“Va a chocar, va a perder el control del automóvil y va a embestir las vallas que separan la carretera del bosque y de los secretos que éste oculta, pero Olivia aún no lo sabe; no tiene idea de lo que va a sucederle en un momento, cuando un recuerdo de una intensidad desusada la asalte, rompa sobre ella como una ola y la arrastre consigo”. Así, con la imagen de algo que va ocurrir, Patricio Pron comenzó la escritura de su nueva novela, La naturaleza secreta de las cosas de este mundo, publicada por Anagrama, en su debut con la casa catalana.
Se trata de una novela intimista, con la narrativa densa y salpicada de humor tan propia de Pron. En sus páginas, una mujer -Olivia, actriz- comienza a recordar la desaparición de su padre años atrás, sin dejar ninguna huella, ni siquiera un cadáver. A medida que avanzamos, notamos cómo ella no ha dejado atrás esa historia, a pesar de que su madre la insta a hacerlo, y cómo va arrancando de ciertas decisiones de su vida. En la segunda parte, leemos la historia del padre, Edward, y las razones que estuvieron detrás de aquella imprevista desaparición, que al final no lo fue tanto. Fue el mismo quien simplemente decidió dejar atrás su vida como (ex) artista visual, esposo y padre.
“Mis libros suelen surgir de imágenes que, por alguna razón, se me imponen -comenta Pron a Culto, en la previa de su visita al país-. En este caso, la de una mujer joven que va a tener un accidente de automóvil en unos minutos, pero no lo sabe, que simplemente maneja hacia una ciudad y piensa en su padre y en su vida y en lo que una hizo en la otra. De esa mujer lo desconocía todo al comenzar a escribir: no sabía que se llama Olivia, que es actriz, que se dirige a una ciudad del norte de Europa. Nunca escribes sobre lo que conoces, sino sobre lo que quieres conocer, sobre lo que necesitas averiguar sobre ti y sobre tus personajes. Y esta novela no fue la excepción a esa regla”.
¿Cómo fue el proceso de escritura?
Escribí el libro hace algún tiempo. Luego lo olvidé y volví a escribirlo. Al final lo escribí una vez más. Quería escribir otros libros, pero La naturaleza secreta de las cosas de este mundo se me impuso: sentía que no iba a poder seguir si no contaba antes esta historia de desapariciones y de fantasmas muy reales.
Pron ambienta esta novela en Manchester, ciudad que -según reconoce en el prólogo- no conoce. Asegura que escribir “en ciego” sobre un espacio, tiene un motivo más bien literario. “Naturalmente, a esta altura conozco bien varias ciudades, algunas incluso muy bien. Y tiendo a ser sistemático y a tener algunas manías y ciertas supersticiones, y, si hubiera escrito sobre un lugar que conozco, me hubiese esforzado por comprobar la información, chequear si el bar que recuerdo está donde creo que está, si tal calle se cruza con tal otra. Con Manchester no me hacía falta constatar nada, podía inventármelo todo porque nunca estuve allí. Y, sin embargo, todos hemos estado en Manchester alguna vez: de ahí viene parte del fútbol más importante del momento, así como algunos filmes, varios libros y música extraordinaria. Todos somos de Manchester, de algún modo”.
Tanto Olivia como Edward huyen de su presente, y cada cierto tiempo piensan en volver. ¿Qué te atrajo de la idea de la huida?
Al igual que el resto de las personas, yo he sentido o sentí en los últimos años un deseo intensísimo de dejar todo atrás, en especial unas prácticas y un modo de vida que es evidente que están destruyéndonos y destruyendo un planeta sin el cual ninguna vida es posible. Nuestras ideas del mundo, del Estado de Derecho, de la democracia, del trabajo y de la sociedad se han vuelto tan antagónicas y nos hacen tanto daño, incluso aunque finjamos que no nos damos cuenta, que huir es una aspiración legítima y compartida por muchos. El mal menor, por decirlo de alguna forma. Y sin embargo, allí donde ya no es posible seguir, hay que seguir, como escribió Samuel Beckett. Y yo quería y quiero seguir, pero sólo podía hacerlo si escribía esta novela.
¿Dirías que esta es una novela sobre la ausencia?
Diría que es una novela sobre una realidad fantasmática, en la que lo que, a falta de un nombre mejor, llamamos “lo virtual” emborrona los límites entre lo que existe y lo que no existe, entre la presencia y la ausencia, entre la aparición y la desaparición, dejándonos en un estado permanente de confusión y dolor. Los personajes de esta novela desean abandonar ese estado, y la historia de cómo lo hacen es la historia de este libro.
En tu web publicaste el epílogo de la historia, ¿por qué lo pusiste ahí y no en el libro?
Los libros tienen razones que no son especialmente razonables para quienes las contemplan desde determinados puntos de vista. En este caso, se trataba de que la novela se prolongase en algún lugar para, de esa manera, negar la posibilidad de que algo termine, que es uno de los asuntos centrales del libro: nada termina nunca, todos los cierres son cierres en falso, nunca acabas de leer un libro si continúas “viviendo en él” después de que lo has leído, si en tu recuerdo habitas y eres habitado por una historia y unos personajes.
