The idol es una serie de dos almas. Al menos en su inicio, la nueva serie de HBO se mueve con disparidad en torno a dos ejes. El primero es la vertiginosa y muchas veces delirante maquinaria que rodea a la música pop de Estados Unidos. El segundo, el reino de misterio y placeres que encabeza una suerte de gurú que se hace llamar Tedros (Abel “The Weeknd” Tesfaye).
Entre ambas dimensiones transita Jocelyn, una afamada cantante que parece al borde del desmoronamiento. En duelo por la muerte de su madre, está a las puertas de lanzar al mercado una nueva canción que no le satisface y cae rendida ante el líder de un culto que le revela un nuevo sentido para su carrera y su vida.
A pesar de las dudas que puede generar la ficción, en pantalla Lily-Rose Depp está a la altura de la tarea. La actriz de 23 años encarna con precisión la fragilidad y el atrevimiento de su personaje, navegando en aguas turbias y consolidándose como el punto más alto de una producción que ha ofrecido más en su (polémica) antesala que en sus dos primeros capítulos.
La intérprete –hija de Johnny Depp y la francesa Vanessa Paradis– se ha reconocido encantada con su papel. “He soñado con roles como este desde siempre. Simplemente no creo que puedas darle a una actriz un regalo más grande que un rol como este”, expresó a la revista de moda i-D, agregando que “después de un año de vivir con este personaje, todavía estoy obsesionada con ella”.
Los paralelos que se han trazado entre la ficción y la realidad conducen a nombres como Britney Spears, Madonna y Miley Cyrus, pero Tesfaye y Sam Levinson –cocreadores de la serie– han descartado que la inspiración para crear a Jocelyn provenga de alguien en particular.
Depp se pliega a esa idea. En vez de fijarse en referentes musicales y contemporáneos, ha dicho que se inspiró en estrellas de la Edad de Oro de Hollywood como Lauren Bacall y Gene Tierney. También ha citado a Sharon Stone en Bajos instintos (1992), de Paul Verhoeven.
“Creo que con la forma en que se viste, por ejemplo, está tratando de decir algo en todo momento”, explicó sobre Jocelyn en la conferencia de la serie en el Festival de Cannes. Abordando uno de los aspectos más controversiales de la producción, señaló: “Creo que la desnudez ocasional del personaje refleja físicamente la desnudez que vemos emocionalmente en ella”.
Fiel defensora de las mentes detrás de la serie, la intérprete compartió sus definiciones incluso antes de que los episodios llegaran a la pantalla. “No me interesa hacer nada que sea puritano. No estoy interesada en hacer nada que no me desafíe, o desafíe a otras personas, honestamente. Creo que esta serie no tiene miedo, y eso es algo en lo que estoy muy emocionada y orgullosa de haberme sumergido”, apuntó en noviembre pasado a la revista Vogue.
The idol es el título que la ha otorgado mayor exposición a una actriz que hasta ahora había optado por la cautela y el camino propio. Tras protagonizar junto a su amiga Harley Quinn Smith la comedia de terror Yoga hosers (2016), de Kevin Smith, Lily-Rose Depp sumó películas en que trabajó con nombres como Natalie Portman, Louis Garrel, Colin Farrell y Keira Knightley. Antes de aterrizar con su nueva producción en Cannes, se paseó por la alfombra roja del Festival de Venecia con El rey (2019), la cinta sobre el monarca Enrique V (Timothée Chalamet).
Unas de sus guías es su propia madre, Vanessa Paradis. Al igual que ella, firmó con Chanel y es rostro de la marca desde que tiene 16 años. Consultada recientemente por sus dos íconos de moda, respondió que eran ella y Carrie Bradshaw. En contraparte, en sus últimas entrevistas ha evitado mencionar a su padre, salpicado por las batallas judiciales y los traspiés de su carrera.
“Creo que no estoy aquí para responder por nadie”, le dijo a la revista Vogue. “Siento que durante gran parte de mi carrera la gente realmente ha querido definirme por los hombres de mi vida, ya sean los miembros de mi familia o mis novios. Y estoy realmente lista para ser definida por las cosas que hago”.
Lo siguiente en su trayectoria es otro proyecto que promete causar un gran impacto. El estadounidense Robert Eggers (La bruja) la fichó para que asuma uno de los papeles principales de Nosferatu, donde Bill Skarsgård dará vida al Conde Orlok. Aunque aún no tiene fecha de estreno, será el rol que sucederá a Jocelyn en su carrera.
“Definitivamente siento que he aprendido más durante este año que nunca en un año de trabajo”, indicó en febrero pasado. “Pero siempre quiero existir en este estado en el que siento que puedo mejorar y aprender mucho más. Quiero ser receptiva a eso siempre”.