¿Qué esperamos del regreso de Red Hot Chili Peppers a Chile?
La icónica banda californiana vuelve a nuestro país con su formación más clásica, que incluye al guitarrista John Frusciante. Aquí, músicos y especialistas analizan su impronta en el grupo y anticipan los shows de este 19 y 21 de noviembre en el Movistar Arena.
Resulta imposible repasar la historia de los Red Hot Chili Peppers, banda esencial de la escena noventera, sin pasar por John Frusciante. Con una época de asociada a las adicciones, la fuerza creativa del guitarrista dejó su sello en discos tan esenciales para la discografía del grupo como Mother’s Milk y Californication.
En Chile, su guitarra estuvo presente para 1999 y el 2001, los dos primeros conciertos que los californianos brindaron en suelo chileno. Y para entonces, su relación con la banda ya había comenzado a ser intermitente. El primer adiós fue en 1992. Ese año, Frusciante abandonaría el grupo en medio de una compleja adicción a las drogas. Entre ese primer adiós y su posterior retorno pasarían seis años, con la lucha contra la heroína y un par de discos solistas en el medio.
El 2009 vino una nueva separación, y no sería hasta el 2019 que Frusciante y su icónico sonido retornarían nuevamente a la banda. Este fin de semana, y a 21 años de su última visita a Chile, los Chili Peppers volverán a presentarse en el país con dos shows en Movistar Arena. Una ocasión para verlos de nuevo con su alineación más clásica ¿Qué tan importante resulta su último retorno a la banda?
La magia de Frusciante
“Frusciante aportaba ese sonido bien clásico de su guitarra, que tiene que ver con una cosa más libre de tocar. En su carrera solista también es un tipo mucho más experimental, y, de alguna manera, cuando él llega y se instala y graba el Blood Sugar Sex Magic, le pone la firma al sonido de la banda”, afirma Rainiero Guerrero, director de Radio Futuro, sobre la herencia que deja el guitarrista en la historia de los Red Hot. “Ya venían con un sonido característico, pero él acerca también el rock con su guitarra mucho más dura, más directa, y creo que esa firma quedó para siempre marcada”.
“Estamos en presencia de una banda que se adapta bien. Pero, obviamente, cuando retoma con John Frusciante vuelve a un sonido más clásico, que de alguna manera puso la firma de lo que es el sello de los Red Hot Chilli Peppers”, agrega Guerrero.
En el show de 2002, Los Tetas fueron la banda chilena encargada de telonear a los californianos en la Pista Atlética del Estadio Nacional. Cristian Moraga, concido en el medio como C-Funk, también rescata la calidad musical del guitarrista. “Frusciante siempre ha sido bacán. Me gusta la época del Blood Sugar e incluso del anterior, el Mother’s Milk. Esa es la época que me gusta de Frusciante. Después no es tan mi estilo, y los Red Hot tampoco. Me alejé un poco de lo que hicieron después, más rockero quizás”.
La valoración del rol de Frusciante es transversal, y también atraviesa a los fanáticos. En palabras de Felipe Jara, vocalista de Rollercoaster, banda tributo chilena a los Red Hot Chili Peppers, parte de la importancia del regreso de Frusciante radica en que “es la fuerza creativa que mueve a la banda. La forma de valorar lo que aportaba es ver cómo fueron los discos en los que no estuvo él, y cómo la banda tuvo que recurrir a otros recursos para componer”.
“La vuelta de John Frusciante significa volver a retomar la formación clásica en que los cuatro integrantes clásicos son suficiente para llenar el espacio sonoro de cada canción. Le da el sello característico, donde el protagonismo es compartido y los discos encuentran un equilibro entre el bajo de Flea y la guitarra de Frusciante”, agrega Jara.
Pero Fernando Mujica, periodista musical de las radios Horizonte y Sonar, apunta a que es importante evaluar este nuevo período con lo que fueron sus vueltas anteriores. “Creo que esta es la vez menos importante en que ha regresado Frusciante, al menos en términos de resultados”.
