Protagonizar Blonde (2022) le demandó pulir exhaustivamente su acento, revisar hasta el cansancio las películas de Marilyn Monroe y, ya en las filmaciones, adoptar un particular método: eliminar por completo la ira de su actuación.
La tarea era tan intimidante que, si hubiera dependido de ella, habría alargado más allá de lo recomendable su preparación para encarnar a Norma Jeane. Pero los tiempos de la industria muchas veces no son los tiempos de sus intérpretes, por lo que saltó ante las cámaras con el aprendizaje acumulado y el instinto cultivado en sus casi dos décadas de carrera.
Aunque la cinta de Andrew Dominik para Netflix fue recibida con críticas mixtas, Ana de Armas (La Habana, 1988) salió airosa de la experiencia de adaptar la novela de Joyce Carol Oates. Por primera vez, acaparó nominaciones a los Oscar, Globos de Oro y Bafta, ganando un nuevo impulso profesional luego de posicionarse en Hollywood gracias a títulos como Blade Runner 2049 (2017) y Entre navajas y secretos (2019).
Tras su paso por la temporada de premios, la actriz hispano-cubana ejercita una faceta que no la ha hecho aspirar a galardones, pero sí elogios y reconocimiento: la de estrella de acción, una dimensión en la que debutó en Sin tiempo para morir (2021), la película final de la saga Bond con Daniel Craig en el papel principal.
“Nunca pensé que haría filmes de acción, pero aquí estoy, la oportunidad llegó con James Bond, y después de eso apareció una buena ola a la que subirse. Lo estoy disfrutando mucho. Es muy gratificante, es muy emocionante”, señala la intérprete a Culto.
Antes de que en 2024 llegue a salas Ballerina, el spin-off de John Wick con ella al frente, su siguiente estreno en esa veta es Ghosted, largometraje de Dexter Fletcher (Rocketman) que se estrena este viernes 21 en la plataforma Apple TV+. Coprotagonizada junto a Chris Evans, la cinta arranca como una comedia romántica, pero luego de unos minutos se revela como un ejercicio en el que sus actores pueden divertirse mientras lanzan patadas y manejan pistolas, en especial Ana de Armas, quien encarna a una mujer que le oculta a su nueva pareja que es una agente de la CIA.
-El género de acción suele estar reservado para los personajes masculinos. ¿Está interesada en cambiar los estereotipos femeninos en esas películas?
Siento que todo comienza con una decisión muy personal que tomo por mí misma, y que tiene que comenzar por la creatividad y algo que me interese y me entusiasme. Y si eso genera un pensamiento o la gente lo ve como un cambio, es asombroso. Estoy feliz de estar interpretando estos personajes. Es simplemente refrescante. Creo que son necesarios en el cine. Al público realmente les gustan, quieren verlos. Y estoy feliz de tener estas oportunidades.
-Este es su tercer proyecto junto a Chris Evans. ¿Qué es lo que más le sorprendió de esta nueva experiencia?
A pesar de que este es nuestro tercer proyecto juntos, la diferencia está en que en este ambos somos productores. Chris ya estaba involucrado en el proceso creativo, pero luego me sumé a ellos y pude verlo trabajando, sugiriendo cambios y participando en la creación del guión y los diálogos. Él es muy talentoso y comprometido. Eso fue realmente genial.
-¿Cuán difícil es romper con el encasillamiento que impone Hollywood?
Es una industria que puede volverse pequeña y repetitiva si permites que eso suceda. Porque, por supuesto, una vez que obtienes un rol que funciona, y el proyecto es visto por mucha gente, quieren repetir la fórmula. ¿Y por qué no? Es un negocio y están ganando dinero con él. Esta es la tercera película que hacemos juntos (con Chris Evans), pero también depende de nosotros trazar una línea en torno a cuánto estás dispuesto a hacer eso. Porque tu oficio es el que sufre y te estás limitando a ti mismo.
“Pero, al mismo tiempo, no voy a hacer películas de acción para siempre (se ríe). Eso simplemente no va a suceder. Entonces, te tiene que gustar jugar con el momento de las cosas, con cómo te sientes personalmente, cuánto estás ganando con eso. Mientras te guste lo que estés haciendo, está bien”.