Chayanne (55), el hombre de la sonrisa sin fecha de caducidad, el cantante que ha unido a Latinoamérica a través de un glosario del sabor que incluye Palo bonito o Provócame, se retuerce incómodo al otro lado del Zoom y protege su cara con sus manos para aparentar que no oye lo que le dicen al otro lado de la pantalla: es simplemente una reacción cómica a la consulta más áspera pero más inevitable para cualquier astro del espectáculo. El paso del tiempo. El curso inexorable del calendario.
“¿Como qué artista le gustaría llegar a ser cuando cumpla 70 u 80 años?”, es una de las preguntas sobre el final de esta conversación con Culto. Chayanne dirá que admira al fallecido crooner estadounidense Tony Bennett, que en los días recientes ha estado en su residencia mirando videos de sus shows, además de otras figuras que también idolatra aunque “ya no están entre nosotros”.
Pero también advertirá ante cualquier suspicacia: “Yo todavía puedo mover el esqueleto”.
Elmer Figueroa Arce -su verdadero nombre- se ha eternizado como símbolo de vitalidad, energía y buena vibra, la encarnación desde mediados de los 80 del hombre que hermana atléticas coreografías con baladas con guión de telenovela, capaz de marcar a varias generaciones con un arco que va desde Este ritmo se baila así hasta Humanos a Marte. En la región, han existido pocas personificaciones tan indiscutidas de una latinidad sugestiva y sudorosa: ahí donde Luis Miguel era traje y corbata, Chayanne era torso desnudo, chaqueta de cuero, fiesta en América, humo y micrófono a un costado de la cara.
Pero los tiempos han cambiado. El cancionero hispanohablante hoy se agita a ritmo urbano y la evocación fiestera o romántica de ayer convive con un léxico mucho más explícito y con ídolos más frontales. En ese escenario, Chayanne ha hecho lo que hacen los clásicos: lanzar un disco y salir a defenderlo. Nada de composiciones sueltas: una obra completa de nueve temas llamada Bailemos otra vez y que incluye bachata, música mexicana, inspiración urbana y las tradicionales baladas.
Es, por lo demás, su vuelta al disco tras nueve años: demasiado tiempo para alguien que alguna vez proclamó aquello de “un día es un siglo sin ti” y que hasta principios de los 2000 se habituó a despachar un título cada dos años.
-¿Cómo enfrenta hacer un disco hoy, en una industria latina, en una música latina, que no es la misma de hace 30 o 40 años?
No, no, no, no empieces por ahí jaja…
-¿Pero es distinto para usted hacer música hoy?
Hemos estado en esas décadas y la pregunta es verdadera, el cambio musical, de género, la exposición en el escenario, todo es distinto. ¿Y cómo me siento? Emocionado de que puedo estar haciendo lo que me gusta, lo que he hecho desde los diez años, con una gran fidelidad, con esa ilusión de querer que las cosas salgan bien, de querer hacer un cambio para que la gente vea la evolución que uno ha tenido, el aprendizaje que uno ha tenido, fiel también a esas canciones románticas, a las canciones del amor y del desamor.
“Te puedo decir, en broma y en serio, que todavía podemos mover el esqueleto, bailar con las canciones. Eso de hacer ejercicio y alimentarse bien, va muy bien cuando vas a hacer giras. Pero ha pasado mucho tiempo, ha cambiado la música, ahora ya no se sacan discos, ahora se sacan sólo canciones, entonces yo quería hacer un disco, que es a lo que estoy acostumbrado”.
Me siento emocionado de que puedo estar haciendo lo que me gusta, lo que he hecho desde los diez años, con una gran fidelidad”.
-¿Por qué insistir en hacer un disco? Hace unos días, publicó un video donde incluso aparecía mostrando el CD de este álbum, algo que parece en desuso.
Porque en un CD está toda la historia del disco, las palabras que uno utiliza para dar las gracias a la gente que estuvo contigo apoyándote, dándote buena vibra, buena energía, ideas en cantidad, y poco a poco vas viendo cómo se va desarrollando.
“Además, han pasado nueve años desde mi último disco, pero no es que uno haya estado sentado nueve años. En medio hubo dos giras, canciones como Di que sientes tú o Choka choka, una pandemia que nos sorprendió a todos, que paró el mundo. Por eso ahora esto es plantearse: ¿cómo comenzar de nuevo? ¿Qué iba a hacer? ¿Qué ola era la que iba a crear? Como para surfearla, ¿no? Y poco a poco se fueron dando las cosas con pasos de bebé, como si fuera un comienzo, cada cosa que hago es un comienzo. Con la misma ilusión, esperando que a la gente le guste, y así ha sido lo de Bailemos otra vez. Y que fuera bien ‘yo’. O sea, en cada cuarto de cada canción que se grabó había un productor, compositor, habían arreglistas, me reunía con ellos, hablábamos del tema, cómo estaba mi parte emocional, cómo estaba mi parte de amor, y poco a poco de qué íbamos a hablar. Nos íbamos por aquí y por allá, y esa es mi participación en todo el disco, se hizo poco a poco”.
