“Lo que yo sé hacer desde pequeña es rapear y liarla en la tarima”, dice Mala Rodríguez a Culto desde España, con la honesta seguridad de una artista que es consciente de sus virtudes. Con 44 años y varias décadas de carrera, la andaluza no pierde de vista el propósito que la guía desde el comienzo.
Lo suyo ha sido romper esquemas. Dominó un género que hasta hace pocos años seguía siendo un terreno predominantemente masculino, al mismo tiempo que rapeaba en español y con un distintivo estilo aflamencado cuando la norma era el anglo. Así fue como se transformó en una voz ineludible del urbano hispanohablante, que no solo marcó a generaciones en España, sino también en Latinoamérica.
En medio de todo ese camino, Rodríguez ha construido una relación especial con este lado del continente. “Siempre he amado la música latinoamericana. Amo a Mercedes Sosa, amo mucho a Silvio Rodríguez, he escuchado mucho ballenato porque tengo un tío colombiano. En mi familia se ha escuchado una mezcla de música muy bonita. Y pues imagínate. También tengo muchas amigas de Puerto Rico”, recuenta.
Y con Chile, el vínculo es inquebrantable. “Para mí, ir a Chile es como ir a mi casa. He estado allí muchas veces, me he perdido por Chile. Me he ido al norte, al sur. Me he conocido muchos lugares muy bellos y la gente me ha tratado muy bien siempre. Tiene un montón de cambio en plan naturaleza. Está Valparaíso, luego Santiago, que es una ciudad tan loca, todo lleno de graffitis. Es un país muy rico, la comida y todo”.
“Una cosa que también me gusta de Chile es que la gente hace manifestaciones ahí. Y se pone candente. La gente es como muy brava. Me ha tocado varias veces no poder llegar al recinto del concierto porque hay una manifestación. Y es porque la gente se levanta, es un pueblo guerrero y yo le tengo mucho respeto”, recuerda sobre algunas de sus visitas al país. Por estos días, la artista retornará a la capital para brindar dos conciertos en los clubes Chocolate y Amanda, con fechas agendadas para los días 20 y 26 de octubre respectivamente.
Señales del próximo disco
Hace un tiempo que Mala se encuentra trabajando en su siguiente álbum de estudio. Una placa que ya está terminada y que verá la luz muy pronto. “El disco va a salir antes de que se acabe el año”, adelanta la española. Y comenta que “no tiene que ver mucho más con los sencillos que han salido. Es otra película. Y estoy muy contenta, hemos hecho un gran trabajo. Es un álbum, no es sencillos y sencillos juntos. Es un trabajo diferente. Y estoy muy orgullosa, feliz y satisfecha. Va a ser una cosa muy sonada. Va a estar muy guapo”.
Entre esas primeras pinceladas que ya están circulando en las plataformas, hay una colaboración que reafirma la cercanía de la andaluza con la movida musical criolla: No molestar, el single que comparte con Polimá Westcoast, uno de los artistas más pegados de la escena nacional. A la hora de hablar del chileno, Rodríguez no tiene más que buenas palabras.
“Poli es hermoso. Es muy bello, es un amor. De verdad te lo digo. Qué suerte que tengo, porque cuando yo se lo propuse pues sí estaba ya bastante conocido, pero de verdad que el nivel que tiene ahora se lo merece. Te lo prometo, cada aplauso se lo merece porque tiene un corazón gigante, es una persona súper humilde y es muy divertido. Me alegro tanto de que le vaya bien a la gente linda y buena. Y el Polimá es de puta madre”, comparte sobre su encuentro en el estudio.
Sobre su repertorio, Rodríguez confiesa que “la canción suya que más me volvió loca fue la de Baby otaku. Es un temazo, amiga. Además que aquí en Chile también les gusta mucho Lana del Rey, la onda así como media emo, ¿no? Yo también conecto con eso”.
En otras entrevistas, la española adelantó que pronto vendrá una colaboración con Villano Antillano, la puertorriqueña que el 2022 estrenó una de las BZRP Music Sessions más aplaudidas. Sin embargo, es probable que sea un lanzamiento externo al setlist de su siguiente disco: “Yo quería tenerla en mi álbum, pero creo que ella la quiere para el suyo. Pero lo bonito es que nos encontramos, que hicimos la música, que compartimos, y que está ahí. La canción es una loquera total”.
“Yo le he dicho: ‘es tu momento, estás en hora, gózatelo, porque es el momento tuyo’. La canción me llegó hace ya rato. Hace un año y pico que está grabada y no sé cuándo la va a sacar. Pero vamos, que es un pepinazo. Está increíble. Es muy divertida, y tú sabes cómo es ella. Bien loba, muy coqueta, me encanta. No tiene vergüenza. El otro día puso en Instagram ‘no eres mala si no te hacen shadowbanning’. Y es verdad, tío. No eres de verdad mala si Instagram no te ha hecho el shadowbanning. Yo lo he vivido”.
Una industria sexista
- En otra entrevista comentabas que uno de los temas que te ocupan actualmente es la liberación sexual de la mujer. Por ese lado, ¿crees que todavía quedan prejuicios por derribar en la música, especialmente en el urbano?
