Durante el discurso de cuenta pública presidencial, el mandatario Gabriel Boric hizo alusión al mundo de cultura. En breves palabras, se refirió a dos aspectos de la industria: el Estatuto del Trabajador Cultural, aspecto donde resaltó: “Ya se realizaron 28 diálogos sociales en los que participaron más de 600 agentes culturales, artísticos y patrimoniales que sentaron las bases para dicha iniciativa”.

Asimismo, a uno de los aspectos centrales del programa: “Además, mantengo afirme la decisión de avanzar durante nuestro mandato al 1% del presupuesto en cultura”, remató.

Además, recordó que su gobierno entregó apoyo a más de 32.000 trabajadores culturales, con el Bono al trabajador cultura, aliviando de esta manera su disminución de ingresos durante la pandemia.

¿Qué opinaron desde el mundo cultural? Soledad Gutierrez, directora ejecutiva de la Corporación del Libro y la lectura, que agrupa a los principales sellos editoriales que operan en el país, incluyendo a las trasnacionales Penguin Random House y Planeta, señaló a Culto: “Consideramos positivo que el Presidente haya incluido en su cuenta pública temas tan relevantes como el Estatuto del Trabajador Cultural y el presupuesto del 1% para cultura”.

“Pero si bien existieron estas menciones y otras en general a la cultura, extrañamos algunos énfasis especiales, considerando además los múltiples desafíos pendientes en el mundo del libro. Esperábamos una mención destacada para la Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas que reforzara su implementación considerando los preocupantes índices de lectura en nuestro país. El ecosistema del libro necesita acciones urgentes del Estado para temas tan relevantes como el fomento a la lectura, especialmente en la infancia; en el combate a las mafias que operan desde la piratería de libros; y acciones consistentes para fortalecer a la industria editorial que releva a nuestras autoras y autores, quienes -como el mismo Presidente sabe- tan bien comprenden y representan las identidades de nuestro país”.

Felipe Mella, director del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), indicó: “Me quiero centrar en el compromiso de llegar al 1% del presupuesto en cultura, que es el sueño que hemos tenido todos los que somos partícipes del sector cultural. Creo que es muy importante que el Presidente lo mantenga como un eje, para que se logre de aquí al final de su gobierno. Ojalá que ese 1% sea un comienzo para generar una base sólida, administrativa, de trabajadores, y que pueda sustentar este crecimiento importante”.

Paul Birke, presidente de la Asociación Gremial de Galerías de Arte Contemporáneo (AGAC), indicó a Culto: “Ambos puntos son interesantes. El Estatuto del trabajador cultural, bienvenido. Todo lo que sea cumplir con lo prometido genera tranquilidad y un buen ambiente de trabajo. Entendemos que esta administración se está poniendo al día en la formalización necesaria para poder avanzar en la profesionalización del sector. En el caso del 1% sabemos que se irá avanzando paulatinamente y aquí lo importante es que debemos ir preparando al sistema de las artes visuales para incorporar adecuadamente este aumento de recursos. Al sistema de las artes visuales hay que hacerle ajustes que estén orientados, entre otros, a la prosperidad de los artistas, para nosotros en AGAC es fundamental esto último”.

Desde SADEL, Sociedad de Derechos de las Letras, su presidenta, Vivian Lavín, señaló: “Lo que uno espera es que se puedan correr las barreras de lo que nos han entregado en los últimos años. Nos han regado con esperanzas, pero lo ideal es que se concreten. Entendemos que cuando la economía va para un lado, la cultura es uno de los vagones de atrás y siempre vamos a la cola. Así como se habla de los trabajadores culturales, como SADEL nos preocupa la situación de los autoras y autores, porque ninguno tiene contrato de trabajo, todos sacan un momento de su vida para escribir. Entonces, la escritura y el pensamiento crítico está sostenido sobre lo que las personas quieran hacer. No existen estatutos de trabajadores, acá lo que tenemos son contratos de edición. Eso significa que vamos a ser colonizados por autores extranjeros y los nuestros van a ser cada día menos”.

Ese 1% es urgente, porque eso quiere decir que van a poder haber incentivos a la internacionalización de los autores, los editores, que puedan acceder a fondos y no solamente concursables, ahí tiene que haber una modernización de cómo se gestiona la cultura en Chile”.