¡Hola a todos! ¡Yo soy el león!. Desde fines de 2000, cualquier seguidor del grupo argentino La Renga sabe que ese es el grito de guerra con que han iniciado gran parte de sus conciertos en los últimos años, parte del tema Panic show del disco La esquina del infinito, lanzado esa misma temporada.

Un cántico gutural que parece abrirse paso como un misil cargado de pólvora que surca los cielos, la alegoría de un león que avanza amenazante y que arrasa con todo a su paso, narrativa espoleada por el rugido áspero del cantante Gustavo “Chizzo” Napoli y la violenta sonoridad de sus efectos de guitarra.

Una escalada, por lo demás, en sincronía con el fenómeno del conjunto en su país, puntales del llamado “rock barrial”, aquella expresión irrumpida en los márgenes, fuera de los medios más oficiales, y que creció como un credo multitudinario gracias a letras que retratan un existencialismo del aguante y un sonido frontal sin piedad con los tímpanos sensibles.

En Chile, la feligresía también es numerosa: se vienen presentando con éxito desde 2002 en sitios como el estadio Víctor Jara, la Quinta Vergara y el Movistar Arena, donde sus principios parecen amplificarse a través de banderas, lienzos y poleras agitadas al viento. Una cruza de mística del tablón y filosofía rockera.

Pero desde hace unos años, el “¡hola a todos! ¡Yo soy el león!” se empezó a escuchar en otro escenario. Y en otra voz. El economista Javier Milei –quizás por estos días la figura más mediática de Argentina- lo ha utilizado desde 2021 como aullido de presentación y bramido de triunfo en sus actos masivos, siempre incendiarios, vehementes y vociferantes, presentándose con su rostro descolocado como el león al que alude el relato de La Renga.

Es el aleluya con que inicia sus irrupciones ante sus fieles, el lema con que los incita al desmadre y el concepto con que intenta atemorizar a sus detractores. El león hasta aparece estampado en gorras y chapitas.

REUTERS/Agustin Marcarian

“¡Hola a todos! ¡Yo soy el león!/ Rugió la bestia en medio de la avenida/ Todos corrieron, sin entender/ Panic show a plena luz del día” y “por favor no huyan de mí/ Yo soy el rey de un mundo perdido/ Soy el rey y te destrozaré/ Todos los cómplices son de mi apetito”, es parte de la letra del tema.

Así se escuchó en sus actos de campaña de hace dos años, cuando se presentó como candidato a las elecciones legislativas como parte del espacio La Libertad Avanza –terminó convirtiéndose en diputado-, entonando la canción en su encuentro de cierre en el Parque Lezama.

“Milei causó sorpresa cantando Panic show a capella en una versión bastante desmejorada y llena de desafines, lo cual en un principio generó incluso dudas entre sus propios seguidores, quienes no comprendían si la interpretación se trataba de una broma o qué. Recién cuando el economista terminó su faena y abrió los brazos esperando aplausos fue que todos comprendieron que la cosa iba en serio. Con todo, el hecho logró un gran efecto rebote e hizo que muchos hablaran de ello al otro día, aunque más no fuera como objeto de consumo irónico por una performance que causó vergüenza ajena hasta en la propia tropa”, reseñó el diario Página 12 al referirse al hecho.

(AP Photo/Natacha Pisarenko)

Los dardos

A los que no les causó ninguna gracia fue a los miembros de La Renga, siempre cautelosos de que su cancionero no sea usado para propósitos comerciales o proselitistas (hace un tiempo casi no hacían promoción de sus shows y dejaban que se extendieran a través del boca a boca).

El choque también era lógico: el ímpetu insurrecto de La Renga no se ajustaba al discurso de un político situado en el ala ultraderechista (”No me convence ningún tipo de política/ ni el demócrata, ni el fascista/ por qué me tocó ser así/ ni siquiera anarquista”, reza uno de los temas más populares de la banda, El revelde).

Por lo mismo, los músicos por esos días decidieron emitir un comunicado en sus redes sociales rechazando que Milei cantara en sus mítines uno de sus himnos mayores.

“Quien quiera es libre de escuchar, cantar, bailar y poguear canciones de La Renga, lo que está mal, legal y moralmente, es tomarse la libertad de usar esas canciones para una campaña política y beneficio propio, un seguidor de nuestra banda jamás haría eso”, reclamó la agrupación. “Entre nosotros existen lazos y sentimientos, no queremos tener un disfrazado de amigo hablando de la libertad”, agregaron.