Para el periodista, su primera incorporación al grupo, en 1988, es la más fundamental de todas. “Siento que cuando debuta con Mother’s Milk después de la muerte de Hillel Slovak -primer guitarrista de los Red Hot Chili Peppers, fallecido por una sobredosis- el aporte es súper grande, ayuda mucho al sonido, al formato de la banda. Le da un plus. Después, cuando vuelve para Californication posterior a todo su bajón, ese regreso fue increíble. Porque tanto en ese disco como en el By the way, Frusciante sacó un tono espectácular en términos de segundas voces, de arreglos. Se necesitaba mucho”.
Un despliegue que no fue el mismo en las últimas placas. “Vuelven con demasiado material, y cuando te entregan mucha cantidad, en mi humilde opinión, hay mucho que sobra. Probablemente, este Frusciante que volvió ahora o está muy en otra o no está muy en su mejor momento. Recordemos que cuando vuelve en el 98 este tipo ya estaba sacando unos muy buenos discos guitarreros. Ahora, el único álbum que sacó fue uno de música electrónica, un disco de ruido. O sea, Frusciante está en cualquiera. Es un genio, un capo. Pero esta vez, en el resultado musical del Unlimited Love, siento que está ahí, pero no hace la diferencia tan grande que hizo en el Californication”.
El fantasma de los shows dispares
Pero más allá de todas las cualidades musicales que rodean a la banda, lo cierto es que, al menos en Chile, el blanco de las críticas ha sido la poca consistencia entre los cinco shows que han tenido en nuestro país hasta ahora. Una situación que está enmarcada en la poca simpatía demostrada por los músicos arriba del escenario.
“Me ha tocado verlos todas las veces acá en Chile, también afuera, y ellos son súper parcos. Hacen un buen show, tienen un buen despliegue, no dejan de ser buena banda. Flea es extremadamente sobre excitado arriba del escenario, Anthony Kiedis un seco, lo que quieras, pero creo que es una banda que a veces peca, en su ADN, de ser demasiado estrellas. No hay ningún discurso. Anthony Kiedis no tiene ningún lenguaje, ningún gesto con la audiencia, pero eso es algo muy de él. Nunca ha sido un tipo comunicativo”, analiza Mujica sobre ese punto.
Sin embargo, el periodista apunta a que parte de esa percepción puede deberse a las expectativas que sostiene el público latinoamericano en general. “Somos público latino, nos gusta el cariño, la palabra, que te digan que eres el más lindo del mundo, la mejor audiencia. El público chileno está acostumbrado al cariño y al regaloneo del artista. Hay gente que dice que el público europeo es súper fome. Bueno, a lo mejor a ese público no le molesta lo frío que es Anthony Kiedis. Pero a nosotros, que somos latinos y que queremos la palabrota, la buena onda, el acercarnos, efectivamente nos afecta que sean fomes”.
Felipe Jara no está del todo en desacuerdo. “Un punto que siempre se la ha criticado a la banda es su poca comunicación o interacción con el público. Se dice que son lejanos o que no conectan con el público chileno”. Aunque el músico sí apunta a varios momentos en que los Red Hot, siempre coherentes con su estilo, dejaron entre ver uno que otro gesto de cariño hacia la fanaticada chilena.
“La banda siempre se ha mostrado de esa forma, independiente del lugar del mundo donde se presente, pero en Chile siempre han tenido diferencias o detalles que demuestran su aprecio o cariño por el país. En el año 2011, Flea apoyó el movimiento estudiantil que se realizaba por esos años, y el 2002 Kiedis subió la bandera de Chile para dejarla en el bombo de la batería”, añade el vocalista de Rollercoaster.