El arte es una de las dimensiones que aborda esta novela, Edward es artista pero tiene una relación lejana con la industria. ¿Crees que hay algo de fantasmal en el arte también y en la dimensión creativa?
Sí, creo que, en la medida en que, en el arte en general y en la literatura en particular, se ponen de manifiesto el doblez y la duplicidad y surge “lo que no puede estar allí”, lo que nos resulta más íntimo pero a veces también más intolerable, tiene una dimensión fantasmática.
El arte se ha vuelto un vehículo de canalización de ciertas demandas. Por ejemplo, activistas medioambientales han atacado ciertas obras para llamar la atención. ¿Qué piensas de esa dimensión?
Los activistas alemanes de la Última Generación que asaltaron los titulares de los periódicos atacando ciertas obras de arte comprendieron rápidamente que esa táctica no servía a los fines de su estrategia, que es la de poner de manifiesto que el modo en que vivimos está destruyéndonos, y la abandonaron. Pero nos devolvieron el arte, en la medida en que las personas comenzaron a discutir qué se pierde cuando una obra es dañada o destruida. No se lo proponían, pero la suya fue una magnífica contribución a la causa de la relevancia del arte.
¿Cuál es tu propia vinculación con el arte?
Naturalmente, me interesa el arte. Pero no soy un experto ni estoy seguro de comprender decenas de cosas que me interesan en él. En el arte contemporáneo hay una respuesta específica a la pregunta de qué determina el valor que me parece atractiva. Y está la presencia de las obras artísticas, el tipo de experiencia que propician con la fuerza de su presencia y el modo en que esa experiencia nos cambia de un modo muy distinto al modo en que lo hace la literatura. Me interesa mucho eso, así como me interesó, en esta novela, “meterme en la cabeza” de una actriz, de un pintor que ya no pinta y de una mujer que cava un pozo para hacer frente al duelo por la persona que amaba.
A Olivia, como actriz, le interesa representar el tema de los niños ferales, o salvajes, que de algún modo también “huyen” de la civilización. ¿Dirías que esa parte es una reflexión sobre el discurso de la modernidad o de fin de la modernidad?
Las historias de niños criados por lobos, osos, leones, monos o cabras nos acompañan desde el comienzo de la Historia, y en tiempos recientes han salido del ámbito nebuloso del mito para convertirse en realidades bien documentadas. Nos dicen algo acerca del modo en que, creyendo que vivimos en el mejor de los mundos y que nuestra forma de vida es la única posible y deseable, en realidad sospechamos que hemos perdido algo y que eso que creemos haber ganado a cambio puede no ser mejor que lo que dejamos atrás. Los personajes de esta novela se sienten niños ferales, incómodos en un mundo que han perdido e incapaces de habitar en uno nuevo, que no comprenden. Y es por esa razón, más que por ninguna otra, que esta novela puede ser considerada contemporánea: habla de cosas que no sólo le suceden a sus personajes, sino al resto de nosotros, atrapados como estamos entre un pasado incorregible y un futuro inimaginable.
¿Crees que la naturaleza secreta de las cosas de este mundo que alguien tome una decisión como la de huir sin avisar, de modo intempestivo?
Pienso que, como dicen mis amigas de Anagrama, la naturaleza secreta de las cosas de este mundo está en las historias que nos contamos y el modo en que éstas proponen orden y sentido a un mundo que parece carecer de ambas cosas.
¿Qué crees que fue lo más complejo durante la escritura de esta novela?
Cuando terminé de escribir esta novela, no tenía agentes, no tenía lectores a los que confiar una primera lectura y, a mis ojos, no tenía editores. Lo más difícil fue creer en las posibilidades de La naturaleza secreta de las cosas de este mundo y en el hecho de que ésta encontraría a sus lectores de algún modo y que su publicación sería un empezar de nuevo para mí como escritor.
En otro ámbito. ¿Qué piensas de la Inteligencia Artificial? ¿Le temes?
Pienso demasiadas cosas, no todas susceptibles de ser impresas en un periódico respetable. En los últimos tiempos he estado escribiendo sobre estas cosas con cierta frecuencia y mi próximo proyecto tiene que ver con ellas también. Dejemos esta conversación para otro momento, ya que el tema es vastísimo.
¿Qué piensas de la elección de Javier Milei como presidente de tu país?, ¿cómo ves el futuro?
Max Brod, el amigo y albacea de Franz Kafka, cuenta que una vez le preguntó a Kafka si había esperanza y que este le respondió: “Por supuesto. Hay infinita esperanza. Pero no para nosotros”.
En Chile, Patricio Pron tendrá tres actividades. La presentación de La naturaleza secreta de las cosas de este mundo el próximo miércoles 29 de noviembre a las 19.00 horas en la Librería del GAM, con Nona Fernández y Diego Zúñiga. Además, el jueves 30 de noviembre, tendrá una entrevista con Álvaro Bisama, a las 10.00 horas en la Facultad de Comunicaciones UDP (Vergara 240); y en la tarde, una conversación con Raúl Zurita a las 19.00 horas en el Centro Cultural Ceina - Sala Multimedia 2. Todas son abiertas y sin inscripción previa.