En octubre de 2024, cuando la saga John Wick cumpla su primera década de existencia, se compondrá de cuatro largometrajes centrados en el personaje principal, un spin-off, un par de videojuegos y una serie de televisión. Un generoso armado que nadie podría haber sospechado cuando, a fines de 2014, Keanu Reeves llegó a la pantalla grande en la piel de un implacable y atormentado asesino que se enfrenta a la organización criminal a la que pertenecía.
La carrera de la estrella de Matrix se revitalizó a punta de interpretar a un brutal pero noble hombre, y el cine de acción ganó una de sus producciones más espectaculares y visualmente asombrosas del último tiempo. Película a película (y siempre bajo la dirección de Chad Stahelski), hasta el estreno de la excelente cuarta parte, en marzo pasado, la franquicia consolidó una mitología que se volvió fascinante para los fanáticos y no demasiado engorrosa para neófitos.
Las mentes detrás de la historia apuntan a reunir a ambos públicos en El Continental: Del mundo de John Wick, la serie que se ambienta décadas antes de los eventos de los filmes y que se centra en la versión joven de Winston Scott, quien –en las cintas– es amigo de Wick y administrador del hotel que funciona como territorio neutral para los criminales de la trama. Dividida en tres episodios (disponibles en Prime Video a partir de este viernes 22), es una precuela que profundiza en uno de los secundarios más memorables de la saga y en las reglas a las que posteriormente debe someterse el rol de Reeves.
Erica Lee, productora de todos los largometrajes, desdramatiza la ausencia del protagonista de la franquicia en la nueva ficción. “No me pareció tan arriesgado. Se sentía como la mejor manera de expandir el universo”, asegura a Culto. “El Continental es una parte icónica de las películas, es un personaje en sí mismo. Y el mundo de Nueva York es un personaje en sí mismo en las películas. En cierto modo, pudimos llevar eso a la serie y explorarlo, lo que creo que es tan importante como algunos de los actores”, agrega.
El estadounidense Colin Woodell toma el relevo del inglés Ian McShane y encarna a Winston en Nueva York durante los años 70. Frío e inteligente, es un hombre de negocios que se desenvuelve con habilidad en Londres, hasta que recibe el llamado del despiadado Cormac (Mel Gibson). El actual administrador del Continental lo contacta porque su hermano (Ben Robson) cometió un robo que enfureció a La Mesa Alta.
“Es una versión más joven. Es como si tuvieras a una vieja serpiente que sabe utilizar su veneno y a una serpiente más joven que no sabe cómo utilizarlo pese a que definitivamente lo tiene. Él es un asesino. ¿Pero cómo asesina? ¿Cómo se maneja en este ajedrez? Eso es lo que él aprende en esta serie”, apunta Albert Hughes, director de dos de los tres capítulos del proyecto.
El equipo elaboró un extenso listado de postulantes para asumir el rol principal, hasta concluir que el mejor candidato era Woodell, quien previamente dio vida al interés amoroso de Kaley Cuoco en The flight attendant y asumió uno de los papeles centrales de la serie The purge.
“Como actor, lo último que quieres es realizar una imitación. Lo que quieres es capturar la esencia”, plantea el cineasta. “Colin se parece a Ian McShane cuando era más joven, si miras fotografías antiguas de él. Pero también es un actor muy inteligente y sabía que esto no consistía en realizar una imitación. Hizo algo muy inteligente al capturar su arrogancia”, añade.
El otro gran reto de la ficción residía en construir escenas de acción a la altura de las trepidantes secuencias que han vuelto tan icónica a la marca John Wick. Para los familiarizados con la saga generará tranquilidad que contó con la participación de un equipo perteneciente a 87Eleven, la reconocida compañía enfocada en coreografiar tomas de ese tipo, que ha trabajado cada entrega de la franquicia. “Lo que hacen es tomar el entorno y utilizarlo de maneras muy creativas. No son como el típico coordinador de acción que se limita a realizar una escena de puñetazos. Si estás en una cocina, ellos van a usar las ollas y el lavaplatos”, describe Hughes.
Erica Lee explica su incorporación como una manera de establecer un vaso comunicante con los largometrajes protagonizados por Keanu Reeves. “Aunque estamos mostrando Nueva York en los años 70, que es una paleta muy diferente a la de las películas, también queríamos traer la naturaleza estilizada de los filmes y el neo-noir por el que somos conocidos. Consiste en traer a la serie lo que ha vuelto especiales a las películas, pero que esta también tenga su propia identidad”.
