Nicole: “Hoy estamos rodeados de información, pero solo la que nos interesa. El algoritmo solo nos nutre de las cosas que vamos consumiendo”
Los últimos años de la artista han sido intensos. Además del lanzamiento de su séptimo disco tras nueve años sin publicar un álbum inédito, hoy se alza como una de las protagonistas del Coro Ciudadano Ochagavía, instancia gratuita que busca fomentar la cultura en Pedro Aguirre Cerda y donde la cantante ejercerá como coach vocal. En conversación con Culto, Nicole aborda los últimos proyectos de su carrera, además de anunciar el concierto que la tendrá en el Teatro Coliseo tocando Claroscuro completamente en vivo por primera vez.
El 2009 algo cambió en Nicole. Ese año, fue convocada por TVN para dirigir un coro conformado por internos de la cárcel de Talagante, en el marco de un concurso de talentos integrado por personas comunes y corrientes provenientes de diversas profesiones y contextos. Esa, su primera experiencia dirigiendo a un grupo de personas en aquel formato, fue una vivencia reveladora en su vida: “Me cambió aún más la percepción de lo que hace la música y cantar en la vida de una persona, sobre todo como parte de un conjunto. Eso fue cuando me invitaron a Todos a coro”, recuerda la cantante, con emoción, a través del teléfono.
“Estuvimos trabajando en este programa durante tres meses o cuatro. Yo estuve yendo a Talagante muy seguido, todas las semanas, para enseñarles las canciones, a cantar... En vivo íbamos todas las semanas. Fue muy intenso, pude compartir mucho con estas personas privadas de libertad y fue todo un aprendizaje”, agrega.
Además, la experiencia con los reos llegó en un momento muy particular den su vida, pues hace sólo unos meses había nacido su primer hijo. “Era mamá por primera vez, súper consciente de una nueva etapa en mi vida, como persona, como mujer, viendo las prioridades distintas, sacándome los prejuicios también sobre la cárcel o sobre los internos. Observando más al ser humano, compartiendo música, historias, guitarra... Fue bien intenso, emocionante y revelador ese proyecto para mí”.
Desde ese momento, la idea de crear y potenciar nuevos coros comenzó a dar vueltas en su cabeza. El siguiente paso fue la búsqueda de aliados que se encantaran tanto como ella con la idea, dispuestos a trabajar en equipo para sacar adelante la iniciativa. Todo, mientras Nicole seguía perfeccionándose en las técnicas de canto requeridas para afrontar el desafío.
Los primeros aliados fueron Daniela Guzmán, cantante y gestora cultural, y Andrés Pérez, músico y director de la Mapocho Orquesta. Y luego, se sumaron la Red Megacentro y el Núcleo Ochagavía de Pedro Aguirre Cerda. “La idea era hacer todo un ejercicio en una comuna, con una presentación en algún lugar de ella, ya sea un gimnasio, un establecimiento cultural, y que ese espacio también crezca. Ojalá con una continuidad con profesores locales, que haya un trabajo local para luego expandirse y que haya encuentros corales comunitarios y después, por qué no, regionales”, profundiza Nicole.
A 14 años de ese primer encantamiento con el formato, la comuna de Pedro Aguirre Cerda se prepara para recibir la segunda versión del denominado Coro Ciudadano Ochagavía que, a través de audiciones abiertas a vecinos desde los 13 años, convocará a 40 cantantes que trabajarán por varios meses para preparar un gran recital de cierre en el Teatro Mori.
“Creo que es muy importante que, en cada lugar, en cada municipio, sea súper estimulada y apoyada la música y el arte en general para toda la comunidad”, afirma la artista. “Es esencial para poder realmente ir sacando todo lo que atrae negativamente a los jóvenes que están solos, que pasan momentos y situaciones muy complejas familiares. Es realmente importante poner foco en eso. Y si uno puede poner un grano de arena ahí, creo que es aún mejor”.
“Estamos en tiempos en que se opina tanto... Y está bien opinar, decir lo que uno piensa y manifestar cómo debieran ser las cosas, pero creo que también es demasiado importante aportar desde la vereda en que uno pueda apoyar. Desde la casa, el barrio, el trabajo, desde lo que uno hace aportar concretamente. Es ahí donde nace también este proyecto. Realmente es una inyección de energía”, señala la cantante.
