“Al igual que el ketchup y las papas fritas, la mantequilla de maní y la mermelada, la hierba y la música siempre son una combinación bienvenida. La pareja se adapta a casi cualquier ocasión, desde momentos tranquilos de examen de conciencia hasta fiestas en casas ruidosas, desde epifanías privadas hasta los movimientos sociales más grandes de los últimos cien años. Cada vez que se escuchan grandes álbumes, la marihuana encuentra un lugar”.
Esa es la introducción con que el sitio Consequence presenta su listado con los 50 mejores discos para escuchar bajo efectos de la marihuana. Todo a propósito de la fecha de hoy (4/20), un símbolo en la jerga de los consumidores de cannabis que hace referencia de manera informal al 20 de abril de cada año como el día de celebración del cultivo y consumo de la marihuana.
Los criterios para escoger los álbumes no sólo guardan relación con lo que le pueden provocar al auditor; también se trata de artistas que elaboraron muchas composiciones bajo el influjo canábico, como Pink Floyd, The Beatles o Tame Impala. Ellos mismos lo han sugerido y lo han reconocido.
En el número 50, de hecho, está Lonerism, de Tame Impala, segundo título de estudio de los australianos y que evoca las formas de la psicodelia y del stoner rock. Ha vendido más de 210,000 copias en los Estados Unidos, y está certificado en platino en Australia y plata en el Reino Unido.
Más abajo están King Gizzard & the Lizard Wizard con Nonagon Infinity (puesto 44), Jamie XX con In Colour (41) y Lauryn Hill con The Miseducation of Lauryn Hill (40).
Más adelanta aparecen Paul’s Boutique de Beastie Boys (29), Post de Björk (25), Heaven or Las Vegas de Cocteau Twins (20), Are You Experienced? de The Jimi Hendrix Experience (14) e In Rainbows de Radiohead (13).
Entrando en terreno de avanzada, el Top 10 incluye algunos clásicos lógicos junto a entregas más recientes. Por ejemplo, Golden Hour de Kacey Musgraves en el 10, Revolver de The Beatles en el 7 y The Dark Side of the Moon de Pink Floyd en el 6.
“Dark Side of the Moon de Pink Floyd es el disco del que te advirtió tu madre paranoica. ¿Y sabes qué? Ella tenía razón. Es tomar demasiados viajes a su mundo de rock progresivo y artístico, y está casi garantizado que comenzarás a desear la lechuga del diablo. Es un tipo de droga de entrada, una que es un puente hacia los tapices de los dormitorios, el incienso y una nueva apreciación de los espectáculos de láser”, relata Consequence con respecto al disco de los ingleses.
En tanto, otro infaltable, Bob Marley & The Wailers, con Exodus, asoma en el puesto 5.
El 3 es para The Flaming Lips con Yoshimi Battles the Pink Robots, mientras que el segundo puesto queda para Wu-Tang Clan con Enter the Wu-Tang (36 Chambers).
¿Y cuál es el indiscutido número uno?
Master of Reality de Black Sabbath. El disco brumoso por excelencia de los británicos. De hecho, en su cancionero destacan Sweet Leaf, la canción que Ozzy Osbourne le escribió a esta planta y sus efectos.
“Ozzy Osbourne procede a cantar una canción de amor a su hierba más querida, admitiendo que le ha ayudado a ver el mundo como realmente es. Para 1971, esto podría haberse desviado fácilmente hacia algún pastiche hippie de Woodstock, pero el riff ágil del guitarrista Tony Iommi y los ritmos de movimiento de cabeza del bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward, fueron francamente aplastantes para la época”, dice el sitio para justificar su elección.
Puedes ver aquí el listado completo.