¿Qué tienen en común la muñeca Barbie y el físico teórico J. Robert Oppenheimer? En principio, no mucho. Ambos son referentes pertenecientes al siglo XX, pero encarnan casi lo opuesto: el juguete de Mattel definió la imaginación de las niñas y diversos ámbitos de la vida a partir de los años 50, y el científico esculpió las reglas del planeta al convertirse en el “padre de la bomba atómica” en 1945.
Curiosamente, son las dos figuras que desde la semana pasada hegemonizan la conversación en torno al cine, dando forma a un hito como hace tiempo no se concebía en la pantalla grande. El lanzamiento de Barbie y Oppenheimer en Estados Unidos impulsó a los complejos de ese país al cuarto fin de semana más exitoso de su historia, y gracias a su arrastre global ambas se volvieron rentables casi de inmediato.
En Chile, donde llegaron el 20 de julio, un 81,65% de las personas que acudieron a las multisalas entre jueves y miércoles eligieron ver la comedia de Greta Gerwig o la película biográfica de Christopher Nolan. En sus primeros siete días la primera convocó más de 713 mil espectadores y la segunda alcanzó los 233 mil asistentes. Una prueba contundente de que compartir fecha de estreno, en vez de generar un efecto negativo, terminó siendo un acierto de los estudios detrás de cada producción.
Juntas forman Barbenheimer, la campaña que nació orgánicamente en redes sociales y que finalmente se transformó en millones de entradas vendidas en todo el mundo. Esta reunía en imágenes ingeniosas a la actriz Margot Robbie como Barbie y a Cillian Murphy como Oppenheimer, a modo de estimular ver ambas durante el mismo día o fin de semana. Y ojalá hacerlo con un vestuario acorde.
Su triunfo probablemente se convertirá en objeto de estudio de incontables análisis en los meses y años venideros. Por el momento, el fenómeno ha despertado la simpatía de nombres como Francis Ford Coppola. “Aún tengo que verlas, pero el hecho de que la gente llene los grandes cines y que no sean ni secuelas ni precuelas –no tienen un número adjunto, lo que significa que son verdaderas piezas únicas– es una victoria para el cine”, expresó.
El autor de El Padrino (1972) subraya un punto indesmentible: en una industria entregada a las franquicias eternas y a los universos interconectados, la coronación de los filmes de Gerwig y Nolan es una rareza. Si bien Barbie está basada en la muñeca más popular de todos los tiempos y tiene un elenco –y soundtrack– con grandes estrellas, el enfoque de la cineasta de Mujercitas (2019) es tan festivo como desafiante y elabora una propuesta en que fluyen las bromas y los apuntes sobre la condición humana. Es una certeza que Hollywood intentará convertir sus aciertos en una fórmula que le permita realizar otros largometrajes en torno a propiedades de ese calibre, pero sus atributos responden al genio de su realizadora.
Oppenheimer enfrentaba sus propias dificultades: es una cinta para adultos, se compone de largas charlas y dura tres horas, lo que limita la cantidad de funciones por sala por día. A su favor, cuenta con la mano del director de Batman: El caballero de la noche (2008) e Interestelar (2014), quien se mueve a sus anchas contando la historia del físico teórico estadounidense, y a esta altura es una marca en sí mismo.
“Christopher Nolan es un cineasta que logra la ecuación perfecta: una visión artística potente y la escala y ambición que atrae a los espectadores a la gran pantalla. Es la suma de estos factores la que le ha hecho ganarse una audiencia que espera sus películas y, además, la confianza de Universal para no solo financiar, sino promocionar la película como el blockbuster que es”, indica Nicky Vukovic, gerente de marketing de Universal Pictures Chile.
Agrega que durante su paso por el país Oppenheimer ha logrado “una audiencia sostenida en días de semana, por lo que nuestras proyecciones están ya por sobre Dunkerque (2017), su mayor éxito local no asociado a una franquicia”.
Hoy es toda una proeza encontrar boletos para ver su nueva obra en los horarios más demandados, especialmente en IMAX, el formato con el mejor sonido e imagen de la industria y el favorito del realizador de Memento (2000), quien filma con cámaras de esas características. Durante siete años esta sala estuvo disponible únicamente en Cinépolis Mallplaza Egaña, pero en septiembre pasado se habilitó una segunda en Cinemark Mallplaza Vespucio.
“La película ha hecho más del 6% de sus admisiones en salas IMAX. El estándar para cualquier estreno es entre un 1% y 2%”, detalla Vukovic. “Dados los resultados que vemos hoy y la ocupación diaria de ambas salas, estamos estimando que Oppenheimer se transforme en la película más vista en formato IMAX en los próximos días”.