La artista también agrega que uno de los mayores aprendizajes trabajando con el coro radica en la confirmación de los efectos que la música puede tener en los seres humanos. “La música realmente sana, une, hace que la gente se pueda comunicar. Permite conectarse a través de la emoción y realmente hace muy feliz a la gente. Siempre lo he dicho: la música y el deporte en la vida de los seres humanos son fundamentales porque nos lleva a un lugar de conexión profunda, o con el alma o con el cuerpo. Realmente logra captar la esencia del ser humano. La verdad es que es muy concreto lo que hace la música en las personas, y en tiempos de tantas diferencias entre los seres humanos y de tantas situaciones complejas, la música realmente viene a ser un gran aporte concreto. No solamente como una distracción o un entretenimiento”.
Claroscuro, un disco confesional
Aunque su último álbum totalmente inédito antes de Claroscuro se lanzó el 2013, lo cierto es que Nicole nunca dejó de componer. Cada concierto y experiencia acumulada en estos años se transformaban en una fuente de inspiración lírica y musical. Pero no fue hasta noviembre del 2022, a nueve años del lanzamiento de Panal, que la artista compartió nuevas composiciones.
Con la llegada de la pandemia vino un proceso de trabajo que tuvo como resultado su disco más personal hasta la fecha, lleno de texturas y sonidos modernos soportados por una serie de letras tan íntimas como confesionales. Todas ellas, unidas por la idea de la luz y la oscuridad como dos conceptos que se potencian.
“Cada disco para mí ha sido también un auto regalo de alguna manera, de observar lo que sentía, lo que veía o lo que veo de lo que estamos viviendo a nivel personal y también de lo que vivimos como familia, como núcleo, como sociedad. Este disco conecta con las luces y las sombras que tenemos todos. Hablando de esto, de un mundo en que planteamos tanto nuestras diferencias, tenemos tanto más cosas en común como seres humanos. Y que son nuestras luces, nuestras sombras. Sentimos las pérdidas de la familia, los problemas y los cuestionamientos internos de igual manera, cada ser humano. Y es ahí donde tocamos fondo, perdemos todo, volvemos a comenzar, tenemos inseguridades a través de toda la vida, nos sentimos triunfadores, nos sentimos perdedores, nos sentimos asustados, nos sentimos seguros”, comparte Nicole sobre la esencia plasmada en este LP.
“Amamos, sufrimos... En ese sentido, este disco viene a hablar de las luces y las sombras que tenemos todos y, en el fondo, que la luz y la oscuridad no se contraponen, sino que son necesarias. Se complementan, se necesitan unas a otras para realmente poder ser. Poder ver lo importante cuando hay luminosidad o poder entender por qué viene algo oscuro y aprender. También es un análisis profundo, emotivo de lo que vivimos como seres humanos para conectar con esa vulnerabilidad que tenemos en común”.
-¿Escribiste las canciones pensando en construir un nuevo disco o fue algo que se dio en el camino?
Me gusta mucho lo que está pasando con la música ahora, que hay distintos formatos, EP, sacas singles... Pero a mí me hace mucho sentido tener una obra, un grupo de canciones que tengan un concepto que me ayude a llevarlo en vivo, desde la carátula, las luces, los videos... Que haya algo que los envuelva. En ese sentido, voy haciendo canciones y las voy juntando. Venía tocando mucho en vivo, por los 30 años, la producción de los discos en vivo para la celebración de las tres décadas, el documental de Panal… Y claro, no me había detenido a ver el grupo de canciones que tenía hasta un poquito antes de la pandemia.
Es ahí donde empecé a juntarme con el Pablo Stipicic, el productor principal. También estuvo Andrés Nusser, Fernando Herrera, Sebastián Gallardo con Fer Lamas, que son de We Are the Grand... Quise tener colaboraciones para aprender más en cuanto a lo musical. Siempre me interesa mucho tener distintas visiones sonoras, porque quería algo que sonara muy moderno, pero al mismo tiempo que tuviera distintas texturas, no sé, del Fender Rhodes de los 70, las guitarras con mucho delay de los 90, teclados Juno de los 80.... Fusionar texturas. En eso, este equipo fue muy bueno, muy interesante. Después vino la pandemia, todos nos encerramos y empezamos a trabajar desde la casa, mandando muchos archivos, que fue la primera parte del disco. Fue muy interesante porque aprendí a grabar mejor e indagué en cosas que me han servido hasta hoy. Ahora voy a ver la impresión del arte en vinilo… Cada proceso es muy bonito, muy emocionante.
-¿Cómo fue tu relación con la composición durante los años que hay entre el lanzamiento de Panal y de Claroscuro?
Nunca paramos de tocar en vivo, de estar en proyectos, registrar y masterizar las tocatas, hacer este documental, que me tomó cinco años... Todo eso me daba pie y algún contenido para ir escribiendo en el camino. En ese sentido, no me detuve completamente en la composición. Siempre estoy con la libretita anotando cosas de alguna conversación, de algún libro, y también con la guitarra grabando alguna idea.
