Caracortada: 40 años de una joya del cine gansteril

Caracortada: 40 años de una joya del cine gansteril

Un 9 de diciembre, pero de 1983, se estrenó en cines la película dirigida por Brian De Palma y encabezada por Al Pacino. Pese a ser continuamente reverenciada, fue foco de polémicas antes de llegar a la pantalla grande y cuando debutó en salas generó reacciones opuestas. Al final, se impuso la exuberancia de su personaje principal, el irascible Tony Montana.


A inicios de los 80, Al Pacino entró al Tiffany, un cine de Los Angeles ubicado en West Hollywood. El actor, entonces una estrella por derecho propio, se acomodó en su asiento y se entregó a las imágenes que se empezaron a proyectar en la sala: las de un drama gansteril sobre un tal Tony Camonte, un inmigrante italiano que asciende en el crimen organizado de Chicago y aplasta a todos sus oponentes.

La película en cuestión, Caracortada, dirigida por Howards Hawks y estrenada en 1932, le cortó el aliento. Tan pronto como se recompuso, el intérprete llamó al productor Martin Bregman con la idea de intentar realizar un remake a partir de ese largometraje. Su dupla creativa se plegó a su entusiasmo y empezaron a trabajar en el proyecto.

Por años, Bregman contó la historia al revés, señalando que la idea provino de él. Como fuera, actor y productor estuvieron de acuerdo en que la dirección debía quedar a cargo de Sydney Lumet, con quien habían trabajado en Serpico (1973) y Tarde de perros (1975), pero el cineasta pronto se desligó del trabajo. Durante el período en el que estuvo implicado, Lumet alcanzó a sugerir un cambio crucial: que el protagonista fuera cubano y el filme se ambientara en Miami, tomando como inspiración la oleada migratoria que llegó a Estados Unidos desde La Habana a comienzo de los 80.

Ese ajuste fue la semilla que definió buena parte de los rasgos que explicarían el carácter icónico de la nueva versión, escrita por Oliver Stone y dirigida por Brian De Palma. El realizador de Carrie (1976) imaginó a Florida como un mundo decadente en el que, en medio fiestas alumbradas con luces de neón y mansiones engalanadas con dudoso gusto, Tony Montana escalaba como una fuerza formidable y amoral, hasta que se genera su inevitable caída. Una película que se erige como feroz desde el instante en el que el socio del protagonista muere producto de un ataque con una motosierra.

Pacino, un obsesivo cuando se trata de alistarse para un nuevo rol, dedicó parte de su preparación a conversar con Steven Bauer, quien daba vida a su mano derecha en la ficción. Nacido en Cuba como Esteban Ernesto Echevarría Samson, el intérprete le enseñó algunas palabras en español y trabajaron en su pronunciación antes del inicio del rodaje, aprovechando que eran vecinos en Malibú.

Además, el actor de la trilogía El Padrino estuvo implicado en decidir quién debía encarnar a Elvira, la esposa del mentor de Montana que luego se convierte en su pareja. A pesar de que no era su favorita, una veinteañera Michelle Pfeiffer se adueñó del papel y brindó una actuación eléctrica en pantalla. En más de una ocasión, ella ha bromeado con que lo convenció cuando, por accidente, le produjo un corte durante la escena que debían realizar durante la audición.

Si la cinta original era recordada por haber sido controversial, la Caracortada de Brian De Palma tuvo que librar una dura batalla para conseguir su estreno en salas. El sistema de calificación cinematográfica de EE.UU. (MPAA, por sus siglas en inglés) lo rotuló inicialmente con “X”, la mayor restricción para un largometraje, debido a “violencia excesiva y acumulativa y por el lenguaje”. El director les envió versiones ligeramente diferentes para conseguir que esa decisión cambiara, hasta que, en un tercer intento, optó por mandar la película tal cual la había concebido. Para su sorpresa, el organismo reconsideró su dictamen y aterrizó en los cines con la calificación “R” (menores de 17 años deben entrar con un adulto).

Una vez que llegó a la cartelera, en diciembre de 1983, el recibimiento fue dispar. “Aparte de una actuación inquebrantable, intensa y extraordinaria de Al Pacino como el gánster cubano Tony Montana, hay poco que recomendar de este espantoso estreno”, opinó The Hollywood Reporter, asegurando que “este filme está poblado de caricaturas”.

El público no la transformó en un éxito durante su recorrido por el circuito de exhibición. Ya sea por su contenido gráfico o por su agria interpretación del sueño americano, el filme no llenó las salas. Sin embargo, cuando se lanzó en el formato casero la historia fue otra y Caracortada se constituyó como un fenómeno. De pronto, en la pantalla chica, sus virtudes fueron apreciadas con justicia. La exuberancia de Tony Montana cortejó al público y se encumbró como un personaje de permanente referencia. Era la punta de lanza de una obra impetuosa y desafiante con su propia época.

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