Tras superar su primer mes en cartelera en cines locales, La memoria infinita continúa sumando público en el país. Esta semana el filme más reciente de Maite Alberdi superó la barrera de los 300 mil espectadores, la mejor marca histórica para un documental chileno y récord de asistencia para una producción nacional en los últimos cinco años. El filme ya atrajo a más personas que títulos como Mi amigo Alexis (2019), Pacto de fuga (2020) o Papá al rescate (2023), y tendrá algunas semanas más para seguir abultando sus cifras.

Pero ese no es el único título que demanda la atención de la realizadora. Antes de que la película sobre la relación de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia se lanzara en salas del país (el 24 de agosto) y se consolidara como un fenómeno de crítica y taquilla, la directora de La once (2014) se abocó a trabajar intensamente en el que será su siguiente largometraje, el sexto de su carrera. Un proyecto respaldado por Netflix y la productora Fábula, y conocido como La homicida.

Alberdi se inspira en María Carolina Geel, la escritora que en 1955 mató a tiros a su pareja en el hoy extinto Hotel Crillón. Su historia es uno de los cuatro casos de crímenes perpetrados por mujeres del siglo XX que la autora nacional Alia Trabucco Zerán revisó en Las homicidas, su libro de ensayos publicado en 2019 a través de Lumen. En vez de intentar aglutinar las cuatro historias en un solo guión, la cineasta nominada a los Oscar se enfocó únicamente en la mujer nacida como Georgina Silva Jiménez. Y decidió que ese sea el eje del primer largometraje de ficción de su celebrada trayectoria.

Según la información recabada por Culto, el rodaje de la producción se desarrolló entre julio y comienzos de agosto, la ventana de tiempo disponible antes de que viajara junto a Paulina Urrutia a Estados Unidos a promocionar el estreno de La memoria infinita en diferentes ciudades de ese país, y que posteriormente se concretara el debut de la película en Chile.

Si durante su carrera ha seleccionado con pinzas a los protagonistas de sus documentales (desde Mauricio Rodríguez, en El salvavidas, hasta Sergio Chamy, en El agente topo), esta vez se vio enfrentada a elegir a los intérpretes idóneos para encabezar su primer trabajo de ficción.

La directora escogió a Elisa Zulueta para que encarne a Mercedes, la abogada del caso (y el personaje principal de la trama), y seleccionó a Francisca Lewin para que asuma el personaje inspirado en Geel. También con actuaciones de Gabriel Urzúa, Marcial Tagle y Gabriel Cañas, se narra como un thriller que adopta el punto de vista del rol de Zulueta.

Elisa Zulueta

Ambas actrices fueron parte central de las filmaciones desarrolladas en diferentes locaciones transformadas para lucir como el Santiago de hace siete décadas, una labor que quedó en manos de Rodrigo Bazaes, quien acaba de desempeñarse como diseñador de producción de El Conde, de Pablo Larraín. El resto del equipo lo integran el director de fotografía Sergio Armstrong y la diseñadora de vestuario Muriel Parra. En síntesis, la cineasta de Los niños (2016) reclutó a algunos de los profesionales más renombrados de sus áreas, porque buscaba “un equipo de primera”, según dice una fuente familiarizada con el proyecto.

Algo que se facilitó porque contó con el aval de la compañía de los hermanos Larraín y su área especializada en películas, liderada por la productora ejecutiva Rocío Jadue. Son los mismos nombres con los que trabajó por primera vez en La memoria infinita, coproducida por Micromundo Producciones y Fábula.

Con fecha de estreno tentativa para 2024, La homicida se transformará en la tercera película original de Netflix en Chile, tras Ardiente paciencia (2022) y El Conde. Sin embargo, eso no implica que la documentalista sea una figura nueva en ese servicio de streaming. Hace dos años llegaron al catálogo de la plataforma La once y Los niños, sumándose a El agente topo, que aterrizó en su biblioteca en 2021 y se instaló entre los títulos más vistos de ese momento. Y, además, también se puede ver El salvavidas, su primer largometraje.

Alia Trabucco Zerán

Consultada en 2022 por las posibilidades que otorga el streaming, Alberdi respondió con elocuencia a Culto: “Las puertas con Netflix hace un rato que están bastante abiertas para proyectos originales y pensar ideas. Es una posibilidad”.

La historia de María Carolina Geel

Nacida en 1913 bajo el nombre Georgina Silva Jiménez, María Carolina Geel era conocida como taquígrafa de la Caja de Empleados Públicos y Periodísticos y, además, como novelista.

En abril de 1955, cuando se encontró por última vez con Roberto Pumarino, su amante, ya había publicado tres libros: El mundo dormido de Yenia (1946), Extraño estío (1947) y Soñaba y amaba el adolescente Perces (1949). También era autora de Siete escritoras chilenas (1949), un ensayo enfocado en la obra de Gabriela Mistral, María Luisa Bombal, Amanda Labarca, Marta Brunet, María Monvel, Luz de Vian y Chela Reyes. Según consigna Alia Trabucco en Las homicidas, “era, a todas luces, una mujer independiente y moderna, una figura pública en el campo cultural”.

