Homenaje y reflexión en el corazón de Ginebra: Cazú Zegers gana concurso internacional para construir memorial de la Cruz Roja
La propuesta diseñada por la artista y arquitecta chilena fue la elegida para levantar un espacio que tributa a los funcionarios de la organización humanitaria que han perdido la vida en servicio. El proyecto se emplazará en la icónica sede de la organización y propone un rescate de los elementos territoriales, paisajísticos y rituales que ya han sido levantados por los propios familiares de las víctimas.
Epicentro mundial de la diplomacia, la banca y entidades humanitarias, Ginebra es una ciudad de carácter global, donde confluyen más de 200 organizaciones internacionales. Una de ellas es la Cruz Roja, que desde mediados del siglo XX, funciona en el antiguo Hotel Carlton, edificio construido en 1876.
Los jardines de este emblema patrimonial serán el escenario de un memorial diseñado por la artista y arquitecta chilena, Cazú Zegers (Santiago, 1958). Ganadora de un concurso internacional que buscaba impulsar un anhelado proyecto para el organismo: un memorial que honrara la memoria de los funcionarios que en actos de servicio han perdido la vida.
Aquel trascendente encargo no es menor para una institución que desde 1863 promueve la paz y protege la vida en rincones donde arrecian los conflictos, los desastres naturales y las guerras.
De ahí que la propuesta de Zegers y su equipo estuviera centrada en destacar aquellos valores que moldean la identidad de la institución, como el servicio humanitario en medio de contextos de violencia. La competencia tampoco estuvo lejos de ser sencilla, ya que en el concurso cerrado que escogió a participar ocho oficinas del mundo, siendo Cazú Zegers Arquitectura la única latinoamericana, también fueron invitados dos ganadores del aclamado premio Pritzker, como Francis Kéré y Shigeru Ban.
El memorial, que podría entrar en construcción hacia los próximos años, busca -en palabras de la arquitecta- resaltar el trabajo desinteresado de quienes hoy son mártires de la Cruz Roja.
“Posiblemente, el mayor sacrificio de este servicio humanitario ha sido realizado por cientos de funcionarios que han perdido sus vidas en el cumplimiento de su deber. Estas personas eran de diferentes países, géneros y credos. A través de su heroísmo, se han convertido en faros de paz y protectores de la vida. Transmitir estos valores es la base de nuestra propuesta, porque queremos decirle al mundo y a las futuras generaciones que este acto desinteresado de dar la vida en servicio es, en sí mismo, un símbolo iluminador que permanece vivo en la memoria. En otras palabras, morir en servicio no es morir”, explica Zegers, que por primera vez, concretará una de sus alabadas obras en Europa.
Además de los atributos paisajísticos, pues el memorial renueva la plaza aledaña al ex Hotel Carlton, la propuesta está cargada de simbolismos. Primero, mantiene un imponente magnolio que da inicio a un muro de piedra que le dará fondo al jardín. El muro se envuelve sobre sí mismo para albergar un pabellón de multiuso donde se ubicará el memorial digital. Este pabellón conmemorativo y esférico, albergará un espacio de madera similar a un útero, donde se encuentra el Memorial Digital: una instalación artística y audiovisual, que como es el sello de Zegers, releva también los atributos del vínculo territorial del lugar, pues desde este punto se pueden observar las cumbres nevadas de Los Alpes.
Los elementos escultóricos de piedra fueron diseñadas por el escultor chileno, Vicente Gajardo, mientras que el paisajismo será obra de la arquitecta americana suiza y profesora del GSD de Harvard, Robin Winogrond.
Otro elemento primordial del proyecto es el agua, que en diferentes culturas, tiene muchos simbolismos poderosos, como la regeneración, la purificación y la sanación. Para darle continuidad a este imaginario, la arquitecta diseñó una fuente que a la vez servirá como un espejo que reflejará y realzará la luz solar en este espacio. En el fondo del agua, se perpetuará un poema del escritor chileno, Santiago Elordi, titulado “Era un día como hoy” (“It Was a Day like This”).
En palabras de Cazú Zegers: “el diseño propone un jardín conmemorativo en el verdadero sentido de la palabra, un jardín como lugar de quietud, belleza, intimidad y protección que es la resignificación de la comunidad de la Cruz Roja. Nuestro proyecto fortalece el jardín existente, sus árboles importantes, su césped suave, su generosa meseta con una vista amplia hacia la ciudad y el paisaje y sus hermosos juegos de luz y sombra”.
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