El recuerdo de C-Funk en el contexto de ese segundo concierto en el Estadio Nacional igualmente es positivo. “Recuerdo que estuvo bacán, que la gente, el público estuvo la raja con nosotros. Estaban los Red Hot arriba del escenario viendo mientras tocábamos y el Flea en un momento nos mandó un saludo. ‘Gracias a Los Tetas, muy bonita música’, dijo. Me acuerdo que lo pasé bien, estaba feliz de que los locos estuvieran en el escenario. Estábamos dándolo todo. Nos juntamos después del show a conversar un rato, sacar unas fotitos. Y eso, entretenido, buena onda”, aunque sí agrega que, para esa época, ya estaban “medios agotados”.
Aún así, el despliegue musical que logran sobre el escenario es algo sobre lo que no caben dudas. “A los Red Hot los vi una sola vez, la última que estuvieron en Chile, en el Lollapalooza, y me encantó”, dice Guerrero. “Encontré que era una banda de rock pura y dura que no usa ningún tipo de pista, que no se apoya en nada más que batería, bajo y guitarra. Este es un trío con un cantante, no nos olvidemos de eso. Como lo fue The Who, como lo fue Led Zeppelin. Me gusta ese tipo de bandas que suenan crudas, imperfectas a veces”,
“Lo que pasa es que estos gallos tienen un cancionero gigantezco. Como Guns N Roses, AC/DC”, agrega Mujica. “Son músicos que no necesitan sacar ninguna canción nueva buena y van a seguir tocando eternamente con las grandes canciones que ya sacaron, porque tuvieron momentos muy importantes. Están haciendo música, están contentos, de nuevo volvieron a ser un cuarteto importante, arreglaron las cosas entre Frusciante y Kiedis, pero, en el fondo, igual ya están un poquitito pasados. Y eso de ser tan apáticos hace que empiece a sentir que es una banda que se ha agotado mucho”.
“Venden como locos porque es una banda única en su especie, donde la mayoría no prosperó. No tenemos bandas de funk metal o alternativas que se puedan parecer, ni si quiera como Faith no More, que hayan logrado el éxito que tiene esta banda, que es súper de radio, amigable, universitaria. Eso lo tienen y que no lo han perdido, pero de que estén en un momento importante, siento que no”, concluye Mujica.
¿Qué esperar para el Movistar Arena?
Sin dudas, Jara es uno de los más indicados para adelantar algunos detalles de lo que serán los próximos shows de la banda en Chile. El vocalista ha seguido gran parte de la gira latinoamericana de este año, asistiendo a los conciertos de San José de Costa Rica y lo realizados en Brasil, en Río de Janeiro, Brasilia y Sao Paulo. Y también dirá presente en los conciertos en Santiago y Buenos Aires.
“Lo primero que hay que aclarar es que cuando John Frusciante está en la banda no toca temas de discos donde el no haya participado o no se sienta cómodo”, afirma el cantante. “Es decir, durante la gira no se tocan temas de los discos One Hot Minute, I’m With You ni The Getaway”.
En términos generales, los recitales del tour han estado compuestos por 17 canciones de su repertorio (sin contar los propios de Frusciante ni el jam de introducción, con una duración de poco más de 1 hora y media. “Tienen dos setlist tipo. Uno comienza con Can’t Stop y el otro con Around The World. Con estos van alternando, así que para los shows de Chile lo más probable es que el día 19 comiencen con Can’t Stop y el 21 con Around The World. Los temas que se repiten entre ambos son 4 o 5 (Black Summer, By The Way, Californication, Give It Away y a veces Under The Bridge) el resto de temas son diferentes, por lo que alguien que va a los dos conciertos en Chile tendrá 30 temas distintos en total”.
Además, agrega que la reincorporación de Frusciante se ha hecho notar. “El regreso de John se nota de inmediato, desde el momento en que inicial el concierto. Su fuerza creativa a momentos lleva la batuta en las improvisaciones y solos de guitarra para luego cederlo a Flea o Chad Smith. Esto hace que cada uno aporte desde su instrumento por un bien mayor, que es la banda y el espectáculo que ofrecen. Otra cosa que caracteriza a John son sus interpretaciones de covers, y que en esta gira han sido los temas Terrapin de Syd Barrey y Danny’s Song de Loggins & Messina”.
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