El debut de Mel Gibson
Fuera de Winston Scott, el único otro personaje de John Wick que aparece en El Continental es Charon, el conserje del hotel, encarnado originalmente por el difunto Lance Reddick y aquí por el debutante Ayomide Adegun. El resto del elenco lo componen asesinos, policías, veteranos de Vietnam y expertos en artes marciales que complejizan el mapa.
Por lejos el rostro más conocido es el de Mel Gibson, quien se pone en la piel de un hombre que, en la previa al estreno, ha sido presentado como “amoral y vengativo”, pero también “encantador”. Está al centro de la historia cuando los acontecimientos de la serie se desencadenan y se enfurece cuando se entera del hurto que perpetra el hermano del protagonista.
“Cada vez que él interpreta a un personaje hay algo en su pasión: él se lo cree y tú te lo crees. Era perfecto para el papel”, indica Albert Hughes, quien advierte que la labor de la estrella “es refrescante. Él ha interpretado a algunos tipos malos recientemente, pero no proviene de esa tradición. Y se está divirtiendo, por lo que es divertido verlo”.
Sin embargo, no todos parecieron tan contentos con su llegada a la saga. Cuando su fichaje se hizo oficial, en 2021, algunos recordaron sus antiguos problemas con la ley –y los comentarios antisemitas que ha expresado en el pasado–, como un motivo para repudiar el anuncio.
Consultada por esa controversia, Erica Lee opta por responder escuetamente. “Somos grandes fanáticos de Mel como actor. Y él vino y brindó una actuación increíble. En eso me estoy enfocando”.
Como sea, su rol es parte fundamental del paisaje que perfila la ficción durante los 70, una época que se vuelve más palpable mediante algunos hitos políticos y culturales que se filtran a través de la abundante acción de la historia. Hughes se reconoce fascinado con la elección de ese período de tiempo.
“Nací en 1972, y crecí en una casa con una madre que escuchaba a Pink Floyd y un padre que escuchaba a James Brown. Soy birracial. Y (en la serie) pude divertirme con esa música, con esa pasión, con esos lugares, con estos actores”, cuenta.
Según la óptica de la productora, “debido a que tuvimos mucho más tiempo en la serie, y hay más personajes fuera de los asesinos, pudimos lograr que el mundo real entrara en El Continental y en el universo de John Wick un poco más que en las películas. En cuanto a los años 70, era importante que algunos de los eventos de la vida real funcionaran como trasfondo y motivaciones de los personajes”.
Control de calidad
“Chad (Stahelski) podría seguir creando filmes de John Wick de calidad para siempre. Él lo ha demostrado. Cuatro veces seguidas”, afirma Albert Hughes. El cineasta cree que la franquicia podría prolongar su vida durante años, aunque “depende del control de calidad, de la escritura, la actuación y la dirección” (spoilers de la cuarta parte a continuación).
El realizador sustenta su punto en que él es uno de los que piensa que el destino del personaje no se cerró con John Wick 4, donde el protagonista fallece en Francia tras participar en un mortal duelo.
“Ellos estaban filmando mientras nosotros estábamos en preproducción, y cuando yo estaba en posproducción vi un corte de casi cuatro horas, por lo que sabía que eso iba a suceder”, detalla el director. “Me encantó lo que hizo Chad con el final de esa película. Los estadounidenses lo interpretan de una manera, pero en Europa, y estoy seguro de que en América del Sur también, están acostumbrados a finales más vagos y lo han leído de la manera que han querido. Yo instantáneamente leí ese final y lo supe: al menos, para mí, el hombre no estaba muerto”.
Reeves tendrá una participación en Ballerina (2024), el spin-off sobre una mujer que busca venganza (Ana de Armas), y que se ambienta entre la tercera y cuarta entrega. Más allá de esa cinta, su futuro es incierto.
Sin embargo, Erica Lee proporciona una respuesta que alimenta las esperanzas. “Es algo en lo que pensamos mucho. Tendría que haber una historia y un motivo muy especiales para que la banda volviera a reunirse”, sostiene.
“Ha sido una experiencia increíble hacer las cuatro películas anteriores. Somos un grupo muy unido de creativos, lo que es poco común en el negocio del cine. Todos lo pasamos muy bien haciendo John Wick, que es un personaje tan icónico para Keanu y su carrera. Espero que podamos hacer más, porque son muy divertidas. Pero ya veremos”, concluye.