Ryan Gosling fue un niño actor. Participó en ese semillero que fue The Mickey Mouse Club, incorporándose durante la misma temporada en que se unieron al programa Britney Spears, Justin Timberlake y Christina Aguilera. Estuvo lejos de ser el talento con más tiempo en pantalla, pero alcanzó a ensayar su característica sonrisa y esbozar su carisma.
Durante años su paso por ese show ha sido más una anécdota que un dato clave para explicar su ascenso en la industria. Su popularidad se disparó con el drama romántico Diario de una pasión (2004) y antes y después se movió a sus anchas en el cine independiente, dejando estupendas actuaciones en títulos como The believer (2001), Lars y la chica real (2007) y Drive (2011). Nada en sintonía directa con sus orígenes en la factoría del ratón Mickey.
Recientemente, ahora que tiene 42 años, Gosling reveló que recompuso su vínculo con su versión más infantil. “Le debo mucho a ese niño. Siento que me distancié muy rápido de él cuando comencé a hacer filmes más serios. Pero la realidad es que él es la razón por la que tengo todo lo que tengo”, admitió a la revista GQ.
Y fue más lejos: “Tuve que regresar y ponerme en contacto con ese pequeño, y agradecerle y pedirle ayuda”.
¿Pedirle ayuda en qué? En su trabajo en el rodaje de Barbie, la película que Greta Gerwig dirige y escribe a partir de la exitosa propiedad de Mattel. La cineasta de Mujercitas (2019) le planteó su interés en que encarnara a Ken, el novio perfecto de la industria de los juguetes, lanzado al mercado dos años después que la muñeca debido a la alta demanda de las niñas. Ken ha tenido diferentes carreras, pero durante sus seis décadas de existencia ha recibido notablemente menos atención que su pareja. Para todos los fines, es sólo Ken.
La comedia de Gerwig juega con esa tradición, la de una figura escultural sin demasiadas luces. Si Barbie está acostumbrada a siempre tener una semana plagada de grandes días, Ken sólo puede aspirar a tener un buen día si logra capturar la atención de ella (Margot Robbie), la versión estereotipada de la muñeca. El resto del tiempo está en la playa junto con los otros hombres de ese mundo, todos también llamados Ken y unidos por una extraña rivalidad.
Pero algo se enciende en su interior cuando viaja a Los Angeles (EE.UU.) junto a su novia. En su primer acercamiento al “mundo real” se percata de que sus pares dominan los negocios, montan caballos, son dueños de grandes camionetas y gozan de una serie de beneficios que hasta ese momento ignoraba. En un instante de desatención de la protagonista, él vuelve a Barbie Land y la transforma totalmente.
Gosling luce cómodo dando vida a ese arco, vistiendo colores pasteles y ostentando una gran capacidad para reírse de sí mismo, como no lo hacía desde Dos tipos peligrosos (2016), su gran comedia negra con Russell Crowe.
Para muchos, se roba gran parte de las escenas del filme y está a la altura cuando el personaje alcanza sus momentos más climáticos. Canta una balada, se prueba vestuario estrafalario y oscila entre emociones. Nadie podría decir que se tomó a la ligera la tarea que le asignó Greta Gerwig.
“Si alguna vez realmente te preocupaste por Ken, sabrías que a nadie le importaba Ken. Así que tu hipocresía está expuesta. Es por eso que su historia debe ser contada”, expresó a la revista GQ.
La estrella de La la land (2016) aún meditaba la oferta cuando se encontró con los juguetes de sus dos hijas en su casa, las Barbies y los Kens desperdigados en su jardín. Se detuvo en uno particular. “Un día lo vi boca abajo en el barro, junto a un limón aplastado, y pensé en que la historia de este tipo necesitaba ser contada”, detalló sobre el episodio que antecedió a su respuesta a la realizadora de Lady Bird (2017).
Sin embargo, sus dos retoñas –las hijas que tuvo con la actriz Eva Mendes– también estaban confundidas con su trabajo en el largometraje. “Ni siquiera lo llaman Ken. Uno de ellos se llama Darrell. Y Darrell trabaja en una tienda. Uno de los nombres de las Barbies es Gym Class. Y Gym Class conoció a Darrell en la tienda, pero Gym Class se está enfocando en sí misma en este momento”, explicó muy seriamente a The New York Times. En la misma conversación se negó a decodificar el mensaje del filme: “No me atrevería a Ken-explicar la película de Barbie”.
Aunque es pronto para anticiparlo, algunas voces ya proponen que podría alcanzar su tercera nominación a los Oscar, esta vez por Mejor actor de reparto. En esa categoría podría encontrarse con nombres como Robert De Niro (Killers of the Flower Moon) y Robert Downey Jr. (Oppenheimer), pero nada parece intimidarle: a su favor tiene la energía de Ken.