El momento exacto -y breve- en que se desataron las risas fue el que Luis Poirot de la Torre captó con su cámara. Rápido, entendió que estaba frente a un momento irrepetible. Entonces, solo disparó. “Pablo Neruda estaba riéndose, justo le estaba haciendo una broma a Volodia Teiltelboim, y Volodia no se enteraba que le estaba tomando el pelo”.

Poirot captó una foto del poeta riéndose, que ha pasado como una de las fotos icónicas del Premio Nobel de Literatura 1971. Hoy, confiesa a Culto que es una de sus fotos favoritas. “A mí me gusta mucho. Era la foto preferida de Matilde, la viuda, porque lo mostraba con el sentido del humor que tenía”.

Hoy, esa foto y otras pueden volver a verse en la exposición Neruda, 50 años, ubicada en la Galería Foto y Barrio, en Barrio Italia. Parte de una muestra que recopila las imágenes que Poirot hizo del poeta y que ha recorrido Europa. Esto, como un homenaje al 50 aniversario de la muerte del parralino y como una forma de acercar ese trabajo a las nuevas generaciones.

“Hace tiempo que no se mostraban esas fotos en Chile. Surgió una conversación con (Miguel Ángel) Larrea de hacer algo. Conversando, surgió lo de Neruda, me dijo que varias generaciones ya no conocen ese trabajo tuyo, sería bueno volver a mostrarlo”.

Poirot abordó al hombre de Canto general en dos dimensiones: a través de retratos y del registro de su casa en Isla Negra. Sobre lo primero, todavía recuerda esas sesiones. “Lo que casi nadie conoce es que (Neruda) era un personaje con mucho sentido del humor, se reía mucho. Tenía un sentido del humor sutil, inteligente. Yo tuve el privilegio de estar a solas con él y era muy sencillo para hablar, para conversar. No te echaba encima la gran figura que ya era, sino que se aproximaba. Era muy fácil conversar con él”.

Y sobre lo segundo, en 1980 fue la mismísima Matilde Urrutia quien le permitió entrar a la casa de Isla Negra cuando esta se encontraba cerrada por orden judicial debido a un juicio. Esas fotos también se pueden ver en la muestra. “A mí me impresionan mucho los mascarones, que son como los fantasmas que están habitando la casa. En ese momento ya estaba vacía, entonces (las fotos) las hice en relación a la memoria”.

-Él coleccionaba muchos objetos en la casa...

Él dijo que coleccionaba objetos porque sentía que tenían la presencia de las personas que los habían tenido y él esperaba que cuando él no los tuviera, se hubieran teñido de su presencia y hablaran de él. Eso fue lo que yo sentí: que los objetos, los mascarones, las cosas caprichosas de repente hablaban de la presencia de Neruda.

-¿Cómo fue que accedió a fotografiar a Neruda?

Fueron varias veces, la primera vez fue un encargo de la revista Paula donde yo trabajaba. Fui a verlo y tuve un buen contacto con él. Después yo lo llamé, Chile era un país chiquitito donde todos nos conocíamos, era más fácil relacionarse con las personas. Entonces lo llamé y le comenté que para una exposición que estábamos organizando varios fotógrafos queríamos ver la posibilidad de que nos dejara usar un texto suyo. Él accedió inmediatamente. Fue la segunda vez que pude estar a solas con él y fotografiarlo. Después hubo una tercera vez, cuando ya le mostré el trabajo definitivo.

-En relación a la memoria y especialmente este año 2023 cuando se conmemoraron 50 años del Golpe y también 50 años de la muerte de Neruda, ¿qué rol tiene la fotografía en ese sentido?

La fotografía es memoria. La fotografía no se entiende sin la memoria y uno reacciona a la fotografía no en base a la memoria racional, sino a la memoria emocional. Tiene que ver esencialmente con eso, con la memoria y un aniversario como los 50 años ha jugado un rol muy importante en que no se olvide el recordar.

- Sus retratos de Neruda han sido expuestos en lugares muy remotos. ¿Cómo cree que es visto Neruda en otras latitudes?

Yo me sorprendí mucho hace dos o tres años atrás, cuando tuve una exposición en la India en dos ciudades, Delhi en Bombay. Me di cuenta de lo conocido que era Neruda, estaba traducido al hindú, y tenía varios libros publicados. Era muy conocido no solo por los intelectuales, sino por toda la gente que le gusta leer poesía. Y así en varios países donde he estado me ha llamado la atención eso lo conocido y apreciado que es.

-Usted ha retratado a otros escritores y escritoras, además de figuras muy relevantes del arte y la cultura, ¿cree que en el marco de los 50 años las muestras y homenajes a Neruda fueron suficientes para recordar al Nobel?

Nunca es suficiente el agradecimiento que le debemos a nuestras grandes figuras como Neruda, como Víctor Jara, como Gabriela Mistral, siempre es importante tenerlos presentes. Ellos están presentes en su vida, en nuestras vidas y siempre yo creo que hay que recordarlo y estar orgullosos de ellos.

La muestra Neruda, 50 años se encuentra en exhibición entre el 12 de diciembre y el 14 de enero en la Galería Foto y Barrio (Condell 1342, Providencia).

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