Su figura quedó asociada para siempre a la naturaleza de una asesina: sin un móvil aparente, la tarde del jueves 14 de abril de 1955 le propinó cinco disparos a Pumarino mientras compartían una comida en el restaurante del Hotel Crillón. El hombre de 28 años, viudo y padre de un hijo de seis, falleció en la escena del crimen. Silente, Geel fue trasladada por la policía a la comisaría más cercana y fue foco de múltiples interrogantes de las autoridades y la prensa que no comprendían la aparente ausencia de motivos detrás de su comportamiento.

María Carolina Geel

Algunos se apuraron a rotularlo como un crimen pasional. Otros, con el paso de los años, trazaron paralelos con el hecho que protagonizó María Luis Bombal en 1941 a las puertas del Hotel Crillón: le disparó tres veces a Eulogio Sánchez, su amor de juventud, quien por milagro sobrevivió a ese ataque. El juez Aliro Veloso intentó mediante todas las vías conseguir la confesión de Geel, pero esta nunca llegó. Mientras la autora esperaba por su condena, se concentró en continuar escribiendo. El resultado fue Cárcel de mujeres (1956), un libro editado originalmente por Zig-Zag (y reeditado por Cuarto Propio) que generó revuelo en la época por su descripción de relaciones lésbicas al interior de la prisión y se transformó en parte clave del caso judicial.

Su sentencia fue de tres años y un día de presidio, pero no alcanzó a cumplirla en su totalidad. Antes, a través de un cablegrama enviado desde Nueva York al Presidente Carlos Ibáñez del Campo, Gabriela Mistral solicitó su indulto. La Premio Nobel lo planteó como un deseo de las “mujeres latinoamericanas”. El mandatario replicó favorablemente, asegurando que “en el instante en que usted formula una petición, esta es un hecho atendido y resuelto”.

Tras retomar su vida, Geel reanudó su carrera como escritora y crítica literaria, pero nunca volvió a referirse al crimen del Hotel Crillón. Falleció el 1 de enero de 1996 tras el deterioro de salud que le causó el Alzheimer.

Esa es una de las cuatro historias reales que recoge el libro de Trabucco, quien en las primeras páginas de Las homicidas argumenta su interés en aproximarse a mujeres asesinas. “Sus crímenes, aunque perturbadores, son una ventana privilegiada desde donde observar cómo ha cambiado el significado histórico de ser mujer”, escribe al introducir a Geel, Corina Rojas (cuyo caso data de 1916), Rosa Faúndez (1923) y María Teresa Alfaro (entre 1960 y 1963).

“Quise ver y escuchar a mujeres comunes y corrientes, profesionales, proletarias, aristócratas y empleadas domésticas, cuyos crímenes ocurrieron en el Chile del siglo veinte, pero que me permitieron escudriñar más allá de las angostas fronteras del país y de los pormenores de sus casos”, concluye en el libro que atrajo el interés de Maite Alberdi.

Proyectos internacionales

Siguiendo el exitoso recorrido internacional que comenzó a inicios de año en Sundance y Berlín, La memoria infinita se acaba de presentar en la 71° edición del Festival de San Sebastián, donde consiguió una cálida recepción. Un valioso apronte para su lanzamiento en salas de ese país –programado para enero de 2024– y para sus aspiraciones en la próxima edición de los Goya. Alberdi ya tiene experiencia en la máxima premiación del cine español, ya que fue nominada a Mejor película iberoamericana en 2016 (La once) y 2021 (El agente topo). Este fin de semana, la directora se encuentra en Suiza para participar en el Festival de Zúrich y le esperan nuevas instancias en el extranjero con su cinta más reciente.

Dentro del manojo de proyectos que tiene actualmente también está un documental junto a Gato Grande, la compañía con sede en México y Los Angeles que produjo la serie biográfica sobre Luis Miguel. Conoció a los integrantes de esa firma gracias a su participación en Libre de reír, una serie documental de cinco episodios que Prime Video estrenó en julio. Alberdi dirigió todos los episodios de la producción, que se enfoca en la comediante Sofía Niño de Rivera y sus visitas a diferentes cárceles de México para impartir talleres de stand-up a los reclusos.

La memoria infinita. Foto: MTV Documentary Films

“Nuestro vínculo con Maite fue extraordinario. Tiene un talento de una profesionalidad y humildad únicos. Nos llevamos tan bien que de hecho ya estamos produciendo la próxima película de Maite acá en Ciudad de México”, detalló Maximiliano Sanguine, VP de Desarrollo de Gato Grande, en declaraciones al medio Cveintiuno. El mismo ejecutivo adelantó que el nuevo largometraje de la directora “en algún punto se desprende de un personaje que Maite conoció dentro de la cárcel femenina mientras grababa Libre de reír. Nos comentó la idea y vimos que era otra joya”. Una pista que sugiere que la realización de La homicida en ningún caso implica que vaya a abandonar el cine de no ficción.

En otro plano de su carrera, se desempeñará como productora ejecutiva de la adaptación en formato serie que prepara Netflix sobre El agente topo. El proyecto fue oficializado en marzo con Mike Schur como creador y Ted Danson como protagonista, la misma dupla que hizo las tres temporadas de The good place. El desarrollo de la comedia estuvo en pausa durante los 148 días que se extendió el paro de los guionistas estadounidenses, pero, tras el término de la huelga, su trabajo debiera reanudarse a la brevedad.

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