El lugar sin límites, de José Donoso
Es ya un clásico de la literatura chilena y de la literatura hispana. La novela de José Donoso pone en escena las tensiones entre el deseo y las costumbres, la moral patriarcal y la homofobia como forma de mantener el orden. (Óscar Contardo, columnista de LT Domingo).
Las horas, de Michael Cunningham
Uno de los libros que me voló la cabeza para adentrarse a la diversidad sexual y, particularmente, al lesbianismo es Las horas, de Michael Cunningham. Me encanta porque toma la vida de Virginia Woolf, su novela Mrs Dalloway y la actualidad para formar un relato donde las mujeres son protagonistas de sus amores y desamores. A lo largo de la novela se puede apreciar el lesbianismo contextualizado según las épocas, con sus fortunas y miserias, y eso no solo da una perspectiva histórica sino también que se aleja del victimismo que prepondera hoy para relatar la vida misma. (María José Cumplido, historiadora).
La convulsión coliza, Yeguas del Apocalipsis (1987-1997), de Fernanda Carvajal
Es el primer trabajo de investigación crítica que recorre el carnaval marica de las Yeguas del Apocalipsis (Pedro Lemebel y Pancho Casas) que desde los años 80 hasta el 87 y en plena dictadura levanta el imaginario de su activismo cultural y la performance homosexual en el espacio publico donde nadie decía nada. Un texto notable que excede el ensayo y se transforma en un guión cultural insolente. Lo presento, en el museo de la memoria el 27 de junio a las 19.00 (Juan Pablo Sutherland, escritor).
Amasijo, de Marta Brunet
Uno de los relatos menos conocidos de Marta Brunet, relata de manera delicada, la relación entre dos hombres en una época en la que ese tipo de relaciones era innombrable. (Óscar Contardo, columnista de LT Domingo).
Middlesex, de Jeffrey Eugenides
Es la historia de Cal/Calliope Stephanides, que crece como niño en el seno de una familia griega, asentada en Detroit, pero que va descubriendo, en la medida que crece y se relata su devenir y el de su familia, que su cuerpo no se desarrolla “normalmente”, y que los vínculos entre su cuerpo, su género y su deseo no obedecen al sistema heteronormativo. Es una novela que relata el padecimiento, pero también las conquistas de quien se encuentra con la fuerza de un sistema incapaz de volver inteligibles cuerpos y experiencias que disienten de los modelos hegemónicos que regulan nuestra sexualidad y nuestras corporalidades. (Andrea Kottow, académica UAI).
Loca fuerte, de Óscar Contardo
Desde su título, que juega con el “Poco hombre” de uno de los últimos libros de Lemebel, esta biografía entra con inteligencia, penetración y buena pluma en el mundo público y privado del artista visual y cronista chileno. Una búsqueda de la verdad en torno a su vida y sus motivaciones, como nunca nadie lo había hecho antes, porque no era tarea fácil. A través de sus páginas, el libro va adquiriendo esa especie de rotundidad que definió a Lemebel. Y al final, sentimos que por fin conocemos a la persona y al personaje público, y entendemos de qué forma se relacionaban el uno con el otro. (Pablo Simonetti, escritor).
Utopía queer. El entonces y allí del futuro antinormativo, de José Esteban Muñoz
Es un texto que invita a repensar el concepto “queer”, no sólo para ir más allá de las luchas identitarias de género, como el mismo concepto promovió desde sus inicio, sino para ir más allá de ello y utilizarlo como categoría de futuro, como idealidad, es decir, como aquello que nos permite pensar el futuro más allá del “aquí y ahora” del capitalismo neoliberal. Se trata de un libro de “imaginación política”, que tiene muchísimo que aportar al pensamiento político de las izquierdas contemporáneas. Pues, al expandir las posibilidades analíticas de lo queer, leyéndolo en consonancia con la noción de utopía y el “principio de esperanza” del filósofo alemán Ernst Bloch, permite imaginar una “futuridad antinormativa”. Esta es crítica tanto las demandas pragmáticas de ciertos movimientos LGBTIQ+ “homonormativos”, como el derecho al matrimonio, como también de una “negatividad queer” que para Muñoz es carente finalmente de proyecto político. “(...) arrebatarnos del candado anquilosante del presente, conocer nuestro modo de ser queer como una pertenencia en la particularidad que no esté dictada ni organizada alrededor del espíritu de impasse político que caracteriza el presente” (p. 74). (Silvana Vetö, librera de Librería Alma Negra).
