Es una estatua del rey emérito de España, Juan Carlos I, claro. Pero no nos imaginemos el clásico coloso de bronce en motivo ecuestre, o una estatua rígida y formal ataviada con un uniforme, o un siempre sacramental busto. Esto es un artefacto diferente.

Resulta que en la Plaza Puerta del Sol, en pleno Madrid, apareció una estatua en que se ve al rey Juan Carlos apuntándole con un rifle al clásico monumento del Oso y el Madroño. Uno de los símbolos de la capital ibérica. Esto, en clara alusión a la polémica afición del monarca a la cacería, tal como sucedió cuando lo captaron en África cazando elefantes hace cerca de una década.

La singular obra es del artista chileno Nicolás Miranda, en el marco de su montaje Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel. Pero al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), no le gustó nada, sobre todo por haber instalado su obra sin autorización.

Martínez-Almeida dijo a la prensa: “Sobre imbéciles no hablo. Lo que se ha hecho es una imbecilidad absoluta”, por lo que pidió no darle “publicidad” a este “tipo de gente”.

El monumento recuerda la cacería -ya está dicho- que el rey emérito llevó a cabo en Botsuana en el año 2012 y que le llevó a ser intervenido de urgencia en Madrid de la cadera tras sufrir una caída en el país africano. En la ocasión dijo: “Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir”, dijo tras recibir el alta y abandonar el hospital ese hecho precipitó su abdicación y posterior auto exilio en Abu Dhabi, debido a la investigación en su contra por presunto fraude.

Fiacha O'Donnell (38EDITIONS)/Handout via REUTERS THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. MANDATORY CREDIT. NO RESALES. NO ARCHIVES.

Miranda, por su lado, algo así como el “Banksy chileno”, estudió Bellas Artes obteniendo la mención especial en Escultura en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales de Santiago de Chile. Además, ha logrado varios reconocimientos a nivel de premios, destacando una beca para una residencia en Buenos Aires.

Entre sus obras destacadas se encuentra Easy, con la que imagina qué sucedería se una obra de Jeff Koons se expusiera en una sala de su país natal, o In Cash. Algunas de sus demás creaciones destacadas son Sin pena ni gloria o La gran vitrina. Su última obra, la del rey emérito, se enmarca dentro de Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel.

Y, por lo demás, la llevó a España directamente desde Chile, troceada y guardada en dos maletas. Para colocarla en la Puerta del Sol, analizó durante días la rutina de la plaza a través de las cámaras públicas instaladas en el kilómetro 0, a las que cualquiera puede acceder durante las 24 horas del día.

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Su intención era comprobar en qué momento los agentes que custodian el enclave realizan el cambio de turno y, en ese momento, realizar el montaje y desmontaje de la escultura.

La próxima semana, la escultura –de solo 170 centímetros contando el pedestal, también de poliuretano– se expondrá en La Parcería, una asociación cultural del distrito de Arganzuela, junto a un documental y fotografías de esta ‘hazaña’ de diez minutos.