Harrison Ford debutó en la piel de Indiana Jones cuando estaba a punto de cumplir 40 años. Luego, en 2008, regresó al papel cuando promediaba los 60. Y recientemente retomó el traje del célebre arqueólogo a los 80 años, por quinta y última vez, según ha afirmado por todos los medios.
Las mentes detrás de Indiana Jones y el dial del destino (2023), la película final de la saga, le plantearon una idea atípica: rejuvenecer su rostro utilizando los más recientes avances tecnológicos de la industria.
Aunque durante los últimos años ha vuelto a dar vida a sus personajes en Star Wars y Blade Runner, la propuesta era totalmente inédita para la estrella de El fugitivo (1993). Implicaba no sólo encarnar nuevamente un rol que lo ha acompañado a lo largo de más de cuatro décadas, sino que intentar que luciera como en las películas que rodó durante los años 80 bajo la dirección de Steven Spielberg.
Ford aceptó y se entregó a las manos del equipo encabezado por el director James Mangold, el sustituto de Spielberg en la última parte de la franquicia.
Durante el proceso desempolvaron las cientos de horas de material fílmico en que aparecía el actor, tanto en la saga Indiana Jones como en sus otros proyectos con Lucasfilm. Ese archivo fue clave para aplicar un nuevo software creado por Industrial Light & Magic (ILM), la reputada compañía de efectos visuales que George Lucas fundó en 1975.
Necesitaban que Ford apareciera más joven en un momento específico de la cinta: durante la secuencia inicial, en que Indy lucha con los nazis en 1944, poco antes de la liberación por parte de las fuerzas aliadas. En esas horas vertiginosas lo acompaña su amigo Basil Shaw (Toby Jones) y tiene su primer round con Jürgen Voller (Mads Mikkelsen), el villano de la historia.
Mangold describió al actor como “increíblemente talentoso y ágil”, una cualidad que volvió plausible que “fingiera que tenía 35 años” cuando rodaban esa porción del largometraje. También ayudó la rapidez con que podían usar el recurso tecnológico, una especie de versión más sofisticada del deep fake, donde los rostros pueden ser sustituidos con facilidad.
“Un lunes podría filmar a Harrison como un hombre de 79 años interpretando a uno de 35, y el miércoles podría ver el material con su cabeza ya reemplazada”, explicó Mangold a la revista Total Film.
“El objetivo consistía en darle al público una muestra completa de lo que tanto extrañaban. Porque luego, cuando la película aterriza en 1969, tendrán que hacer un ajuste a lo que es ahora, que es diferente”, agregó el cineasta.
Aunque la secuencia ha causado comentarios mixtos, el actor ha defendido en todo momento la aplicación de la tecnología. En noviembre pasado, en entrevista con Empire, reconoció que “es un poco espeluznante. No creo que quiera saber cómo funciona, pero funciona”.
En mayo, en la conferencia que se desarrolló en el Festival de Cannes a raíz del estreno de la cinta, afirmó: “La tecnología ha evolucionado hasta el punto en que, al menos para mí, luce muy realista, y sé que esa es mi cara. No es una especie de magia de Photoshop. Así era como me veía hace 35 años, porque Lucasfilm tiene cada cuadro de película que hemos hecho juntos durante todo este tiempo”.
Y aprovechó la ocasión para negar que trabajar con ese truco digital haya gatillado un ánimo nostálgico. “Estoy muy feliz con mi edad. Me encanta ser mayor. Fue genial ser joven, pero, carajo, podría estar muerto y todavía estoy trabajando”, cerró, desatando las risas de la prensa.
En cierto modo, está satisfecho con que el grueso de la película muestre a un doctor Jones retirado de la aventura y a punto de jubilarse de la academia. Un héroe que sólo regresa a la acción cuando en su vida irrumpe su ahijada, interpretada por Phoebe Waller-Bridge.
Sin retiro a la vista
Puede que esté despidiéndose de todos sus personajes icónicos, pero Harrison Ford no piensa en el retiro. “Me encanta trabajar. Me encanta sentirme útil”, dijo recientemente en la televisión estadounidense.
Su etapa más reciente no es la de alguien que esté analizando abandonar su profesión. Hace unos meses llegó al streaming con dos series: la comedia Shrinking (Apple TV+) y el drama 1923 (Paramount+), precuela de Yellowstone, y tiene considerado grabar las segundas temporadas de ambas producciones.
Además, en 2024 se estrenará su primer largometraje en la saga Marvel: Captain America: Brave new world, donde encarnará a Thaddeus Ross, el personaje que previamente interpretó el fallecido William Hurt. Y repetirá ese rol en Thunderbolt, también planificada para el próximo año.
En síntesis, su carrera sigue en desarrollo y descarta un epílogo. “No sé qué hace una leyenda para ganarse la vida. Sé que me considero un actor que trabaja, y me conformaré con eso”, apuntó a Entertainment Weekly.
“Supongo que leyenda significa que has existido durante mucho tiempo. Y creo que eso está destinado a ser, eh, elegante, pero simplemente, eh... Suena viejo”.