Una figura esencial de la música ha fallecido. Durante la tarde de este miércoles, se confirmó la muerte de Robbie Robertson, el reputado guitarrista y compositor de The Band, a los 80 años.
Su equipo detalló que su deceso se produjo en Los Angeles (EE.UU.) tras una larga batalla con una enfermedad y que estaba rodeado por su familia, incluidos sus hijos y su actual esposa, Janet Zuccarini. En vez de flores, su círculo pidió que se realicen donaciones con el fin de apoyar el financiamiento de un nuevo centro cultural.
Nacido en julio de 1943 en Toronto, Robertson quedó impresionado siendo niño durante sus visitas a la Reserva de las Seis Naciones, la tierra de origen de su mamá. Allí se originó su gusto por la música y las expresiones artísticas, lo que gatilló que su madre le comprara su primera guitarra.
A mediados de los 60, cuando aún era un adolescente, se unió a la banda de soporte de Ronnie Hawkins, The Hawks, donde coincidiría con el baterista Levon Helm, el pianista Richard Manuel, el bajista Rick Danko y el organista Garth Hudson.
Esa sería la primera encarnación del grupo que más tarde sería conocido como Levon and the Hawks y luego como The Band. El mismo que acompañaría a Bob Dylan en la vibrante gira que emprendió entre 1965 y 1966, y que lanzaría su primer disco en 1968 (Music from Big Pink), amalgamando folk, blues, country y gospel, para separarse prematuramente ocho años más tarde.
Antes de comenzar a crear música propia con el resto de sus compañeros, Dylan reclutó a Robertson para que tocara la guitarra en su icónico disco doble Blonde on blonde (1966). Y junto a los integrantes de The Band participó en las sesiones registradas en Woodstock que verían la luz en 1975 bajo el título The Basement Tapes.
Pero esa colaboración no duró para siempre. El autor de Up on Cripple Creek fue el único miembro de la agrupación que se marginó del show que celebró los 30 años de carrera de Dylan en Madison Square Garden, en octubre de 1992. Aunque se reencontraron tiempos después, nunca recuperaron el vínculo de antaño. “Hace mucho tiempo que no habló con él”, dijo el canadiense a The Guardian en 2019.
Como parte de ese conjunto, el artista llegó a la portada de la revista Time en 1970, y fue inducido en el Salón de la Fama del Rock and Roll (1994) y en el Salón de la Fama de la Música Canadiense (1989). La revista Rolling Stone lo ubicó en el puesto número 59 en la lista que elaboró en 2015 con los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos.
Luego de que Martin Scorsese filmara el concierto de despedida de The Band, The Last Waltz (1978), Robertson despachó cinco discos solistas y ofició como compositor y supervisor musical de títulos como Toro salvaje (1980), El rey de la comedia (1982), El color del dinero (1986), El Irlandés (2019) y recientemente Killers of the Flower Moon (2023), que debutará en salas en octubre. Así, se transformó en uno de los mejores socios y amigos del cineasta italoamericano.
En la última entrevista que dio en vida, concedida a Variety, señaló: “Estamos asombrados con que nuestra hermandad haya sobrevivido a todo. Hemos atravesado eso; hemos estado allí y hemos vuelto. Estoy muy orgulloso de nuestra amistad y de nuestro trabajo. Ha sido un regalo de la vida”.
“La música de The Band, y la música solista posterior de Robbie, parecían provenir del lugar más profundo del corazón de este continente, sus tradiciones, sus tragedias y sus alegrías”, expresó Scorsese tras enterarse del fallecimiento del guitarrista, “uno de mis amigos más cercanos, una constante en mi vida y mi trabajo”. “Nunca hay suficiente tiempo con los que amas. Y yo amé a Robbie”.
Tras su muerte, el único miembro del grupo que sobrevive es Garth Hudson.