Tras ganar la Copa Volpi a Mejor actriz por su rol protagónico en Priscilla, Cailee Spaeny subió al escenario de la Sala Grande del Festival de Venecia y consagró la sección final de su discurso a la persona real en que se basa su interpretación.
“Priscilla me confió algo realmente complejo, sutil, difícil y personal, y me sentí abrumada por la responsabilidad de intentar honrar esta delicada parte de su vida. Siento mucha gratitud y respeto por su honestidad. Le dedico este premio con todo mi corazón”, expresó la actriz de 25 años ante los asistentes a la ceremonia realizada este sábado.
Priscilla Presley no estaba entre los presentes, pero sí acompañó el estreno mundial de la película a comienzos de semana, en calidad de productora ejecutiva del filme. La cinta dirigida y escrita por Sofia Coppola toma como principal referencia Elvis and me, las memorias que escribió hace casi cuatro décadas junto a Sandra Harmon, donde detalló su experiencia como expareja y madre de la única hija del Rey del rock and roll.
La cineasta de largometrajes como Perdidos en Tokio (2003) y El seductor (2017), nada menos que hija de Francis Ford Coppola, conectó fuertemente con lo que implica vivir bajo la sombra de una leyenda. Según ha dicho, pensó de inmediato en su madre, la artista y documentalista Eleanor Coppola. “Pude identificarme”, reconoció la directora, una experta en explorar el crecimiento de personajes femeninos.
Su ficción más reciente viaja al año 1959. Elvis –interpretado por Jacob Elordi– cumple su servicio en el Ejército de EE.UU. en Alemania Occidental, mientras aún se recupera del golpe que significó la muerte de su mamá. Lejos de su tierra, conoce a Priscilla Beaulieu (Spaeny), una adolescente de 14 años que reside en una base militar en Wiesbaden con sus hermanos y progenitores. A pesar de que él tiene 24, el encuentro es mágico y la joven no tarda en irse a vivir a Graceland, contando con el permiso de su madre y padrastro, y la promesa de que en paralelo termine sus estudios en el colegio.
La película se aboca a indagar en las grietas de ese cuento de hadas, abordando los caprichos y el carácter controlador del músico. Eso permitiría entender por qué la realizadora no logró la autorización para usar las canciones del artista (Elvis Presley Enterprises le dio la espalda al proyecto) y el soudtrack lo componen temas de diferentes épocas y la supervisión musical corre por cuenta de Phoenix, la banda encabezada por Thomas Mars, esposo de la autora de Las vírgenes suicidas (1999).
Sin embargo, eso no se traduce en que la cinta caiga en reduccionismos. Según la crítica de IndieWire, Coppola “nunca ha retratado a ninguno de sus personajes como una víctima y no está dispuesta a comenzar ahora”
“Cuando vi la película, traté de separarme y vivirla como si fuera simplemente una fanática o alguien que quisiera verla”, señaló Priscilla a The Hollywood Reporter, expresando que se emocionó al enfrentarse por primera vez al largometraje en una función privada, en mayo pasado. “Sólo tengo 14 años. Miras hacia atrás y dices: ‘¿Por qué yo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy conduciendo en una limusina y atravesando las puertas de Graceland con Elvis?’”.
En esa misma entrevista se esmeró en describir las particularidades del origen de su vínculo con la voz de Suspicious minds. “Era una época diferente. Viví en el mundo de él. Quería complacerlo. Quería encajar. Quería divertirme con él. Quería ver qué era lo que le gustaba”.
Aunque no se unió a Sofia Coppola y a los actores en la conferencia de prensa en Venecia, tomó la palabra cuando una periodista le realizó una pregunta directamente a ella. “Es muy difícil sentarse y ver un filme sobre ti, sobre tu vida, sobre tu amor. Creo que Sofia hizo un trabajo increíble”, indicó en primera fila mientras intentaba contener la emoción.
“Elvis me abrió su corazón en todos los sentidos en Alemania: sus miedos, sus esperanzas, la pérdida de su madre, que él jamás superó. Y yo fui la persona que realmente se sentó allí para escucharlo y consolarlo. Esa fue realmente nuestra conexión. Aunque yo tenía 14 años, en realidad era un poco mayor en cuanto a la vida, no en cuanto a números. En eso consistía la atracción. La gente piensa que era el sexo o esto otro. Pero no fue así. Nunca tuve relaciones sexuales con él. Era muy amable, muy suave, muy cariñoso, pero también respetaba el hecho de que yo sólo tenía 14 años. Estábamos más alineados en un plano mental”, sostuvo.
En esa instancia también se refirió a las circunstancias que gatillaron su divorcio, en 1973. “Construimos una relación, y esa relación continuó, hasta que sí, lo dejé, y no fue porque no lo amara. Él era el amor de mi vida. Fue su estilo de vida lo que fue muy difícil para mí, y creo que cualquier mujer puede identificarse con eso. Pero no estropeó nuestra relación. Seguíamos siendo muy unidos y, por supuesto, teníamos a nuestra hija (Lisa Marie), y me aseguré de que él la viera todo el tiempo”, agregó.
La cinta ha sido recibida con elogiosos comentarios por parte de la crítica. The Guardian la llamó “un retrato íntimo y absorbente”, mientras que la revista Time celebró la actuación de su protagonista como “tan íntima y vivida que algunos espectadores podrían pensar que no es suficiente”.
“El filme nos adentra directamente en Graceland (realmente sientes que estás allí), mostrándonos lo que pasó, tal y como pasó, sin edulcorantes ni adornos”, postuló Variety, describiéndolo como “desgarradoramente auténtico”.
Distribuida por Mubi, la película llegará a cines chilenos el próximo 26 de diciembre.