Los shows de Roger Waters no pasan desapercibidos. Desde su cuenta en Twitter, el embajador de Israel en Chile, Gil Artzyeli, lanzó una particular acusación contra el bajista. El diplomático reparó en el traje negro que el exlíder de Pink Floyd suele vestir en escena -con brazalete rojo y martillos cruzados- cuando interpreta pasajes del álbum The Wall (1979), a propósito de su reciente show en Berlín como parte de la gira This is not a drill, la misma que lo traerá al Estadio Monumental de Santiago el 25 y 26 de noviembre.
“La última ‘gracia’ de Roger Waters: en su concierto de ayer en Berlín se vistió de nazi. Así es, se puso el uniforme de las SS”, escribió el diplomático en su cuenta de Twitter, sin reparar en que el atuendo lo usa desde los 80. “Su estándar moral es más que dudoso, pues apoya tmbn (sic) la invasión rusa a Ucrania y defiende la ‘democracia’ de Venezuela entre otras dictaduras”.
Y remató: “En noviembre hará dos conciertos en Chile, una excelente oportunidad para que antisemitas, neonazis, pro invasión de Ucrania, chavistas y totalitarios de todo tipo vayan a verlo y se sientan a gusto”.
Consultado por Culto, Artzyeli expandió sus palabras al teléfono: “Roger Waters es antisemita hasta la médula, y tengo alergia al antisemitismo. Hay que enfrentarlo, no se le puede dejar. Él es un problema, pero el problema más grave son los miles que lo están escuchando. Kanye West, con sus declaraciones antisemitas, fue limitado, nadie lo escucha, y Adidas cortó todos sus contratos”.
“Es alguien tan abiertamente antisemita, con declaraciones antisemitas, hablando de los judíos como no seres humanos. No hay matices en su antisemitismo, no lo esconde, no lo camufla. Es puro antisemitismo en su lenguaje, en sus declaraciones. Hay que enfrentarlo, no hay que dejar que estas declaraciones continúen”.
Además, cita otros ejemplos, como el uso en sus recitales del cerdo del álbum Animals con una imagen de la estrella de David, o la mención de la joven mártir judía Ana Frank junto a la periodista palestina-estadounidense asesinada Shireen Abu Akleh.
-¿Cree usted que pudo haber sido un error mencionar lo del traje de la SS? Porque esa imaginería él la trae desde The Wall
En mi juventud era fan de Pink Floyd y de su música, hoy lo puedo apreciar. Pero hay puntos en que no se puede distinguir entre el artista y su obra, sea literaria o sea musical. Su caso es tan extremo, tan brutal en sus declaraciones. Hace poco dijo que todos somos humanos, pero hay algunos que son humanos de manera distinta, en alusión a los judíos. Cualquier declaración de este tipo hacia una minoría, sea LGTBQ+, sea ética, hubiera sido rechazada de una forma tajante. Y espero que así sea cuando se refiere así a los judíos. Lo que él ha criticado en el álbum The Wall, contra el fascismo y las dictaduras, hoy es parte de eso, apoyando la invasión rusa a Ucrania.
Sobre los próximos shows de Waters en el país, el embajador comentó: “No entiendo cómo alguien puede acudir a un show de un músico que genera odio y antisemitismo. Todo lo que Chile está en contra”.
Un relato autobiográfico
“Estaba oscuro por todas partes / Había heladas en el suelo / Cuando los tigres se liberaron / Y nadie sobrevivió / De la Companía C de los fusileros reales”, canta Roger Waters en When the tigers broke free, una canción compuesta durante las sesiones del legendario The Wall (1979), de Pink Floyd. Incluida en el filme, pero que no formó parte del álbum. Lo haría en el disco siguiente, The final cut (1983). En esa canción, Waters se pone autobiográfico y relata la muerte de su padre, Eric Fletcher Waters, durante la Segunda Guerra Mundial. “Y así fue como el Alto Mando me quitó a mi papá”, cierra la emotiva canción.
Que su padre peleara contra las fuerzas de la Alemania nazi y los fascistas de la República Social Italiana en la batalla de Anzio, en 1944, hizo que Roger Waters desarrollara un fuerte sentido crítico hacia ellos. Eso se hizo parte en la monumental puesta en escena de The Wall, donde el bajista no sólo dio rienda suelta a su megalomanía, sino que también al uso de un uniforme negro, similar al de las SS nazis (y que en la película también viste el personaje Pink, interpretado por el actor irlandés Bob Geldof), con el fin de hacer una crítica a las ideologías fascistas totalitarias.
Es desde la gira de The Wall en 1980, en que Waters utiliza ese atuendo. Lo comenta a Culto Luis Acosta, miembro de la Comunidad Pink Floyd. “En The Wall, Waters expresa su malestar por la guerra. Siempre tuvo el tema de la muerte de su padre. Y es un álbum que él armó solo, con la colaboración de Gilmour, aunque tuvo conflictos con él y con Richard Wright. Ahí refleja todo lo que le pasó en su vida a partir de la muerte de su padre en la guerra”.
“Entonces, el dictador es una parte más del muro que a él lo separó de la sociedad. Y en el disco y la película refleja lo que a él lo separa del mundo. Lo hace casi caricaturesco, como en In the flesh, cuando el dictador aparta todo lo diferente, después les dispara, los manda a matar”.
“En las representaciones actuales, es lo mismo, es una representación contra las dictaduras. Quizás el embajador ve una representación que es cruda, quizás no entiende el desarrollo de The Wall. En los recitales Waters dispara metafóricamente contra el público, como lo hizo en Chile en 2012, pero lo hace de forma de representar absurdamente lo que es un dictador. Todo lo que aparta al mundo de la humanidad”.