En tanto, Barbie sigue creciendo con velocidad en territorio nacional (acumulaba 851.336 asistentes hasta este viernes) y es inminente que exceda el millón de espectadores, antes de completar sus primeras dos semanas en la pantalla grande. “Tú no llegas a vender más de un millón de entradas simplemente porque tuviste una campaña de marketing bonita. Eso ocurre cuando la gente conectó con la película”, opina Carlos Chávez, gerente de marketing de Warner Bros. Chile en New Century Films.
El estudio basó su campaña –muy rosada– en alimentar la curiosidad y en sugerir que el largometraje no se trataría de un acercamiento convencional a la muñeca. También se sustentó en mantener total hermetismo en torno a la naturaleza del viaje que vive la protagonista. Pero, una vez que debutó y se revelaron sus sorpresas (es una comedia que no teme hablar sobre roles de género y las presiones del mundo actual), el interés por ella no decayó; todo lo contrario, se conservó y parece no tener techo.
Desde la Cámara de Exhibidores Multisalas de Chile (CAEM), su presidente, Sebastián Martínez, señala: “Lo que nos demuestran este tipo de películas es que teniendo una cartelera robusta, con títulos que sean atractivos para los distintos públicos, el cine responde con afluencias de magnitudes. Al final, hoy en día, lo que necesitamos para volver a los índices de asistencia prepandemia es contenido de calidad y nutrido”.
Fuera de los memes y las discusiones sobre cuál es mejor, Barbenheimer es una gran noticia para una industria que en el país volvió recién en julio de 2021 y que operó con limitación de aforos hasta septiembre de 2022. Ese último año finalizó con 18,4 millones de espectadores, muy lejos de los 29,7 millones de 2019, la temporada récord para el sector. El balance disparó la preocupación, porque hay que remontarse hasta 2011 (17,3 millones) para hallar otro año con un total inferior a los 20 millones.
En ese escenario cuesta arriba, Spider-Man: Sin camino a casa (2021) y Avatar: El camino del agua (2022) aportaron alegrías, reuniendo en salas locales a 2,5 millones y 2,3 millones de personas, respectivamente. También fue motivo de celebración Minions: Nace un villano (2022), que cerró con 2,1 millones.
Pero, por ahora, a nivel nacional el gran fenómeno de la pospandemia es Super Mario Bros: La película (2023). Con más de 2.558.000 millones de tickets vendidos, la cinta animada sobre el videojuego de Nintendo se convirtió en la tercera producción más taquillera de la historia de los cines chilenos. Sólo quedó por debajo de Toy Story 4 y Avengers: Endgame, que consiguieron más de tres millones en ese histórico 2019. Un arrastre en armonía con su éxito mundial, donde se posicionó como el segundo filme de animación más millonario de todos los tiempos.
“Tanto Mario como Barbie son películas que, si bien son novedosas, están basadas en franquicias que la gente conoce y quiere. Es una mezcla de nostalgia con novedad. Pero pueden lucir como conceptos nuevos, que me parece es lo que el público ha estado pidiendo, ya que vivimos en la época de las secuelas”, plantea Chávez.
Éxito sin límites
Con 504 pantallas repartidas en el país, las multisalas son por lejos la principal sede del Barbenheimer. Pero no la única. La primera función del jueves 20 en el Centro Arte Alameda agotó todas sus entradas, con asistentes ansiosos por ver Barbie. Lo mismo ocurrió con la proyección siguiente, consagrada a Oppenheimer. Roser Fort, directora de ese espacio, cuenta que ambas han vendido prácticamente todos sus boletos durante los días posteriores.
El emblemático recinto capitalino se preparó para la ocasión. En la semana previa al lanzamiento de ambas cintas, programó una función de Lady Bird (2017), la elogiada ópera prima de Greta Gerwig, y Frances Ha (2012), la comedia dramática protagonizada y coescrita por ella. Y antes, en un guiño a Christopher Nolan, se mostró el primer largometraje de su carrera, Following (1998). “Se puede generar ese diálogo entre los contenidos para fortalecer la oferta cultural de cine”, apunta.
Fort destaca que la semana pasada fue la de mayor convocatoria de esa pantalla desde que están ubicados en Sala Ceina (Arturo Pratt 33), donde cuentan con 200 butacas. Y que el éxito también se trasladó al documental chileno Tan inmunda y tan feliz, de Wincy Oyarce, que se sumó ese mismo jueves 20 a espacios independientes a través de Miradoc.