-¿Cómo es hoy escribir acerca del amor? Hay un inicio muy llamativo en Como tú y yo, una de las canciones de su último álbum. Ahí dice: “Qué difícil es enamorarse en pleno siglo XXI/ porque todos quieren revolcarse/ y no verse en el desayuno”. Menciona además ahí su hit Lo dejaría todo. ¿No está tomando una distancia más crítica de la música urbana, donde hoy es todo más explícito?
Eso es una parte de crecimiento mío también, porque voy aprendiendo de las cosas nuevas cómo van pasando, pero siempre manteniendo la fidelidad y manteniendo lo que soy yo, las palabras que yo quiero utilizar. Porque justo ahí era la palabra “acostarse”. Entonces iba cambiando una que otra palabra, por aquí por allá, pero sin darle la espalda a las cosas que van sucediendo, sin darle la espalda a un sonido que va cambiando, siempre sabiendo que el amor va a existir; que lo digas de una manera o de otra, siempre va a existir.
“Y la tecnología también ha cambiado una barbaridad. Y tú mes ves ahora en Instagram, en TikTok, que si esto que si lo otro, es una manera también de estar actual, de estar activo, con ayuda de un montón de gente, porque en la parte técnica necesito ayuda para estar jaja”.
-En 10 o 20 años más, ¿cómo imagina su carrera? ¿Hay algún artista que usted diga: como él quiero estar a los 70 años?
Mira, yo tuve la oportunidad de grabar con Tony Bennett. Hice el cumpleaños número 85 de él. Y no sé qué decirte, no sé qué decirte con el futuro, pero si tú me hablas, justo hace como tres a cuatro días estaba en mi casa aquí en Miami y estaba viendo shows de Luther Vandross, de Dionne Warwick, Whitney Houston. Tú sabes, en esos shows de homenaje, entonces los veía y decía yo “guau”. Algunos nos acompañan y otros ya no, pero con esa pregunta tú puedes hablar de Tony Bennett.
“Y no voy a dejar de mencionarte a una persona que le apasionó y le apasiona siempre la música: a Julio Iglesias. Y tú lo veías en Viña del Mar o en el estadio. O sea, para mí siempre son famosos. Siempre los veo en su esplendor, para mí esa gente siempre se verá en esa época de esplendor, como en sus fotografías antiguas. Porque la vida y el tiempo obviamente pasan para todos y eso lo sabemos, pero es cómo lo llevemos. Y yo trato de llevarlo bien. Yo estoy feliz. Una conversación así me hace recordar a mi madre que no está, por ejemplo. Aquellos momentos que me dio: la base, la educación, los valores, principios, mi padre que está presente. Cuando me hablas de cómo seré yo en el futuro, me llevas por el ángulo de la familia, del ser humano, que es el mismo de la carrera. Yo no sé cómo va a ser, pero puedo hablarte de Tony Bennett, de mantenerte interpretando una canción bien.
-¿Pero usted se siente una leyenda del pop latino?
Algo se ha hecho, ¿no?
-Lo siente así, me imagino.
Sí, claro.
***
Pero el año pasado, no sólo la leyenda jovial de Chayanne fue noticia para los chilenos. En julio de 2022, comenzó a circular en redes sociales un meme en que se veía una imagen del cantante sosteniendo el borrador de la en ese entonces nueva Constitución junto a la frase “Cómo convencer a tu familia de votar Apruebo”, justo en la previa del plebiscito que se desarrollaría ese 4 de septiembre.
La imagen hasta fue subida por el presidente Gabriel Boric en sus historias de Instagram, detonando la reacción inmediata de los representantes del artista, quienes en un comunicado advirtieron que “Chayanne nunca apoya campañas políticas de ninguna índole”. Incluso, contrató a un equipo de abogados para proteger su marca en el país.
-¿Supo de esa polémica?
Sí tengo la idea, sí me llegó la información, pero no me meto en aguas que no me tengo que meter. No me meto en nada político en el sentido del respeto; primero no es mi país, pero siempre deseando que le vaya bien a la gente de un pueblo que se levanta a trabajar, a luchar, a buscar un porvenir mejor para la familia. Pero por eso yo trato de estar completamente al margen de decisiones que pueden cambiar las ideas y que no estoy en mi derecho. Por eso te puedo comentar hasta ahí.
-A propósito de Chile, ¿podría volver al Festival de Viña con este nuevo disco?
Me encantaría, no tenemos el show preparado todavía, porque estoy en todo lo que es el enfoque de videos y del disco como tal, pero sí empezar a preparar gira para un futuro. Y espero ir a Chile y seguir moviendo el esqueleto.