Para Nicholas Sparks, célebre escritor estadounidense reconocido por best sellers como Diario de una pasión o Un paseo para recordar, Chile no significaba un destino desconocido. Mucho antes de llegar a Santiago para encabezar el cartel del reciente Festival de Autores Santiago (FAS), el escritor ya había escogido a nuestro país como uno de sus destinos turísticos. Por eso, sus recuerdos en tierras chilenas eran de lo más agradables.
“La primera vez vine y estuve dos días en Santiago, después volé a Isla de Pascua y luego pasé ocho días en la Patagonia, donde pude hacer un poco de todo”, recuerda el autor a Culto mientras bebe un té en una de las oficinas de Penguin Random House. “Desde escalar, salir a hacer trekking, andar a caballo... Subí al volcán Villarrica, también, así que pude hacer un poco de todo”.
Antes de arribar en la capital chilena, el estadounidense pasó unos días en Argentina para protagonizar un encuentro con sus lectores trasandinos. En el evento, pudo firmar cerca de 200 ejemplares de Un mundo de ensueño, su más reciente novela romántica. Una muestra del arrastre que tiene su literatura en esta parte del continente, y que lo reafirma como uno de los escritores que más vende en las librerías.
“Por lo general, mi relación con Latinoamérica siempre ha sido muy cercana”, cuenta con una sonrisa de agradecimiento. “En todas las firmas de libros me han recibido muy bien, han sido muy cariñosos, así que siempre tengo una buena experiencia y una buena sensación cuando vengo para acá”.
- ¿Te gusta la idea de las giras para los lanzamientos de libros?
Bueno, no todos los escritores hacen tours. Primero, porque es caro. Son algunos los escritores que hacen esto. Además, es mucho más difícil hacer tours en el extranjero. Pero luego tienes autores realmente famosos como Stephen King o John Grisham, y ellos no hacen nada de giras. Yo sí las hago. Con 11 películas y 25 libros por lo menos he estado en unas 50. Me gustan mucho, lo disfruto, y como lo he hecho tanto, soy muy bueno distribuyendo mi tiempo y energía en ellos. Ya me los sé. Y mis lectores son muy amables, son buena gente. Precisamente porque escribo novelas buenas, agradables. Si escribiera libros sobre asesinos seriales no sé si mis lectores serían tan agradables -concluye entre risas-.
- Esta vez estuviste visitando países en Latinoamérica. ¿Todavía te impacta el hecho de cautivar lectores en lugares lejanos a tu país y tu cultura?
Yo escribo sobre emociones, sobre amor.Y el amor es lo mismo en Chile, en Estados Unidos y en todos lados. En Dubai, Moscú. Y mis personajes tienden a ser bastante universales, que los puedes encontrar en cualquier cultura y país. Policías, bomberos, constructores, artistas, enfermeras, doctores, madres... Eso también es bastante universal.
Una novela fruto del confinamiento
- Al final de Un mundo de ensueño, comentas que se trata de una novela concebida durante la cuarentena. ¿Qué tanto afectó la pandemia a tu trabajo y tu proceso creativo?
La verdad es que mi ambiente fue el mismo de siempre. Siempre he trabajado en casa. Pero cuando escribes en el medio de algo como la pandemia es distinto. De hecho, no quise escribir una historia que tuviera que ver directamente con la pandemia. Pero la realidad es que tuve que igual atender, de alguna forma, a lo que sucedía. Entonces, en el libro, por ejemplo, ella es una estudiante universitaria, y la universidad era con mascarilla, con todas las medidas de precaución, online. No fue esta experiencia divertida de la universidad. Lo sé porque tengo dos hijas en la universidad y lo odiaron. Odiaron el año del covid porque no podían conocer gente nueva y cosas por el estilo.
- En el fondo, sin pasar por alto lo que sucedía en el mundo
Claro, reconocí que había pasado. Y con la excepción de las personas que perdieron seres queridos durante la pandemia, la mayoría de la gente ya lo superó.
- La salud mental fue uno de los grandes temas durante los meses pandémicos, y también se hizo presente en la novela. ¿Era importante para ti hablar de eso en este libro?
En general, para mí es muy interesante escribir sobre la salud mental, y tanto en Estados Unidos como en todo el mundo, hay un estigma en torno a la salud mental. La gente trata distinto a alguien con cáncer que a una persona con esquizofrenia, por ejemplo. Y creo que es un área de la salud importante. Todos deberían preocuparse de su salud mental. Es un tema, pero a la gente no le gusta hablar sobre eso. No le gusta hablar sobre bipolaridad, depresión, esquizofrenia, pero estoy seguro de que todas las familias tienen por lo menos uno o dos casos. O conocen a alguien, o tienen un familiar. Todos están relacionados con alguna persona que esté dentro de estas condiciones. Y perder a alguien en una situación relacionada a la salud mental afecta a su entorno y al resto de la gente tanto como perder a un ser querido por cáncer. Así que pensé que era buena idea escribir sobre eso.
- El arte no está obligado a tocar ciertos temas. Aún así, ¿Te parece importante que la literatura ponga en la palestra algo tan esencial como la salud mental?
En general, trato de escribir una historia que a la gente le vaya a gustar, que sea fácil de seguir leyendo y de pasar las páginas. Y lo otro que intento de hacer es mantener las historias relativamente universales y originales. Por ejemplo, en esta novela hay personajes muy comunes, universales; y, además, al mismo tiempo estoy escribiendo sobre los efectos de la salud mental. Eso hace que la historia se sienta original. Hay una regla muy elemental que intento mantener constante en todos mis libros. Me gusta mantener las cosas de tal forma que sea realista, para que la gente pueda sentirse relacionada con ellas. Quiero que sea interesante y que sea original. Y hay dos de esas cosas que son muy fáciles de hacer. Si haces algo original e interesante puedes salir con un personaje como Hannibal Lecter, pero no es muy universal. No mucha gente ha conocido a alguien como él. El desafío en realidad es que sea original, pero también universal. Mientras se mantiene interesante.
