Bono clavaba una humilde bandera en el escenario de Red Rocks en Denver en un épico concierto de 1983, como instancia cúlmine de espectacularidad. 40 años después, el pasado viernes, el vocalista parecía flotar en medio de una gigantesca cúpula llamada The Sphere en Las Vegas, dotada de la más alta tecnología sónica y lumínica. Entre medio, se vistió de cuero y utilizó un control remoto activando múltiples pantallas en el Zoo TV de 1992, y lució un traje de falsos músculos para recorrer el monumental escenario de PopMart, la gira 97-98 de citas irónicas a la cultura pop.

A partir de ese tour, con los irlandeses superando las ganancias de los Rolling Stones -pioneros en shows con gigantescas estructuras-, U2 comenzó a competir consigo mismo en espectacularidad en vivo gracias a despliegues cada vez más avanzados, en busca de la más alta resolución en imagen y sonido, características de la gira de 2017 repasando íntegro The Joshua tree (1987).

Si el prejuicio dictamina que Las Vegas tiene algo de cementerio de elefantes para las carreras artísticas, con el estreno de su residencia en The Sphere con el espectáculo UV Achtung baby, repartido en 25 fechas hasta diciembre, la banda cruzó un nuevo umbral en materia de montajes en directo; una fase donde confirman que juegan solos, a pesar de los esfuerzos de pupilos aventajados como Coldplay.

Se trata de un domo con una capacidad que oscila entre 17 mil 600 y 20 mil espectadores, dependiendo de las características del evento que albergue. En el exterior -la “Exosfera”, según detalla su web- cuenta con 580.000 pies cuadrados de LED, “¡un lienzo creativo tan audaz y brillante que se puede ver desde el espacio!”, afirma el enlace.

El espectáculo U2:UV Achtung Baby Live at Sphere

“Sphere es el lugar adecuado para llevar la experiencia de la música en directo al siguiente nivel”, explican los miembros de U2 en el mismo sitio, “(...) es más que un lugar, es una galería y la música de U2 va a estar por todas las paredes”.

La estructura esférica de 109.7 metros de alto por 157.2 de ancho, es la más grande del planeta a un costo de dos mil 300 millones de dólares. Demandó cuatro años de trabajo.

Para hacerse una idea de sus dimensiones, la estatua de la libertad de 93 metros, cabe completa en su interior. Contiene casi 49 mil metros cuadrados, equivalente a cuatro canchas de fútbol americano.

En el interior de The Sphere, las pantallas desde el suelo hasta el cielo ofrecen una resolución de 16K combinados con 167 mil altavoces para un sistema de audio inmersivo. Por si fuera poco, robots reciben a los asistentes.

“Lo que hemos creado aquí es lo más parecido a reproducir el sentido humano del sonido”, explicó James Dolan, presidente ejecutivo de MSG Entertainment, la firma tras el proyecto, el pasado 21 de julio en la presentación del recinto.

U2:UV Achtung Baby Live at Sphere

El aspecto auditivo está a cargo de HOLOPLOT, una firma berlinesa fundada en 2016. Roman Sick, CEO de la empresa alemana, aseguró en la misma instancia que se han centrado “en transformar radicalmente la tecnología de audio, repensando la física subyacente de la reproducción del sonido tal y como la conocemos”.

Sick explicó que el montaje en The Sphere ha sido utilizado en el sistema ferroviario germano -Deutsche Bahn-, para que los pasajeros puedan escuchar correctamente los anuncios. También se despliega en el teatro Beacon del Madison Square Garden en Nueva York.

Según testigos, la sensación del sonido equivale a percibir el audio como si los altavoces estuvieran prácticamente al lado y no a decenas de metros, con gran calidad y nitidez. La promesa de este sistema promocionado como lo más avanzado a nivel mundial, es que la calidad de sonido en cada una de las butacas es la misma.

“La experiencia no consistía en escuchar pasivamente una canción”, reportó venuesnow.com, “sino en estar dentro de la mezcla, con ondas sonoras que lo envolvían todo”.

En otras palabras, una experiencia de sonido inmersivo como la que ofrecen los sistemas de audio para videojuegos, plataformas de series y películas, y el Dolby Atmos que opera en Apple Music.

Para The Edge de U2, la gracia del recinto en Las Vegas no solo depende de “la innovadora tecnología que lo hará único, con el sistema de audio más avanzado del mundo integrado en una estructura diseñada con la calidad del sonido como prioridad”, sino a las opciones visuales “en torno a experiencias inmersivas en paisajes reales e imaginarios”.

En opinión del guitarrista, se trata de “un lienzo de una escala y una resolución de imagen sin parangón, y una oportunidad única en una generación”.

La pantalla LED del interior con más de 260 mil millones de pixeles “envuelve al público por encima y por detrás”, explica la web de la esfera, “creando un entorno visual totalmente envolvente”. Se detalla la utilización de “fórmulas de proyección de lentes y las matemáticas de la trigonometría esférica para mapear las imágenes que capturamos en esta gigantesca pantalla curva”.

La sala aplica “la ecuación de Fanger” para manejar la temperatura. “La hemos utilizado para calcular desde el ajuste ideal de nuestro sistema de aire acondicionado hasta el descenso de grado necesario para que te sientas inmerso en una ventisca en 4D”.

El show de U2 se extiende durante dos horas repasando su última obra maestra Achtung baby (1991) con canciones que no han sido interpretadas largo tiempo como So cruel y Tryin’ to throw your arms around the world, desterradas por 30 años, y Love is blindness, fuera del setlist desde 2006.

En el segmento acústico privilegian cortes de Rattle & hum (1988) como All I want is you y Angel of Harlem, entre otros; en el generoso bis de seis canciones presentan el último single Atomic city, con indisimulados alcances melódicos a los estribillos de Call me de Blondie y House of the rising sun, un clásico folk afamado gracias a la versión de The Animals en 1964.

Aquejado de problemas a la espalda que obligaron a una cirugía, el baterista Larry Mullen es reemplazado en esta residencia por el holandés Bram van den Berg.

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