes que la estrella pidió que fuera incluido en la trama y es encarnado por el comediante Chris Tucker.
Según explica Matt Damon, “le recordamos a la gente que ellos llevaban las de perder, lo cual es una forma muy extraña de pensar en Nike en la actualidad. Pero antes de este trato increíble, realmente eran los renegados, los marginados. (En el guión) todos los personajes tenían una energía increíble y contagiosa”.
Sacando brillo a su buen pulso, Affleck hilvana una cinta vigorosa que alterna reuniones, llamadas telefónicas y movimientos a contrarreloj, casi siempre lejos de la cancha de basquetbol. Y sin mostrar el rostro de Michael Jordan, por considerar que la magnitud del ícono sería imposible de capturar por cualquier actor.
“No es una película estrictamente deportiva”, plantea Matt Damon. “Es realmente para todos (los públicos). Solíamos llamarlas películas para sentirse bien (feel-good movies), pero eso es lo que es”, concluye.