Los respetables 240 mil seguidores que tiene en Instagram, hacen que los dibujos e ilustraciones de Inges Bizama Toledo, o Ingesman como es su alias, se hagan virales. Su humor ingenioso, en que combina frases y dibujos, saca inevitablemente una sonrisa.
Como suele ocurrir con los fenómenos virales, Inges tuvo su debut en el mundo editorial en 2017 con Un libro, donde recopiló buena parte del material ilustrado que tenía por entonces. Hoy, vuelve a los escaparates con Otro libro, a través del sello Reservoir Books, donde también junta buena parte de los dibujos que ha venido trabajando en el último tiempo. Claro que aprovechó la ocasión de dar más de un retoque.
“Más que nada fue recopilar mis dibujos favoritos de unos 4 años de trabajo, creo que lo más difícil es ir eliminando dibujos para dejar una cantidad de páginas parecidas al libro anterior. Algo que me pasó como habían dibujos antiguos era que ya no me gustaban mucho como habían quedado, así que redibujé varios incluso más de una vez hasta que me dejaron conformes”, comenta Bizama a Culto.
¿Cómo se dio la chance de publicar este libro?
Desde que salió un libro a la venta sentí por parte de la editorial las puertas abiertas para sacar otro libro, solo necesitaba el material y la confianza de tener un nuevo libro. Al momento de proponerlo a la editorial de inmediato me dieron una respuesta positiva.
Generalmente subes ilustraciones a tu cuenta de Instagram. Ya teniendo la plataforma digital, ¿qué te atrajo de la opción de publicar un libro?
La verdad no me imaginaba sacando un libro, era algo que veía muy lejano. Me lo propuso la editorial y por mi cabeza pasó un no puedo decir que no. Acepté y todo se empezó a dar. Obviamente quedé feliz con el resultado y hasta el día de hoy es algo mega positivo y que no me arrepentiré nunca de haber hecho. Ahora solo me falta el hijo y el árbol.
Uno de los puntos notorios en tu trabajo son los juegos de palabras. ¿Siempre tuviste habilidad con ello? ¿Cómo fue que descubriste que te resultaba hacerlos?
No tengo muchos recuerdos de haber hecho juegos de palabra en mi infancia ni en la etapa del colegio. Ahí me dedicaba más a inventar historias, hacer dibujos de Dragon Ball y copiar los dibujos de mis series favoritas. Creo que nació entre todos los intentos de cosas que empecé a probar cuando comencé a subir dibujos a internet. Hice como dos dibujos de juegos de palabras, la pase bien haciéndolos y las personas que me seguían también la pasaron bien viéndolos, eso me motivó a seguir y mi cabeza empezó a ver juegos de palabras en todas partes.
Hay bastante chilenidad en las ilustraciones que presentas. Por ejemplo, hay cosas como la piscola, “Shaolín bombín”, “Rosa Espinosa” o “Los Tres”. ¿Crees que un lector del extranjero podría entender ese humor tan típicamente nacional?
No creo que puedan entenderlo, pero sí creo que puede ayudar a que los entiendan, muchas veces veo comentarios de personas de otros países que piden explicaciones de los dibujos y las mismas personas que me siguen terminan explicándoles los chistes. Creo que sirven para generar interés en las frases o palabras. Lo bueno es que somos un país que tiene millones de expresiones divertidas y cada vez se suman más, ¡así que el material no se acabará nunca!
¿Qué diferencia este libro del anterior?
Muchas cosas, como el color, el nuevo libro tiene tatuajes, tienen una mochila distinta y otro libro tiene un potito, que el anterior no tenía. Intenté que se parecieran lo más posible para que sea una continuación del libro anterior. Mi idea es poder ir sacando más y armar como una familia con los libros, convertirlos en un futuro en personajes incluso que puedan tener una historia.
¿A qué ilustradores tienes como referentes y qué has podido extraer de sus trabajos?
Más que ilustradores mis mayores referentes son las series de dibujos animados, crecí viendo Cartoon Network, Nickelodeon y de acá de Chile, 31 minutos. Creo que de ahí viene el estilo de los dibujos y también del humor, algo absurdo y siempre intentando que sea para todas las edades. La vaca y el pollito, El laboratorio de Dexter, Hey Arnold, ese tipo de series son mis mayores referentes.
Tu cuenta de Instagram tiene 240 mil seguidores y las ilustraciones se viralizan bastante. ¿Cómo se maneja la popularidad en la web?
Al principio, creo que como todos los que hacemos contenido en internet, estaba más pendiente de Likes, comentarios y ese tipo de cosas, generándome algo de ansiedad. En este momento la verdad ocupo mis redes para subir mis cosas y listo, ni siquiera subo muchas fotos mías, así que no tengo que lidiar con algo como la popularidad, no la siento para nada. Creo que lo que me hace sentir más que nada es buena onda y apoyo, que al final lo convierto en parte de la motivación de seguir haciendo cosas.
¿Qué es lo que más te ha sorprendido de las redes sociales?
Lo que más me sorprende y me gusta es que uno nunca sabe hasta dónde llegará algo. Puedo subir algo sin nada de fe y le va muy bien y otras cosas que le tengo mucha fe y no lo pesca nadie.
¿Sientes que poco a poco los libros ilustrados han ido ganando más terreno en el mundo editorial?
Como siempre me ha gustado el mundo de la ilustración me cuesta notar si ha ganado terreno, es algo que siempre he consumido, partiendo con (los) comic que me compraban desde chico hasta ahora que ya sé un poco más de autores, consiguiendo libros de arte de dibujantes que me gustan. Creo que internet es el que hace que la ilustración gane terreno más que los libros.
¿Por qué la dedicatoria a tu mamá?
Mi mamá falleció hace unos pocos meses, siempre la sentí como mi mayor apoyo y era la persona que más pendiente e involucrada estaba en las cosas que hago, incluso me dio muchas ideas que termine dibujando. Tenía que dedicarle el libro, es el 50% de la razón por la que me dedico a esto, el otro 50% se lo debo a mi papá.