Algunos la vieron en el Festival de Venecia. Otros, en Telluride. Durante los últimos días, tanto en Italia como en Estados Unidos, la recepción ha sido prácticamente unánime: Pobres criaturas (Poor things), la nueva película del griego Yorgos Lanthimos, es uno de los puntos más altos del cine de este año.
Basado en la novela homónima que la escritora escocesa Alasdair Gray publicó en 1992, el filme presenta a Bella Baxter (Emma Stone), una mujer que regresó a la vida gracias a una operación en que el desquiciado doctor Godwin Baxter (Willem Dafoe) le introdujo un cerebro de un recién nacido.
La resguarda en su casa en las afueras de Londres, mientras ella aprende nuevas palabras y progresa en su desarrollo. Eso, tarde o temprano, implica su despertar sexual, lo que precipita que se enamore de un pícaro abogado (Mark Ruffalo) e inicie un viaje por diferentes lugares donde se cruzará con nuevos personajes y realidades insospechadas.
Según Lanthimos, el libro de Gray lo sedujo por “sus temas, su humor y la complejidad de sus personajes y su lenguaje. Nunca había leído algo así antes y me cautivó mucho”. Aunque se encontró con él hace más de una década, recién volvió al proyecto cuando estaba trabajando en La favorita (2018), la cinta que le reportó sus primeras nominaciones a los Oscar y marcó su primera colaboración con Emma Stone.
La intérprete de La la land (2017), ausente del Festival de Venecia debido a la actual huelga de actores, se interesó de inmediato en el largometraje y siguió cada etapa de la producción, hasta que se llegó a la versión definitiva del guión, escrito por el australiano Tony McNamara. Sin la compañía de su protagonista, el cineasta de The lobster (2015) respondió a las preguntas sobre las incontables escenas íntimas del largometraje, parte de su idea abordar el despertar de Bella sin eufemismos.
“En primer lugar, el sexo es una parte intrínseca de la novela misma, su libertad en todo aspecto, incluida su sexualidad”, planteó. “En segundo lugar, para mí era muy importante no hacer un filme que fuera mojigato, porque sería como traicionar completamente al personaje principal. Teníamos que estar seguros de que Emma no se avergonzaría de su cuerpo, de sus desnudos o de participar en esas escenas, y ella lo entendió de inmediato”.
Uno de los aspectos de Pobres criaturas que más han llamado la atención es que, pese a su disparatada premisa, prevalece una mirada optimista del mundo. Eso ha gatillado gran curiosidad, debido a que el cineasta griego se ha caracterizado por obras crudas y sombrías que no suelen dejar demasiado espacio para la luminosidad.
“¿Quién le arrebató el cuerpo al viejo Lanthimos y lo reemplazó con este? De repente, es el héroe de su propio cuento de hadas, el que mira hacia el espejo en el agua y ve la belleza en la bestia”, argumentó la revista Time, que la celebró como la mejor cinta del director. “Una película extraña y de apariencia hermosa que extiende la generosidad tanto a sus personajes como al público”, sostuvo.
En tanto, otros se han centrado en el desempeño de la actriz estadounidense. IndieWire, que llamó al filme “un clásico instantáneo”, aseguró que se trataba de “su actuación más descaradamente rara hasta la fecha”. Los Angeles Times la llamó “una de las actuaciones más extraordinarias de su carrera y sin duda la más audaz”.
Ambos rasgos de la película podrían impulsarla a la próxima edición de los Oscar, una carrera para la que aún faltan meses, pero donde es fundamental posicionarse de manera robusta y con antelación en el segundo semestre. Allí seguramente la esperan los nuevos trabajos de pesos pesados como Martin Scorsese (Killers of the Flower Moon) y Christopher Nolan (Oppenheimer), además del éxito cinematográfico del año, Barbie, de Greta Gerwig. Según confirmó su distribuidora, a salas del país llegará en enero de 2024, cuando la competencia por la estatuilla dorada ya esté desatada.