La fórmula detrás de un best seller
Un mundo de ensueño es su libro número 23. Una cifra que respalda varias décadas de escritura prácticamente ininterrumpidas, y que lo han llevado a consolidar un modelo de trabajo que continúa dando frutos. Pero no siempre fue sencillo.
Antes de publicar Diario de una pasión debió enfrentar varios portazos por parte de las editoriales. De hecho, escribió tres novelas antes, y que nunca vieron la luz. Hoy, es consciente de la evolución que ha sostenido durante su carrera.
- ¿Ha cambiado en algo tu proceso creativo durante los años? ¿Lograste, quizás, encontrar una fórmula de escritura para vencer los bloqueos?
Para mí siempre hay bloqueos creativos, porque es difícil encontrar lo universal, interesante y original para cada historia. Pero mi sistema no ha cambiado. Cuando escribo intento redactar 2 mil palabras por sesión. No escribo todos los días, algunos estoy sólo pensando, otros editando lo que ya escribí. Y trabajando de esa forma generalmente me demoro unos seis meses en terminar una novela. Casi todos mis libros han tomado unos seis meses. Sí puedo decir que mis habilidades como escritor han estado mejorando, se han puesto mejores. Por ejemplo, podría haber escrito Diario de una pasión en cualquier momento. Pero no así novelas como Un lugar secreto, que no las podría haber escrito en cualquier momento de mi carrera, porque eran demasiado complejas. Creo que ahora tengo muchas más herramientas que antes, pero el proceso creativo es el mismo todavía.
- Las adaptaciones al cine de tus historias han sido algo fundamental. ¿Cómo valoras ese ejercicio?
Sé que en realidad hay un porcentaje bajo de gente que lee libros. Creo que en Estados Unidos sólo el 15 o el 20 por ciento lee un libro o más al año. En Estados Unidos el 80% de la gente no lee, pero la mayoría ve las películas. Para esa gente yo estoy contento de que existan las adaptaciones, para que puedan conocer mis historias. Y si ver las películas los llevó a leer el libro, entonces genial. Y si el libro te hizo ver la película, también genial.
- Y como escritor, ¿Sigues manteniendo un hábito lector?
Leo cerca de 100 libros al año. Hace poco leí uno que se llamaba Long december, que es un conjunto de varias historias. Y ahora estoy terminando La llama de Hiroito, sobre la segunda guerra mundial. Eso es lo que leo en un tour. Generalmente llevo dos libros por semana cuando viajo. Leo uno de ficción, que puede ser una novela de algún autor conocido, y también uno de no ficción, que puede ser historia, biografía, economía, distintas cosas.
- ¿Y te considerarías un fanático del cine?
Sí, mucho. Más que la mayoría. Me encantan las buenas historias en un libro, en una novela gráfica, en una película, en una serie, en televisión, una obra... Me gustan las buenas historias en cualquier formato.
- Hay muchos autores que son recelosos a la hora de vender los derechos de sus historias. En el caso de las adaptaciones de tus libros, ¿Has quedado satisfecho con el resultado?
Yo estoy contento y en general me he sentido orgulloso de todas las películas. Creo que se han mantenido, en mi opinión, muy cercanas a la historia del libro. Y por supuesto que siempre he entendido que hay una diferencia entre un libro y una película. Un libro es una historia contada con palabras, y la película es una historia contada con imágenes. Algunas cosas funcionan mejor en imágenes que en palabras, cosas entretenidas, como los dinosaurios, el fuego, las persecuciones en auto, los disparos en las guerras. Y otras funcionan mejor con las palabras. La introspección, la historia de los personajes. Se hace lo que se puede para que funcionen.
- Diario de una pasión es una de las clásicas, pero, ¿Hay alguna a la que le tengas más cariño que al resto?
Me encanta Una caminata para recordar. Esa fue la primera película que dejé que vieran mis hijos, además, porque los personajes eran adolescentes y es una historia muy dulce.
- Hoy también existe todo un fenómeno en torno a la literatura digital. ¿Qué te parece que hoy existan espacios como Wattpad, que estimulan la literatura escrita por jóvenes?
Genial, porque todo el mundo tiene que empezar en alguna parte. Y si quieres ser un escritor, la regla número uno es escribir.
- Y es algo muy nuevo, que no existía hace 30 años, cuando tú comenzaste a escribir
Era diferente en algunas cosas, pero en otras sigue siendo exactamente lo mismo. La historia que le gusta a la gente es la que se vuelve más popular.
- ¿Qué consejo le darías a los jóvenes que quieran comenzar a hacer una carrera en la escritura?
Primero que todo, tienen que leer mucho. Leer múltiples géneros, porque los distintos géneros son buenos en distintas cosas. Y tienen que saber cómo hacer las cosas bien a través de distintos géneros para escribir su historia. Por ejemplo, en Un mundo de ensueño hay una parte de la historia que es romántica, pero el otro es mujeres en aprietos, que es un tipo de thriller en particular, como Julia Robert Durmiendo con el enemigo. Pero no podría haber escrito esa parte si no hubiera leído muchos thrillers. Así que primero leer mucho, y segundo, escribir mucho.