Desastres naturales, de Pablo Simonetti
Esta novela reconstruye la dificultosa relación entre un hombre gay y su padre. Por extensión es una novela sobre la figura de la familia burguesa en la historia reciente de Chile y finalmente, un libro sobre el amor, la inevitable decrepitud y la muerte.(Óscar Contardo, columnista de LT Domingo).
Crackpot, de John Waters
Este es el libro LGBTQI+ que más me ha marcado. Es un volumen de no ficción, de ensayos , editado hace veinte años por Anagrama como Majareta. Crackpot es una especie de introducción vital al imaginario del cineasta de Baltimore, con sus pasiones y odios, con esa compleja visión del vicio y la virtud, pero lo que más me llamó la atención fue su manera de construir un universo queer a partir de fuentes biográficas, gustos literarios, cinéfilos y televisivos, cultura trash mezclada con cine arte, y una especial desfachatez a la hora de expresar sus ideas. Sin duda es un título esencial no sólo para disfrutar más algunas películas de John Waters (como Pink Flamingos o Female Trouble) sino para entender mejor la historia de lo queer. (Pablo Illanes, guionista y escritor).
Estrategias del deseo, de Cristina Peri Rossi
“Que tu cuerpo sea siempre, un amado espacio de revelaciones” es uno de los versos de este libro imprescindible de la poeta uruguaya. (Óscar Contardo, columnista de LT Domingo).
El pensamiento heterosexual y otros ensayos, de Monique Wittig
Es un libro situado en las luchas feministas de la década del 80, que fue central en las críticas a algunas derivas de los feminismos europeos y estadounidenses que, a juicio de Wittig, no cuestionabamn suficientemente el sistema sexo-género y el orden heterosexual. Desde su pensamiento y experiencia como lesbiana, Wittig criticó las fomas en que dichos feminismos terminaban esencializando a “la mujer” y “lo femenino”, sin permitir una crítica radical que pudiera develar que la heterosexualidad no es sólo una práctica sexual, sino un régimen político que se impone no sólo por medio de instituciones como la familia y el matrimonio, sino también de los discursos de las ciencias humanas, los cuales implican además no solamente cuestiones de género, sino también de raza, económicas, entre otras. De este modo, Wittig fue una de las grandes impulsoras de un feminismo no esencialista, antecedente también de la teoría queer y de los transfeminismos, así como del pensamiento interseccional. (Silvana Vetö, librera de Librería Alma Negra).
Sangre como la mía, de Jorge Marchant Lazcano
Retrata la crisis del Sida en una novela que va entrelazando biografías asfixiadas por las costumbres con la fascinación por el cine. Un relato conmovedor sobre una enfermedad que marcó la vida de varias generaciones. (Óscar Contardo, columnista de LT Domingo).
Letras vestidas, de Humberto Peñaloza
Editado por Mago editores, es un texto de lunfardo travesti de Dajme, gran amigo de Pedro Lemebel y (Néstor) Perlongher que construye un espacio travesti en la ciudad sudamericana, bello imaginario del mundo travesti que apuesta a la noche cafiola. (Juan Pablo Sutherland, escritor).
Dos vidas: Gertrude y Alice, de Janet Malcom
La autora recrea en este ensayo biográfico la relación amorosa entre Gertude Stein y Alice B. Toklas en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Una historia fascinante para entender el genio de Stein, y sorprenderse con sus contradicciones. (Óscar Contardo, columnista de LT Domingo).
El favorito de las viejas, de Jorge Marchant Lazcano
Editada por Cuarto Propio en 2022, es una novela notable sobre el Marques de Cuevas, personaje que cruza el arribismo, la sexualidad marica en el claustro y llevado de la mano de Jorge, se convierte en una crítica notable del Chile oligárquico que flota todavía en su sistema de valores. (Juan Pablo Sutherland, escritor).