La directora dice que, pese a la alta demanda de Barbie y Oppenheimer, no sucumbieron a la tentación y descartaron aumentar el número de funciones por día. “Vamos a continuar con Barbenheimmer, pero también con nuestras propias propuestas”, enfatiza, adelantando que este jueves estrenarán el filme colombiano Anhell69 y, más adelante, durante agosto será el turno de los nuevos trabajos de Wes Anderson, Ira Sachs y Maite Alberdi, y un ciclo en torno a Lars von Trier. “No discriminamos. Si hay una crítica que la avala y es una buena película, será parte de la cartelera”.
Esa clase de curatoría más amplia es la que motiva a otros recintos alternativos que también tienen funciones de las producciones de Gerwig y Nolan. Entre ellos están Cine Arte Normandie, Sala Nemesio, Insomnia Teatro Condell (Valparaíso) y -1 Cine (Puerto Varas).
Pronóstico reservado
Tras recibir una oleada de superproducciones entre en junio y julio, no es atípico que los últimos cinco meses del año sean un período difícil para los cines. En esta ocasión la industria local afronta ese punto de la temporada con un saldo mixto.
Cintas como Indiana Jones y el dial del destino y The Flash no rindieron acorde a las expectativas, un puñado de títulos brillaron porque superaron o quedaron levemente por debajo del millón de espectadores (Guardianes de la Galaxia Vol. 3, Elementos, Rápidos y furiosos X, Spider-Man: A través del Spider-Verso), y el fervor seguirá acompañando a Barbie y Oppenheimer.
En ese contexto, las multisalas depositan gran parte de sus esperanzas en noviembre y diciembre, donde aterrizarán la segunda parte de Dune, The Marvels, Wonka y Aquaman and the Lost Kingdom. Una mezcla de ciencia ficción, superhéroes y fantasía que cargará con la responsabilidad de intentar llenar los complejos.
El terror suele aportar buenos números y en los próximos meses verán la luz los nuevos filmes de El exorcista, El juego del miedo y La monja. La animación, siempre un eje de la cartelera, estará representada por Tortugas Ninja: Caos mutante, Paw Patrol: La súper película, Trolls 3: Se armó la banda y Wish: El poder de los deseos. Además, se lanzarán la cuarta parte de Los indestructibles y la precuela de Los juegos del hambre. En síntesis, un menú atractivo pero menos consistente que el del primer semestre.
Sebastián Martínez realiza una proyección basándose en la convocatoria registrada hasta julio y la oferta que viene. “Estamos en un proceso de recuperación importante, pero vamos a cerrar el año todavía lejos de las cifras de 2019, que fue el año récord para esta industria a nivel nacional e internacional”, advierte, junto con estimar que de todos modos se ubicarán por sobre 2022.
Hay un factor que podría golpear al sector y devolverlo a un escenario que parecía parte del pasado: ya se empezaron a posponer algunos estrenos del segundo semestre a raíz de la huelga de actores y guionistas vigente en Hollywood. Sony decidió postergar Gran Turismo dos semanas (ahora su debut se producirá el 24 de agosto), y movió a Kraven El Cazador casi un año completo, de octubre próximo a agosto de 2024. ¿La principal razón? Los intérpretes tienen prohibido participar en las campañas de promoción de sus proyectos mientras se extienda el paro, que actualmente exige mejoras salariales y regulación del uso de inteligencia artificial.
La alerta está encendida. Pero desde antes que ese hecho impactara a Estados Unidos, las cadenas que operan en Chile estaban planificando la nueva edición del Día del Cine, la instancia en que ofrecen entradas a precios rebajados y que este año se realizará por primera vez en dos oportunidades durante la misma temporada. Martínez confirma que la segunda versión de 2023 se desarrollará entre el 25 y el 27 de septiembre, apuntando a repetir los más de 560 mil asistentes que llegaron entre el 24 y 26 de abril.
Según explica, el evento tiene un doble fin. “Creemos que, en parte debido a la pandemia, la gente se acostumbró a hacer otras actividades. Y este tipo de instancias sirven para acercar a personas que lamentablemente por el costo en general no pueden asistir al cine”.
“Tal como en otras industrias que fueron las primeras en cerrar y las últimas en abrir, debemos retomar los hábitos de consumo. Para que eso se dé de manera más acelerada, necesitamos el contenido adecuado, y por nuestra parte entregar un servicio que esté a la altura de un espectáculo”, sostiene. “Super Mario Bros, Barbie y Oppenheimer nos demuestran el potencial que tiene esta industria y las ganas que tiene la gente de volver”.