Durante la última década nombres como Elizabeth Banks, Tim Roth, Carrie Fisher y Naomi Watts han integrado el jurado del Festival de Venecia. Incluso, en años recientes, Julianne Moore, Cate Blanchett y Annette Bening han ejercido como presidentas de esa instancia. Este 2023, sin embargo, no hay rastro de actores de Hollywood en el jurado del certamen italiano.
Hay un gran inconveniente: sigue vigente la huelga que el Sindicato de Actores (SAG-AFTRA) inició el 13 de julio, y por ahora sus demandas no han encontrado eco en los grandes estudios y plataformas estadounidenses. La paralización –que se sumó a la de guionistas, que comenzó en mayo– también repercute en la participación de los miembros del gremio en eventos promocionales, por lo que no asistirán a Venecia estrellas como Emma Stone y Bradley Cooper, cuyas nuevas películas compiten por el León de Oro.
Las excepciones corresponden a filmes norteamericanos realizados y distribuidos fuera del circuito de los grandes estudios. Dos de ellos son Ferrari, de Michael Mann, y Priscilla, de Sofia Coppola, los acercamientos biográficos en torno a Enzo Ferrari y Priscilla Presley, respectivamente.
Aunque es respaldada por una plataforma estadounidense (nada menos que Netflix), El Conde también tiene vía libre para reunir a sus actores y realizadores en Italia. Según pudo confirmar Culto, Pablo Larraín estará acompañado en la alfombra roja por los productores Juan de Dios Larraín y Rocío Jadue, y por los actores Alfredo Castro, Gloria Münchmeyer y Paula Luchsinger.
Esta será la quinta vez en que el director de Tony Manero (2008) compita por el máximo premio del festival y la tercera ocasión en que lo haga con una película filmada en Chile. En dupla con el dramaturgo y guionista Guillermo Calderón, imagina un universo paralelo en que Augusto Pinochet es un viejo vampiro (Jaime Vadell) que vive junto a su esposa (Münchmeyer) y su mayordomo (Castro).
Las imágenes en blanco y negro de los adelantos muestran al protagonista decidido a morir porque está hastiado de las acusaciones que recaen sobre él. “A un soldado se le puede decir que es un asesino, pero no que es un ladrón”, reclama en el trailer de la comedia negra.
Su estreno mundial está programado para este jueves 31, a las 13:30 horas de Chile, con lo que será una de las primeras cintas de la competencia en proyectarse en el certamen, donde en los días posteriores se verán los nuevos trabajos de David Fincher, Ryūsuke Hamaguchi, Matteo Garrone y Ava DuVernay.
La atención también estará sobre las películas más recientes de Roman Polanski y Woody Allen, dos figuras de dilatada trayectoria que han debido enfrentar el resurgimiento mediático de diferentes acusaciones de agresión sexual en su contra.
Alberto Barbera, director del festival, ya respondió a críticas similares cuando en 2019 programó J’accuse, el anterior largometraje del director de El pianista (2002), que ganó el Gran Premio del Jurado. Esta vez eso no se repetirá, porque su nuevo filme –The palace, una comedia negra sobre una fiesta en un palacio suizo que se sale de control– se presenta fuera de competencia.
“Estoy del lado de quienes piensan que hay que distinguir entre las responsabilidades del individuo y las del artista. Soy director de un festival, no juez. Juzgo las cualidades artísticas de los filmes. Y desde esta perspectiva, no veo por qué no debería invitar al filme de Polanski a Venecia”, planteó a Variety, agregando que “Polanski ha admitido su responsabilidad. Ha pedido que lo perdonen. Ha sido perdonado por la víctima. La víctima ha pedido que se le ponga fin al asunto”.
Una explicación similar entregó para respaldar la inclusión de Woody Allen, quien presenta el thriller filmado en Francia Coup de chance. “Fue sometido a escrutinio legal dos veces a fines de los años 90 y fue absuelto. No veo dónde está el problema con él”.
Quizás debido a que los nuevos largometrajes de ambos cineastas participan fuera de competencia, sus nombres no aparecieron durante la conferencia de prensa que se desarrolló este miércoles. Barbera encabezó ese espacio junto a Damien Chazelle, el presidente del jurado de esta edición, quien marcó el tono de la conversación debido a que apareció vistiendo una polera en apoyo a la huelga de guionistas.
El director de La la land (2016) indicó que “la gente necesita ser remunerada por cada obra de arte que se hace”, rechazando la palabra “contenido”, de uso tan frecuente entre los servicios de streaming y sus ejecutivos. “Hay muchas personas a las que les hubiera encantado estar aquí y no lo están; es un momento difícil en Hollywood, especialmente para los escritores, actores y equipos”, expresó.
La presencia múltiple de Chile
Dirigido por Tana Gilbert y producido por Paola Castillo, el documental Malqueridas ocupa registros de celulares para mostrar la realidad de mujeres madres en la cárcel. El largometraje está filmado en vertical y se despliega a través de la narración de Karina, una mujer que estuvo privada de libertad por más de seis años y se encarga de aglutinar los testimonios que las realizadoras recogieron durante su investigación.
Ópera prima de Gilbert, la cinta local se exhibirá en la Semana Internacional de la Crítica de Venecia, donde Beatrice Fiorentino, la delegada artística de esa sección, la describió como “una película de precisión admirable. A nivel estético, político y teórico. Una reflexión sobre el poder de la imagen como no se ha visto en tiempos”.
En tanto, en el apartado principal del certamen, junto a El Conde, Priscilla y Ferrari, también se proyectará Memory, protagonizada por Jessica Chastain y Peter Sarsgaard. Es la nueva película del mexicano Michael Franco (Después de Lucía, Nuevo orden) y tiene la particularidad de contar con la participación del fondo de inversión chileno Screen Capital.
Tras Maquíllame otra vez (2022), este el segundo largometraje en que se involucra la firma liderada por Joyce Zylberberg y Tatiana Emden, que busca sumar nuevos inversionistas y alianzas en el extranjero. Su paso por Venecia también tiene como propósito promover sus siguientes iniciativas audiovisuales.
“Hoy en día podemos hacer negocios con players internacionales como agencias de talento, estudios y distribuidores, posicionándonos como un fondo que invierte en contenidos de calidad”, detallan a Culto desde la compañía.
“La película de Michel Franco mezcla un buen equipo latino muy creativo, pero acompañado de un alto estándar internacional de control de producción y buenas prácticas comerciales que desde el fondo aplicamos a todos nuestros proyectos”.
Al festival también llega otro título nacional que está en proceso de construcción: Guerra de verano, el filme que Alicia Scherson prepara a partir de El Tercer Reich (2010), de Roberto Bolaño, a quien ya adaptó hace una década, en El futuro (2013).
Producido por Araucaria Cine junto a compañías de Argentina, Uruguay y Canadá, es el único proyecto chileno que forma parte de Venice Gap-Financing Market, el mercado que apunta a que nuevas producciones se puedan materializar.