Su padre le dijo “Ven, vamos a dar un paseo”. Siendo una veinteañera, Tania Bruguera acompañó a su progenitor al auto. El hombre -uno de los fundadores del Partido Comunista de Cuba y alto representante diplomático de la isla en Beirut, París y Panamá- no soltó una palabra en todo el camino.

Ante su sorpresa, el paseo no fue a la playa ni a un parque, ni menos a pasar un momento padre/hija. La travesía era mucho más aterradora. “Me llevó a una casa. Entramos en una sala. Había dos hombres y mi padre me dijo: ‘Estos son unos compañeros que quieren hablar contigo’”, recordó con charla con El País, de 2019.

El motivo por el que sentaron a la joven Tania Bruguera -ya una inquieta artista- a un interrogatorio, fue porque se le ocurrió realizar un periódico con textos de otros creadores. “Hice para una exposición un periódico con textos de artistas, y como estaba prohibido hacer cualquier publicación independiente, los censores me dijeron que parase. Mi padre, al que veía un par de días al año, se presentó en nuestra casa y me pidió que le entregase todos los ejemplares que tuviese”.

A los censores del régimen castrista les dijo: “Nadie me mandó. A mí nadie me manda. La idea fue mía porque soy una artista”. Y así se ha definido Tania Bruguera (54). Como una artista con opinión e independiente. La oriunda de La Habana visitará Chile en septiembre, para inaugurar una exposición individual en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende.

Esta actividad, señalan desde el museo, se enmarca en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Aunque para la artista tiene una connotación especial. “Durante la etapa de la dictadura en Chile, el pueblo chileno contó con la solidaridad del pueblo cubano. Quizás hoy, se necesita una acción en reverso, para cambiar la realidad que enfrenta el pueblo en Cuba”, reflexiona Tania Bruguera en torno al contexto político actual en declaraciones recogidas por el sitio de la institución.

Bruguera es un nombre crucial en el arte contemporáneo. Su postura ha sido incómoda para La Habana, y el régimen no ha trepidado en detenerla las veces necesarias. Aunque a diferencia de otros artistas, a ella no la han encarcelado de manera prolongada, en parte por ser una artista reconocida mundialmente. De hecho, ha participado en eventos artísticos internacionales como el documenta de Kassel, Alemania (una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo), las bienales de Venecia, San Pablo, Shanghái y La Habana, además de exponer en lugares renombrados como el Tate Modern, Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, Museo de Santa Mónica, Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam de La Habana y New Museum de Nueva York, entre otros.

Es cierto que ser conocida fuera me ha dado una gran protección -comentó con El País en 2019-. Hay artistas y otras personas a las que no les dejan salir de Cuba, y a mí me dejan porque no quieren que se arme un escándalo. Una vez en un interrogatorio me dijeron: “No te vamos a meter más presa porque no queremos que seas la Ai Weiwei cubana ni que te den un Premio Nobel”.

Por ello es que su visita causa cierta incomodidad en ciertos sectores del oficialismo. Por ejemplo, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, señaló: “Que una agente norteamericana disfrazada de artista venga a exponer al Museo de la Solidaridad Salvador Allende. O sea, los norteamericanos hicieron el golpe de Estado con los DC, con las fuerzas de derecha que hoy se agrupan en Chile Vamos. Y hoy día, (algunos socialistas) los tienen como socios estratégicos… Si Allende estuviera vivo, no sé cómo se enfrentaría a sus, entre comillas, excompañeros, porque esto es muy doloroso, tiene que ser muy doloroso para quienes sienten amor profundo por Salvador Allende”.

Incluso se pronunció el nieto de Salvador Allende, Pablo Sepúlveda Allende, quien consideró el hecho como un agravio. “Hacemos un enérgico llamado tanto a la directiva como a las y los trabajadores del Museo de la Solidaridad Salvador Allende para que se retracten de la grotesca provocación y reparen el insolente agravio hacia la imagen, memoria y legado de Salvador Allende, que están cometiendo al organizar la exposición de la artista cubana Tania Bruguera, una artista que sólo destaca porque su puesta en escena es contraria políticamente a la Revolución Cubana, esa misma Revolución que tanto Allende como millones y millones de personas en Cuba como en el mundo entero admiramos, defendemos y amamos”, posteó el nieto de Allende en su cuenta de Twitter.

