“Rostro de Chile”: Proeza de la fotografía nacional vuelve a la materialidad con exposición en el MAC
Este martes 5 de diciembre, en el Museo de Arte Contemporáneo, sede Parque Forestal, se inaugura la exposición que recoge parte de la muestra original inaugurada en 1960; un recorrido visual y social del país en toda su extensión gestado por la Universidad de Chile y grandes maestros de la fotografía como Antonio Quintana, Domingo Ulloa y Roberto Montandón.
Un reencuentro con la comunidad. Esto es parte de lo que se vivirá a contar del 5 de diciembre en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, sede Parque Forestal, con la inauguración de Rostro de Chile, histórica muestra fotográfica del año 1960, que 53 años después vuelve a su materialidad física con una selección de 120 fotografías ampliadas a gran tamaño, tal como la muestra original que junto con su exhibición en la Casa Central de la U. de Chile, recorrió el país y el mundo por cerca de una década.
En esta oportunidad, este patrimonio visual fundamental para el país, se instala en un Museo de Arte Contemporáneo como testimonio de su actualidad. Al respecto, el director del MAC, Daniel Cruz, manifestó que “Rostro de Chile encarna un proyecto de gran peso histórico, vinculado desde su origen con nuestra Universidad de Chile. En su aniversario número 181, la institución nos convoca a reflexionar en torno al país que proyectábamos hace más de sesenta años, y nos hace preguntarnos sobre nuestra actualidad y el país que podríamos ser. A través de fotografías de vigencia absoluta, asistimos a un reencuentro con nuestra identidad, con nuestro territorio”.
Además, agregó, “este valioso patrimonio llega a enriquecer el diálogo con exhibiciones que en ambas sedes del MAC ofrecen una mirada amplia de los aconteceres en el marco de los 50 años del golpe de Estado, en un museo donde confluyen una diversidad de disciplinas y prácticas que fomentan el arte contemporáneo y el conocimiento sin fronteras”.
“Nos alegra poner a disposición de la sociedad esta maravillosa exposición, fruto del trabajo de rescate y protección del Archivo Andrés Bello de la Universidad de Chile. Rostro de Chile forma parte de la memoria cultural de nuestro país, siendo un hito para el arte fotográfico con un alto componente social y público. Rostro de Chile nos permite mirarnos desde el pasado para pensar críticamente el presente”, señaló la Rectora de la U. de Chile, Rosa Devés.
Para Alejandra Araya, académica del Departamento de Ciencias Históricas y una de las promotoras de la puesta en valor de este patrimonio, a partir de acciones como la publicación del libro “Rostro de Chile. Reencuentro con la exposición original de 1960″–disponible en digital para libre descarga-, esta propuesta visual puede leerse en “clave arqueológica”, porque “es una pregunta a partir de restos de una exposición, restos en cuando a la información fragmentada sobre ella en la memoria social, en tanto rastros de un hacer monumental de un viaje por el territorio con cámaras análogas por desiertos, cordilleras, aire y mar y un concepto como el de ‘rostro’ que no es el de retrato, sino que de un modo experimental proponer una lectura, una mirada de una sociedad en cambio cuyo foco son los hombres y mujeres, en su hacer cotidiano”. Por eso dice, a 50 años del Golpe, “proponemos reflexionar sobre el país, si detenido o desaparecido, que construye Rostro de Chile, su recepción y su posibilidad de encontrarse con el hoy”.
Una versión que mantiene el relato curatorial de sus autores del equipo del Laboratorio de Fotografía y Microfilm de la U. de Chile –Antonio Quintana, Roberto Montandón, Mario Guillard y Domingo Ulloa, además de algunos fotógrafos invitados-, relevando desde esa construcción, la mirada de género.
Con cerca de dos años de recorridos, estos maestros de la fotografía produjeron más de 7000 registros, de los cuales se seleccionaron 380, los que se complementaron con imágenes de fotógrafos invitados. Así, en 1960 se exhibieron 410 fotografías, en gran formato, análogas y con ampliaciones a cargo del fotógrafo Domingo Ulloa. Parte de esta construcción visual es la que recoge esta nueva muestra, que constará de 120 fotografías, además de 3 imágenes panorámicas de 7 metros de extensión, y otros recursos como recortes de prensa, documentación del proceso creativo de la exposición, y material digital, incluyendo las fotografías que hoy están custodiadas por la Universidad de Chile.
Sobre este abordaje actual de la muestra, la encargada de la Colección Archivo Fotográfico del Archivo Central Andrés Bello, Andrea Durán, relevó que este es “un nuevo montaje que ofrece una experiencia reflexiva sobre nuestro pasado y su relevancia en el presente. La exposición, lejos de ser una simple mirada conmemorativa, representa la reactivación de un diálogo con sus creadores de 1960 que soñaban con un Chile distinto”.
Monumento histórico Nacional
Como una forma de ahondar en la misión de proteger, poner en valor y divulgar el patrimonio nacional, es que la Casa de Bello, a partir del Archivo Central Andrés Bello, ingresó una solicitud de declaratoria de Monumento Histórico Nacional, ingresada el jueves 13 de octubre de 2022, a 62 años de la inauguración de esta trascendental muestra, ante el Consejo de Monumentos Nacionales.
Mediante una carta de la Rectora Rosa Devés, y una de la directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, el plantel solicitó formalmente esta categoría para los 325 negativos, soporte material de estas imágenes que hoy resguarda la U. de Chile, la cual fue aprobada en noviembre de ese año por dicha instancia. Finalmente, el 6 de noviembre de 2023 se publicó la declaración de Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico.
Un patrimonio en construcción
Como parte de este proceso de puesta en valor, y la inauguración de esta exposición, otra de las novedades es una inédita donación de archivos fotográficos, documentos y negativos por parte de la familia del pedagogo Rodrigo Magnere Bustos. Por una visita a un encuentro fotográfico donde estaba el equipo del Archivo Central Andrés Bello con el libro Rostro de Chile, Magnere interactuó y se puso en contacto con el núcleo patrimonial de la U. de Chile.
La familia de Magnere llevaba los asuntos contables de la señora Enriqueta Silva Panizza, esposa de Antonio Quintana, quien luego de la muerte del fotógrafo, volvió a su país natal, Uruguay. Fue por ese traslado que llegaron a la familia de Magnere paquetes que contenían libros, fotografías y documentos. Por este casual encuentro es que la familia tomó la decisión de resguardar estos materiales en la U. de Chile.
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