Solo dos minutos le tomaron a la española Joana Marcús para agotar las 700 localidades del Teatro Oriente dispuestas para la charla que dará este lunes 15 de mayo, en la que presentará su libro Tres Meses, la tercera parte de la saga literaria que ya componen Antes de diciembre y Después de diciembre.
Con solo 22 años, y oriunda de Mallorca, la joven es quizás el nuevo viral de la Literatura Infantil y Juvenil. El nombre que no se veía desde que J.K. Rowling irrumpió en el mercado con Harry Potter. De hecho, a nivel global ya marca la friolera cifra de medio millón de ejemplares vendidos.
Como suele ocurrir con las sagas, hay una protagonista fuerte: Jenna, una joven que se muda de ciudad para ir a la universidad y su novio (Monty) le propone abrir la relación. Pese a las dudas iniciales, accede, pero con la ilusión a tope de que esta nueva modalidad haga menos ardua la espera hasta diciembre, el mes en que se volverán a ver.
Pero la sartén se le escapa de las manos y entonces aparece Ross, quien le remueve el piso. Es exactamente lo opuesto a Monty, y comienzan los enredos, las renuncias, las crisis existenciales y los consejos de los amigos. Una trama de novela romántica con todas sus letras.
Marcus comenzó su romance con los libros desde joven. Incluso, pasó de ser una adolescente que no le gustaba leer, y con problemas de dislexia, a ser una escritora viral. “Para mí leer significaba que en el colegio nos decían: “Tienes que leer delante de todo el mundo este pasaje” -dijo a La Nación, de Argentina-. Como yo tenía dislexia, pero todavía no me habían diagnosticado, me trababa, confundía palabras, no sabía distinguir ningún número: no podía escribir ni las fechas ni mi edad. Y mis profesores pensaban que era porque no quería aprender: decían ‘es muy lista, pero no demuestra interés’”.
“Entonces la terapeuta del colegio me diagnosticó y parte del tratamiento era leer treinta minutos al día. Ahí dije: ‘Ah! Se puede disfrutar de un libro’. Y como no teníamos dinero para comprarlos, leía lo que me ponían delante: thriller, romance, novela rosa, lo que fuera, pero lo que más me enganchó al principio fue la saga Harry Potter, un clásico. Luego me empezó a interesar la idea de soltar mi imaginación y escribir me pareció la manera más sencilla. Mi hermana mayor leía un fanfic de los Jonas Brothers y ahí dije: ‘Si hay una niña que escribe esto con mi edad, ¿por qué yo no lo estoy haciendo?’”.
Fue en las redes sociales donde Marcús comenzó a cimentar su fama. Se creó una cuenta de usuaria en la plataforma Wattpad, con el alis juju1255 y a los 15 años ya contaba con 6 historias publicadas en la plataforma. De repente, ya contaba más de 300 000 visitas. Sus historias gustaban.
Pero la fama trae costos, y por ello, comenzó a ser víctima de bullying, por lo que Joana se alejó de la escritura dos años. Sin embargo, S Debido a este repentino reconocimiento, la autora comenzó a ser víctima de acoso escolar, lo que provocó que Joana se alejara completamente durante dos años de Wattpad y de las redes sociales. Pero el apoyo de un profesor, quien la alentó a escribir, fue clave para retomar. Ahí ya se disparó.
“Ha sido un proceso más largo de lo que puede parecer, fueron siete años: entre mis 13 y mis 20. Ayudó en parte la pandemia, el número de lectores se disparó, y Tik Tok que luego viralizó mis contenidos, ahí empezó el boom -explicó a La Nación-. Mi familia y mis amigos sabían que escribía por la dislexia, pero no pensaban que fuera algo tan serio. Cuando les dije que Penguin Random House me había mandado un mail e iba a publicar un libro con ellos, me dijeron: “Pero ¿qué te has tomado? ¡Vete a dormir!”. Creo que todavía están asumiendo lo que vino después...”.
Tanto es así que en la reciente Feria del Libro de Buenos Aires en un minuto exacto se agotaron las mil entradas para la conferencia y posterior firma de ejemplares que Marcús hizo el pasado sábado. Nada menos que 44 mil fans quedaron fuera. Algo similar que lo ocurrido en Chile.
Actualmente, Joana estudia sicología, lo cual considera un gran complemento a su escritura. “Creo que es una gran base porque al final cuando hablas de estos temas no hay una verdad absoluta. La psicología te da ese impulso: tienes una base objetiva a partir de la cual desarrollar una idea mejor en función de los personajes o lo que quieras contar. La mayoría de los que me leen es gente joven, entonces tiene un elemento de explaining: te explico cuál es el problema en lugar de decirte ‘esto está mal’, quiero que sepas por qué está mal”.
Por supuesto, también tiene opinión de la constante tensión entre la corriente más literaria con la comercial. “Creo que todos los géneros literarios tienen algún prejuicio asociado, en nuestro caso, más que en el género juvenil en general, creo que es por el hecho de que somos personas muy jóvenes empezando en un negocio que está muy asentado y tiene sus figuras muy marcadas, es muy difícil abrirte paso, no entre los lectores, sino en el círculo general del mundo editorial. Sientes que tienes que estar constantemente demostrando que te mereces estar donde estás”.
Con el agua corrida bajo el puente, Marcús también se ha hecho de un modo para enfrentar los comentarios siempre quemantes en las redes sociales. “Eso ya me da igual -dijo a Infobae-. Son muchos años navegando por internet. He llegado al punto en el que paro a pensar qué tanto me puede llegar a afectar lo que una persona al azar, que no me conoce, que yo no conozco, que nunca en mi vida voy a interactuar con, diga de mí. ¿Debería darle más prioridad a este tipo de personas o aquellas a las que sí conozco? ¿A aquellos que me siguen desde hace años? Suelo hacer ese balance, pero también pasa que tengo un mal día y me pilla algún comentario malo y me hunde un poquito, pero no es lo habitual. Lidiar con ello fue lo primero que aprendí de internet”.