En el fondo, igual había una intención, pero es heavy cuando uno sabe y dice ‘ahora sí, ahora estoy comenzando a tener un disco’, y que lo sentí con Desierto florido. Tenía algunas canciones medias escritas, pero las empecé a ver cuando Desierto florido se completó. Por eso para mí esa canción es tan significativa, porque me abrió esa puerta de decir ‘voy a hacer otro disco’. O de pensar ‘lo estoy logrando’.
-¿Y cómo has percibido el recibimiento del público a esas composiciones?
Me han escrito mucho que son canciones que les hacen mucho sentido, que los acompañan, que las sienten muy profundas, personales, pero al mismo tiempo las han entendido muy bien. Todos podemos sentir los mismos cuestionamientos y esa era mi intención, abrir una puerta para que la gente no se sienta sola cuando tiene cierta tristeza, inseguridades, desesperación, amor, o esa necesidad de seguir creciendo y que todo está en contra... Creo que lo han entendido muy bien y les ha gustado. Yo estoy feliz porque me escriben siempre. Ahora la intención es poder tocarlo cada vez más.
Entre conciertos y la mirada crítica hacia la TV
Desde noviembre del año pasado que los singles de Claroscuro han ido integrándose a los setlist de sus conciertos. Pero el próximo 1 de diciembre, el Teatro Coliseo albergará el lanzamiento oficial del disco, un concierto íntimo que tendrá a las 13 canciones del álbum como el protagonista absoluto, y que tendrá a las 13 canciones del LP dominando el cancionero. Sin embargo, ese no es el único evento en su agenda para lo que queda del 2023.
-En septiembre te presentarás en el festival Chilean Wey. ¿Cómo te estás preparando para esa instancia? ¿Qué te gusta del formato festival?
Siempre es súper interesante compartir en un festival con otros músicos, y en este que surge también junto a artistas mexicanos... Es entretenido compartir. Siempre uno aprende del otro y se pasa bien. Y lo que implica el trabajo de un festival es grande, así que es bacán que se puedan ir logrando estas alianzas, el apoyarse internacionalmente. La oportunidad de conocer músicos siempre es muy importante y gratificante. Así que feliz de ser parte. Tenemos un show bien sólido, bien intenso, que abarca canciones de la historia y algunas de las nuevas de Claroscuro, así que yo creo que va a andar súper bien y lo vamos a pasar muy bien. Va a estar muy entretenido para toda la gente que vaya al Chilean Wey de Santiago y de Concepción.
-Dentro de tu carrera también ha sido importante tu paso por la televisión. ¿Cómo ves la oferta cultural actual? ¿Te gustaría volver a la pantalla con algún proyecto musical?
Siempre es interesante ir observando todo lo que pasa en la televisión. Y personalmente creo que faltan más espacios para la música en la televisión, como siempre lo he comentado. A pesar de ser parte de varias instancias musicales en TV creo que siempre hace falta más. Hay muchos músicos talentosos. Hay mucho arte, hay mucho que contar y que la gente no sabe que está pasando.
Hoy estamos rodeados de información, pero solo la que nos interesa. El algoritmo solo nos nutre de las cosas que vamos consumiendo. Entonces, la gente realmente no sabe todo lo que pasa a nivel musical y la diversidad que hay. Una cosa es lo que se puede escuchar en la radio o que es más mainstream, pero hay muchas bandas nuevas, hay muchos músicos haciendo música distinta, muy interesante. Muchos espacios también que deberían ser apoyados para que haya más música. Por ejemplo, los locales debieran tener más facilidades, no estar restringidos por patentes que son muy difíciles de sacar para que los músicos puedan tocar más en vivo.
Creo que hace falta un movimiento en la televisión y nuevos espacios para tocar aún más, con toda la cantidad de músicos que hay en Chile. Veo que claramente el The Voice que estuvo ahora fue un gran espacio. Los programas de imitación le han dado trabajo a mucha gente. Nosotros con Mi nombre es lo vimos. Es muy valioso, un arte realmente bien específico y nada fácil, donde el talento también es importante. Pero insisto: en la televisión faltan programas que apunten a informar, a entretener y a ver todo lo que pasa a nivel musical en Chile, y afuera también. Un tipo magazine para la gente que no tiene acceso a conocer artistas que no consumen, que no le llegan al algoritmo. Hay muchas cosas pasando y que podrían estar más en la televisión abierta.
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