Por su lado, en un comunicado colgado en su sitio web, el museo se pronunció frente a las críticas: “Cabe señalar que consideramos que estos comentarios son reflejo fiel del escenario político actual, marcado por la desinformación y los prejuicios, y responden a un desconocimiento tanto del proceso creativo y la profundidad de la obra de la artista, como de la misión del MSSA”.

“Dentro del pluralismo y reflexión que propone el MSSA, se realizó una invitación a Tania Bruguera para gestar una exposición de arte que abordara los procesos políticos recientes de Latinoamérica y particularmente en Chile, profundizando en temas como los desafíos de la democracia y la memoria, desde el respeto irrestricto a los Derechos Humanos”.

Una “artivista”

Burguera se suma a otras voces que desde el mundo de la cultura se han manifestado contrarios al castrismo. Ejemplos son también el escritor Leonardo Padura o el cantante Yotuel, para las generaciones más jóvenes.

Como expresión artística, Bruguera no se interesa en las formas del arte clásico, como la pintura, el grabado o la escultura; más bien usa tanto la performance como la instalación, dos formas muy usuales en el arte contemporáneo. Sus obras son llamativas y provocadoras y en ellas funde el cuerpo (como medio principal de expresión) y lo político. “Mi obra tiene tres capas -comentó en charla con CNN en español, en 2022-. Siempre surge por algo emocional que tengo irresuelto, siempre es una conversación con la historia del arte y siempre es posicionamiento político”.

Tania Bruguera durante su performance "Autosabotaje".

De esa manera se entiende que a su trabajo le denomine artivismo. Por ejemplo, está El peso de la culpa, donde comía tierra, haciendo una referencia a la historia indígena cubana donde los nativos juraron no comer nada más que tierra ante la llegada de los españoles. O El susurro de Tatlin, donde los espectadores eran arreados de un lado a otro del Tate Modern por dos policías a caballo que les hacían preguntas, para reflexionar sobre la libertad de expresión.

O Autosabotaje (ver foto principal), donde, mientras se encuentra leyendo sus reflexiones en torno al arte político y la función de los artistas en el contexto del arte, las instituciones y la sociedad, toma un revólver, le introduce una bala, gira la nuez y aprieta el gatillo ante la mirada helada de los espectadores.

Si bien, Bruguera siempre se negó al exilio, finalmente la medida le fue impuesta en 2021 por la administración de Díaz-Canel. Por ello, partió a Massachusetts, Estados Unidos, donde reside hasta hoy. Su medida fue una especie de canje, ya que se encontraba con arresto domiciliario. Libertad a cambio de exilio.

Con ella también fueron expatriados otras figuras, como el artista visual Hamlet Lavastida o la escritora Katherine Bisquet. Todos por intentar boicotear la Bienal de Arte de La Habana de 2021. “No me meto con los artistas cubanos, que actuarán como su conciencia les dicte, pero le pedimos a los extranjeros que no participen porque sería legitimar una dictadura que está metiendo presa a tanta gente”, señaló Bruguera en esa ocasión.

Sin embargo, no todo fue malo en ese año, ya que recibió el Premio Velázquez de Artes Plásticas, que concede cada año el Ministerio de Cultura español, dotado con 100.000 euros (unos 91 millones de pesos chilenos) y considerado el equivalente al Cervantes en el campo de la literatura. “Este premio llega en el contexto en el que los artistas independientes cubanos estamos diciendo no a la participación, no a la colaboración, no a la promoción de la Bienal de la Habana del 2021, porque nuestros hermanos artistas están presos, porque el pueblo cubano está preso”, señaló.

Crítica con la revolución de Castro, Bruguera guarda un cierto margen en la transformación social. “No he perdido la fe en las ideas de justicia social de los primeros años de la revolución, pero he tenido muchas decepciones -aseguró a El País-. La prioridad de la revolución no han sido los cubanos, sino su imagen internacional”.

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