Más delgado de lo que se encontraba antes de agosto del 2022, y con un parche en su ojo derecho, el escritor británico Salman Rushdie hizo su primera reaparición en un evento público desde que sufrió un atentado en Nueva York. En la ocasión, un joven se abalanzó sobre él y lo atacó con un cuchillo intentando matarlo, pero no consiguió su objetivo.

Claro que no estuvo presente en un salón, sino que a través de una videoconferencia desde su casa, en la Gran Manzana. Desde ahí, se dirigió a la audiencia presente en la ceremonia de entrega de los British Book Award, la noche del pasado 15 de mayo. En la ocasión, recibió el premio Libertad para publicar, que “reconoce la determinación de autores, editores y libreros que se plantan contra la intolerancia pese a las amenazas continuadas que enfrentan”, según los organizadores.

Rushdie no se guardó nada, y en su breve discurso de cerca de 4 minutos, tocó el tema de la libertad de expresión, acaso el tópico que lo ha movilizado desde que el Ayatolá Ruhollah Jomeiní, pidió su asesinato a través de una fatwa, en 1989, debido a su libro Los versos satánicos. “Vivimos en un momento, creo, en el que la libertad de expresión, la libertad para publicar, no se había visto bajo semejante amenaza en los países de Occidente en toda mi vida”, señaló el escritor.

“Obviamente, hay partes del mundo donde la censura ha prevalecido durante mucho tiempo, en gran parte del mundo: Rusia, China y, de alguna manera, India también. Pero en los países de Occidente, hasta hace poco tiempo, había bastante libertad en el área editorial”, agregó.

Carsten Bundgaard/Ritzau Scanpix/via REUTERS/File Photo.

También aprovechó de criticar la ola de censuras de libros en bibliotecas y escuelas en Estados Unidos, que entre otras cosas han motivado la aparición de clubes de lectura espontáneos que se oponen a dichas restricciones. “Ahora estoy aquí en Estados Unidos, tengo que ver un ataque extraordinario contra las bibliotecas y los libros para niños en las escuelas...El ataque a la idea de las bibliotecas en sí. Es tremendamente alarmante y debemos ser conscientes de ello, y combatirlo con mucha dureza”.

Además, criticó una tendencia en boga en el mundo editorial, la de reescribir clásicos a la luz de criterios actuales. “Ha sido alarmante ver a los editores buscando, ¿cómo decirlo?, engatusar el trabajo de personas como Roald Dahl e Ian Fleming, y tengo que decir que la idea de que James Bond podría hacerse políticamente correcto es casi imposible. Cómico. Creo que hay que resistirse a eso. Los libros tienen que venir a nosotros de su tiempo y ser de su tiempo. Y si eso es difícil de aceptar, no lo lea, lea otro libro. No intentes rehacer el trabajo de ayer a la luz de las actitudes de hoy”.

Una lenta reaparición

Desde que sufrió el atentado, Rushdie ha tenido un lento proceso de reaparición. En febrero se publicó su última novela, Ciudad victoria, la número 21 de su carrera. Promocionando este libro concedió una entrevista al señero The New Yorker, donde reveló cómo estaba llevando las secuelas del atentado. Confesó que tenía trastorno de estrés postraumático y muchas dificultades para escribir, lo que le parece deprimente. “Me siento a escribir, y no sucede nada. Escribo, pero una combinación de acuidad y desechos, cosas que escribo y borro al día siguiente”, dijo.

Su atacante, Hadi Matar, de 24 años, arriesga una pena de 25 años de cárcel por intento de asesinato en segundo grado, más otros siete años por apuñalar a Reese. Matar se declaró inocente de los cargos de agresión e intento de asesinato.

Durante la entrevista con el New Yorker, Rushdie dijo: “No sé lo que pienso de él, porque no lo conozco. Todo lo que he visto es su idiota entrevista en el ‘New York Post’. Lo que sólo haría un idiota. Sé que el juicio está todavía muy lejos. Puede que no se celebre hasta finales del año que viene. Supongo que entonces averiguaré algo más sobre él”.

(Photo by Evan Agostini/Invision/AP, File)

También habló con el matutino español El País. Reconoció que tras al ataque tuvo pesadillas, pero que ya habían disminuido. Consultado si se arrepentía de algo, aseguró: “Preferiría no vivir bajo esta amenaza (de la fatwa), pero no cambiaría absolutamente nada. En cierto modo, la pregunta sobra, porque desde que se proclamó la fetua por haber escrito Los versos satánicos, que fue mi quinto libro, he publicado 16 más, y estoy orgulloso de ello. No me arrepiento de nada”.

“He tenido mucha suerte de haber salido con vida. Su pregunta me hace pensar en algo que dijo Woody Allen cuando le preguntaron si le alegraba saber que seguiría viviendo en sus películas después de morir, a lo que respondió que preferiría seguir viviendo en su casa [risas]”.

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