Más allá de la enigmática y algo rígida sonrisa de Lisa Gherardini, la famosa Mona Lisa, había otro punto en el fresco de Leonardo da Vinci (1452-1519) que aún no estaba resuelto. ¿Cuál es el paisaje que aparece de fondo?
Hasta hoy, el cuadro también conocido como La Gioconda se ha mantenido en las portadas de los matutinos del mundo. En mayo del 2022, un activista ecológico -haciéndose pasar por minusválido- le arrojó un trozo de torta, pero no sufrió mayores daños, ya que posee un cristal protector.
Pero volvamos la vista hacia el historiador italiano Silvano Vinceti, un especialista en la obra de Da Vinci, y quien en esta jornada dio a conocer un estudio que hizo utilizando imágenes de drones y a partir de antiguos documentos de la época de los Médici hallados en el archivo de Estado de Florencia.
En una concurrida rueda de prensa en Roma, Vinceti aseguró que aunque “cualquier historiador debe saber que no hay verdades absolutas”, gracias a su trabajo tiene la certeza de que el paisaje detrás de la Mona Lisa es el antiquísimo puente Romito de la localidad de Laterina, en provincia de Arezzo, de la Toscana, al centro de Italia. Región a la que por cierto pertenecen Florencia y el pequeño poblado de Anchiano, el pueblucho natal de Da Vinci.
“Aunque en las últimas décadas las hipótesis de los historiadores indicaban que ese puente era el de A Buriano, también en provincia de Arezzo, o el de Bobbio, en provincia de Piacenza, esto es un error”, dijo. Y señaló que el “verdadero puente es el de Laterina”.
“La clave para descubrir dónde se encontraba el paisaje fue el puente que se identifica en el costado del cuadro. El detalle más revelador fue el número de arcos: el puente de la pintura tenía cuatro arcos, como el de Romito”, precisó el experto.
Mientras mostraba imágenes de los drones, Vinceti explicó el contexto en que su tesis tiene sustrato: “Sabemos que entre 1501 y 1503, Leonardo estuvo en esa zona de la Val d’Arno, al servicio de ‘el Valentino’, César Borgia, hijo de Alejandro Borgia y luego del ‘gonfaloniere’ de Florencia, Pier Soderini, para quien hizo trabajos de ingeniería hidráulica, relevación del territorio y de rectificación del curso del río. Es certificada la presencia en esa zona de Leonardo, que se movía entre Arezzo, Florencia”.
“Leonardo en esa época se movía con su equipo de ayudantes, bueyes y caballo, y gracias a un documento que encontré en el Archivo de Estado de Florencia pude corroborar que el puente Romito, de Laterina, estaba íntegro y era muy frecuentado y muy funcional porque representaba un atajo”, agregó.
De esta manera, según Vinceti, Leonardo pintó el paisaje de modo realista desde una colina de esa zona llamada Punta Caianello. “Muchos historiadores cometen el error de pensar que Da Vinci pintaba en los paisajes variantes fantasiosas, pero la verdad es que hacía dibujos reales del territorio, es fundamental entender que todos los detalles que pintaba eran realizados de modo fiel”.
Actualmente, en ese paisaje solo queda en pie un arco del puente que quedó destruido por una inundación de 1700 pero en el momento en que Da Vinci pintó el cuadro entre 1501 y 1503 era uno de los puentes más transitados de la zona; según pudo constatar el investigador a partir de un documento ubicado en el Museo Estatal de Florencia. “En el período comprendido entre 1501 y 1503 el puente estaba en funcionamiento y era muy transitado”, zanjó Vinceti.