En el terreno de las películas de acción sobre agentes y una historia de alcance global, el antecedente más fresco es Misión imposible: Sentencia mortal parte uno. Estrenada en julio en los cines, la séptima parte de la franquicia se desplegó como una nueva muestra del sólido trabajo del tándem conformado por Tom Cruise y el director Christopher McQuarrie, quienes la han convertido probablemente en la saga más fiable de Hollywood.

Un elemento de la trama originó diversos análisis e interpretaciones: el principal enemigo de Ethan Hunt es “La Entidad”, una especie de inteligencia artificial que “está en todas partes y en ninguna” –como se describe en la cinta–, a la que se le controla mediante una llave compuesta por dos mitades. Debido al descomunal poder que concede a su dueño, la carrera contra el tiempo del protagonista consiste en luchar para que no caiga en las manos equivocadas, lo que incluye boicotear los esfuerzos del gobierno de su propio país.

Foto: Robert Viglasky/Netflix © 2023.

Las lecturas apuntaron a que Cruise estaba lanzando una crítica no sólo en contra de la IA, sino que contra las plataformas de streaming y la era del algoritmo. Un mundo con el que él, un defensor acérrimo de la experiencia de la pantalla grande, tiene muchas diferencias.

Curiosamente, un mes después de ese lanzamiento, Netflix presenta una película de acción que trabaja en torno a un tema similar. Agente Stone sigue a Rachel Stone (Gal Gadot), una experta en tecnología de una unidad del MI6 que a lo largo de la historia debe lidiar con un dispositivo cuyas capacidades no distan demasiado de “La Entidad”. “¿Para qué robar una bomba nuclear si puedes controlarlas todas? Si tienes ‘El Corazón’, controlas al mundo”, dice un personaje en el filme.

Antes de llegar a ese punto la cinta esboza un escenario en apariencia más simple. En un casino en los Alpes suizos, en medio de un evento que congrega a diversos criminales, ella y sus compañeros del servicio de inteligencia británico tienen la tarea de detener a un traficante internacional de armas. Al final de la misión, que resulta un fracaso, todos los ojos apuntan a Keya (Alia Bhatt), una hacker que conocen en el lugar y a la que persiguen hasta otro punto de Europa.

Foto: Robert Viglasky/Netflix © 2023.

Tras una nueva dosis de acción, se revela que la protagonista tiene un vínculo secreto con una organización clandestina creada por exagentes con el fin de aplacar todo tipo de amenaza global. Un grupo que actúa en las sombras apelando a las infinitas posibilidades que le otorga el acceso a “El Corazón”. A Stone no le agrada demasiado ese concepto, pero no siente el mismo desprecio que Ethan Hunt.

El largometraje del británico Tom Harper se mueve entre diferentes latitudes (Italia, Londres, Portugal, el desierto de Senegal, Islandia) sin temor a montar secuencias que recuerdan tangencial o directamente a la saga liderada por Tom Cruise. Promediando la mitad del relato, hay una escena en que Rachel se lanza por los aires desde un avión, generando un momento sospechosamente familiar al de Misión imposible: Repercusión (2018). Pero, donde ese filme apostó por los efectos prácticos y la destreza de la narración, la producción de Gadot es bastante más rudimentaria y desechable.

Tras Alerta roja (2021), en que compartió con Dwayne Johnson y Ryan Reynolds, la película es la segunda cinta de la estrella con Netflix. Si bien esta vez tampoco ha logrado dar vida a algo particularmente memorable, las críticas han sido menos duras.

“Aunque no hay nada muy dinámico en ella, Gadot al menos expresa una encantadora indiferencia. Incluso si te será difícil recordar algo tres horas después, la duración de Agente Stone pasa volando lo suficientemente rápido”, opinó la revista Time, afirmando que “no es ni genial ni terrible”.

Foto: Netflix

“Como una mujer cortada por la silueta de Ethan Hunt, Gadot está en buena forma, pateando traseros con elegante atletismo pero al mismo tiempo permaneciendo dentro de los límites de la vulnerabilidad humana de alguien normal”, indicó The Hollywood Reporter, agregando que “es refrescante que se trate de una cinta de acción impulsada por mujeres en la que no se requiere que la protagonista tenga un interés amoroso”.

“Lo que causa que Agente Stone sea una experiencia tan enervante no es que sea incompetente, sino que nada en ella importa. Todo es ampulosidad y ruido, todo es logística hueca”, argumentó Variety. En tanto, el análisis de The New York Times fue incluso más contundente: “Si Cruise está tratando de salvar al cine, como a menudo se le atribuye, está tratando de salvarnos de filmes como este”.

Sigue leyendo en Culto