En el mapa de producciones nacidas al alero de éxitos del pasado, Gremlins: Los secretos de Mogwai se distingue por lograr algo poco usual: operar como historia de origen que justifica su propia existencia con inventiva y encanto.
Dividida en diez capítulos de media hora, la serie animada de HBO Max se sitúa en China en los años 20, donde Gizmo aparece como parte de un espectáculo callejero y es presentado como un “gato-perro”. Es en ese momento que su destino se cruza con el de Sam Wing, un niño de diez años que unirá fuerzas con otra joven para proteger al mogwai de las garras de un villano.
“Queríamos explorar el origen de la amistad del señor Wing y Gizmo”, indica Brendan Hay, en alusión al personaje que en los dos filmes de Joe Dante fue encarnado por el actor Keye Luke. “No sabes cómo se hicieron amigos, cómo se conocieron. Es un mundo muy rico y abierto, por lo que teníamos mucho para explorar allí”.
Ambientada seis décadas antes de los hechos de la película de 1984, la serie aborda el nacimiento de esa relación, pero no pierde de vista que está contando su propia historia. “Nadie puede predecir exactamente cómo se van a desarrollar las cosas. Ojalá eso la vuelva una divertida historia independiente”, añade el productor a Culto.
“Nos sentimos iluminados por el fandom de las películas originales”, apunta Tze Chun, creador de la ficción, asegurando que durante el desarrollo intentaron responder una interrogante: “Si mientras crecíamos hubiera existido una serie de Gremlins, ¿cómo hubiéramos querido que fuera?”.
El origen del proyecto se remonta a las conversaciones entre Sam Register, presidente de Warner Bros. Animation, y Steven Spielberg, productor ejecutivo de las cintas de Dante. El mismo director de Piraña (1978) se involucró en el proceso, participando como consultor.
“Lo primero que nos preguntó Spielberg fue: ¿Joe está feliz? Creo que ese es un verdadero testimonio de Spielberg como un productor que realmente se preocupa por los cineastas con los que trabaja. Incluso después de todos estos años. Eso me conmovió”, cuenta Chun.
Una de las particularidades de Gremlins: Los secretos de Mogwai reside en que se apoya en la cultura china para construir su propio universo, lo que impulsó al equipo a realizar una exhaustiva investigación sobre la época.
“La mitología china, los espíritus, los monstruos y las criaturas que pueblan la serie, son cosas de las que oía hablar mientras crecía. Cosas que me decían mis padres o que veía en películas chinas. Eso definitivamente me asustó cuando era más joven”, explica el creador. “Ese período de tiempo es muy interesante en China, visualmente, los fondos, el paisaje, las diferentes criaturas”, añade.
Los realizadores convocaron a un grupo de actores de raíces asiáticas para que les prestaran sus voces a los personajes. Un grupo encabezado por Izaac Wang, Ming-Na Wen y James Hong y que también tiene como invitados a Sandra Oh, Randall Park y George Takei.
“Estamos aprovechando el hecho de que las personas de mi generación, y otras más jóvenes, a las que les encanta esta película, ahora tienen hijos y disfrutan de este mundo con ellos”, plantea B. D. Wong, quien interpreta al padre del protagonista.
“No creo que las personas que la vean se vayan a sentir terriblemente aterrorizadas, pero verán que los personajes están absolutamente aterrorizados. Y podrán sentirse entretenidos por eso”, apunta el actor.
Consolidada como una de las producciones con buenos comentarios del primer semestre, la animación ya prepara su segunda tanda de episodios.
“Está casi terminada, lo cual es genial. Es definitivamente una expansión de la primera temporada. Una de las mejores cosas es que hay 60 años entre el momento en que se desarrolla nuestra serie y el momento en que se desarrollan las películas de Gremlins, por lo que Brendan y yo tenemos toneladas de historias que nos encantaría contar durante ese periodo de tiempo”, cierra Chun.