El problema es que no entiendo por qué tiene que alguien decidir por ti. Una mujer tiene que poder elegir lo que quiera hacer con su cuerpo. Todo el mundo lo hace. Si yo me quiero poner un puto burka, pues me lo pongo. Y si quiero ir en cuero, pues voy en cuero. Cada mujer puede hacer lo que quiera. Hace un rato, le dije a un periodista en Chile: ‘mira, mi opinión sobre el aborto es que a mí no me gusta, y lo flipo un poco en colores. Y yo te digo que es mi opinión. Pero yo nunca haría una ley donde dice que tú no puedes hacerlo, porque creo que cada uno tiene que hacer su camino’.
Me parece mal que un hombre decida por el cuerpo de una mujer. Pero mi opinión a título personal es que yo creo que eso es malo, porque donde me he criado eso se ve mal. Por la cultura, porque es como si luego quedara el fantasma del niño por el hospital, cosas así, ¿sabes?
- Todo pasa por tener libertad, ¿no?
Sí, pero es que la libertad no existe. ¿Tú crees que existe?
- Quizás existe más como un anhelo...
Yo creo que hablamos de ella porque nadie la tiene.
- Es otra suerte de fantasma que nos ronda
A mí me gusta Chile porque tiene muchos programas de esos, rollo de misterios, donde hablan de cosas así, paranormales, o como que van en contra del sistema. Son gente que le da media vuelta, que no se creen la primera versión nunca, de los medios y de ese tipo de cosas. Pues igual, yo también creo que hay veces en que algunas cosas me resuenan como si fueran propaganda de algo. Y eso no me gusta. Prefiero leer, estar conmigo misma, encontrarme a mí y sentir. Porque hay veces que la gente ni siente, solo repite cosas que ha visto.
- Desde tu propia experiencia, ¿qué te parece que aún se diga que las mujeres que trabajan en el género urbano se cosifican?
Creo que no ha cambiado nada, porque antiguamente las cantantes que tenían éxito igual eran las que mostraban más carne, pero tenían un equipo de hombres detrás explotándolas. Ahora las cantantes se explotan solas. Pienso eso, por una parte, pero luego también pienso que está en los ojos de la gente que te mira lo que es feo o bonito. Es también la mirada del otro lo que influye en cómo se ven las cosas.
Si tú te sientes bien, eso es una cosa. Pero el asunto es ¿tú te sientes bien o lo haces por agradar a los demás? ¿O lo haces porque el sistema te está obligando a hacerlo? Son muchas preguntas que a mí me rondan. Pero ya que un hombre me venga a decir ‘ah, tú estás haciendo esto o lo otro’, ahí yo le digo ‘cállate’. ‘No opines, déjame, que bastante tengo yo con lo mío’.
- Uno también es su propio juez
Exactamente. Ahí has dado con la palabra. Todos tenemos nuestro criterio y nuestro juicio. No está bien juzgar a los demás.
- Además, en la música urbana predominaban los hombres. Hace poco que la tribuna se ha abierto más para las artistas femeninas
Realmente hace unos cinco años que las mujeres están cogiendo fuerza, porque antes lo normal eran los chicos que rapeaban y contaban sus historias, sus vidas. Incluso en el cine las protagonistas nunca han sido mujeres ni historias de mujeres. A nadie le ha importado una historia con un protagonista que sea mujer.
- Y la mayoría de personajes femeninos eran mujeres escritas por hombres
Igual. El papel que le daban a una chica era uno que escribía también un hombre, lo que ellos tienen para decir. Ahora está cambiando. Por eso es que estamos cogiendo más fuerza, porque ahora hay mujeres guionistas, mujeres que hacen películas, pero todo eso ocurre porque hay mujeres que van al cine a ver esas pelis. Antes ni si quiera nos apoyábamos entre nosotras.
- Hace un rato comentabas lo mucho que te gusta Villano Antillano. ¿Hay alguna otra artista femenina que consideres particularmente interesante?
Obvio me gusta Denise (Rosenthal). Me gusta mucho porque escribe bárbaro ella, muy buenas letras. Me gusta Melymel, la rapera dominicana. Melymel es una salvaje. Rapeando creo que es la mejor, muy bestia. Lia Kali también me encanta, es una artista de acá, de España, muy buena, escribe muy bien, rapea y canta muy bien. Hay muchas artistas muy buenas. Hay muchas mujeres.
María José Llergo también me gusta. Más loco, así, Roberta Nikita, por ejemplo. Ella también hace una música diferente. Hay ahora mismo muchos estilos distintos y muchas mujeres haciendo cosas diferentes que sorprenden y están muy guay. Pero si tengo que decirte una rapera, yo digo Melymel. Para mí ella es la más dura.
- Antes, eso de romper los moldes de los géneros era algo mucho más difícil. En el último tiempo tú también lo has hecho muy exitosamente
Es que hoy estamos todos muy mezclados ya. Todo está muy mezclado. Pienso que ahora es muy normal tener influencias de cualquier sitio, de cualquier otra cultura, porque la inmigración también es mayor. Hay nuevas generaciones de gente de Colombia en España, por ejemplo. Es como cuando vas a Francia, que ya son cuatro generaciones de gente argelina. Los argelinos de Francia son otra movida, es otra película. El país se va enriqueciendo con todos estos movimientos de gente, y eso se tiene que sentir en la música.