Milei, quien goza de los rounds y la provocación, salió de inmediato a defenderse. “Ellos cantaban en los actos de Cristina (Kirchner) y cobraron por ello. Parece que les molesta más el uso por parte de un liberal que la cuestión política y lo disfrazan con un eufemismo”, arremetió e entrevista con CNN Radio, recalcando que los argumentos usados por la banda le parecían “una ridiculez”.

“No me imagino a Creedence demandando a la hinchada de Boca”, enfatizó al comparar el uso que las barras hacen de canciones de grupos foráneos.

De hecho, siguió calificando la reacción de La Renga como “totalitaria” y dijo que, como cualquier persona, podía ocupar sus canciones si cumplía con los reglamentos de derechos autorales. “Me parece bárbaro que los de La Renga no quieran ser mis amigos, pero no pueden censurar el uso de un determinado tema si respeta el copyright y se hacen los pagos correspondientes. De eso se encargan los organizadores para que no haya problemas, ya que lo último que quiero es tener problemas con alguien. Los organizadores hacen cosas acordes a lo que marca la ley”, puntualizó.

En rigor, su referencia a que La Renga cantaba para actos de gobierno apuntaba a una presentación de diciembre de 2013 en Plaza de Mayo, pero en el contexto del aniversario de los 30 años del retorno de la democracia en Argentina, festival por el que aseguran no haber cobrado ningún cachet.

Santiago 14 enero 2017.La Renga se presenta por segunda vez en el Polideportivo del Estadio Nacional.Christian Iglesias/Aton Chile

Pese a toda la trifulca, Milei no claudicó y siguió presentándose como “el león” según el diseño de La Renga en sus citas masivas, las que muchas veces parecen más un concierto que una instancia política. En agosto pasado, antes de las PASO –donde terminó siendo el candidato más votado con un 30%, con serias posibilidades de ganar la presidencia en octubre-, cerró su campaña en el Movistar Arena de Buenos Aires y, ante una multitud enardecida, proclamó nuevamente el rugido felino desprendido del tema de La Renga.

Esta vez no hubo críticas de parte de los músicos.

Eso sí, ellos no son los únicos que se trenzaron públicamente con Milei en un gallito por el uso de una canción.

El estallido

En abril, el ahora candidato presidencial utilizó la canción Se viene, de la Bersuit Vergarabat, para ejemplificar el estallido que simboliza su figura y como –de ganar- podría hacer volar por los aires toda la “casta” gobernante de la nación, tal como llama a la clase política.

“Se viene el estallido/ se viene el estallido/ De mi guitarra, de tu gobierno/ De tu gobierno, también”, es parte de la letra. Editado en 1998, fue precisamente el tema que funcionó como banda sonora en el período de extrema crispación social y callejera que vivió Argentina a fines de 2001 y que tumbó al mandato de Fernando de la Rúa.

Esta vez la respuesta más discreta y contundente: Alberto Verenzuela, autor de la canción, envió una durísima carta a la sede de La Libertad Avanza. La solicitud pedía que el partido cesara inmediatamente el uso de la canción, ya que según Verenzuela le generaba “un agravio personal”.

“Es irónico que un espacio político cuyas caras más visibles se llenan las bocas de la palabra ‘libertad’ y la utilizan como un latiguillo vacío, desvirtuando su profundo significado, pisoteen la libertad de otros, en este caso la mía, de no permitir ni autorizar el uso político de mi obra artística, y pasen por encima la propiedad privada que tanto declaman defender”, reflexionaba el autor. Luego remataba: “Solicito por este medio que a partir de recibida la presente carta documento cese inmediatamente el uso indebido de mi composición musical Se viene”.

Obligado a desistir de la canción de La Bersuit por cuestiones legales, Milei volvió entonces a la carga con Panic show, dado que La Renga solo lo criticó públicamente, pero no de manera legal como sí hizo La Bersuit.

Dos de las bandas más populares de las últimas tres décadas en Argentina le han mostrado los dientes a Milei. El autoproclamado “león” parece inmutarse sólo a medias. Por ahora, la guerra está declarada.

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