En Fargo (1996), la película de Joel y Ethan Coen, el secuestro se producía porque el personaje encarnado por William H. Macy estaba desesperado por conseguir dinero y no se le ocurría nada mejor que tomar la fortuna de su suegro montando una operación en que se exigía una millonaria suma por el rescate de su propia esposa (Kristin Rudrüd). Para ejecutar el trabajo, recurre a dos malhechores, los personajes de Steve Buscemi y Peter Stormare. Las consecuencias de esa idea son fatales y se desata un baño de sangre en Dakota del Norte.
En el año 2019, un nuevo secuestro ocurre en esas mismas tierras. Una dueña de casa llamada Dorothy Lyon (Juno Temple) es raptada por dos hombres armados y encapuchados que tienen la tarea de llevarla con vida ante la persona que los ha contratado. Sin embargo, los captores –y los espectadores– ignoran que ella está más capacitada que el promedio para intentar zafar del ataque, complicando una operación que esperaban fuera un trámite.
Ese es el detonante de la trama de la quinta temporada de Fargo, la serie creada por Noah Hawley a partir de la cinta de los hermanos Coen. Estrenada en Chile a través de los canales de DirecTV y la plataforma DGO, la nueva tanda de episodios revisita y reinterpreta algunos sucesos emblemáticos del filme original, construyendo su propio arco donde confluyen la codicia, el engaño, la violencia y el absurdo. Un regreso que esta semana se adueñó de tres nominaciones a los Globos de Oro.
“Él es un creador con un gran intelecto y comprende cada aspecto detrás de escribir una continuación del filme y hacerlo con un tono increíblemente propio. Uno del que creo se hablará durante las generaciones venideras, porque es muy brillante”, plantea a Culto Juno Temple en alusión al guionista y productor que se desempeña como cerebro de la producción.
La inglesa es una de las grandes ganadoras del nuevo ciclo, al tener la oportunidad de dar vida a una mujer que, dependiendo de quien sea su interlocutor, puede lucir delicada, dulce y letal. Como se revela durante el primer capítulo, no es sólo una esposa y madre amorosa que cae presa de un complot que involucra dinero, sino que –y eso se va despejando a medida que la historia avanza– un personaje con un pasado turbulento que se aferra con su vida a todo lo que ha conseguido tras casarse y formar familia con Wayne Lyon (David Rysdahl).
Temple la llama una “increíble criatura llena de oscuros secretos de su pasado”. “Cada día aprendía algo nuevo mientras la interpretaba”, señala la actriz, quien tuvo que compatibilizar este rodaje con las filmaciones de la última temporada de Ted Lasso. “El acento ocupó una parte muy importante de mi preparación, aunque también era muy importante para la comedia. Aprendí mucho sobre eso”.
Su papel tiene como principal rival a su suegra, Lorraine Lyon (Jennifer Jason Leigh), una mujer que no sólo tiene una gran fortuna sino que importantes influencias. “Sus líneas de diálogo son increíblemente buenas. Fue muy divertido poder decir todas esas cosas en voz alta e interpretar a alguien con esa confianza, alguien que entra a una habitación y básicamente se apodera de ella, porque literalmente podría comprarla. No le tiene miedo a nadie”, afirma la actriz de Los 8 más odiados (2016). La excepción, dice, es el impredecible personaje de Juno Temple. “Dot se convierte en toda una revelación para ella”.
En la nueva temporada Noah Hawley también lanza dardos que apuntan a un Estados Unidos posterior a Donald Trump. Uno de los personajes que canaliza de manera más clara ese acento es el sheriff Roy Tillman (Jon Hamm), un hombre fervientemente religioso y conservador que se considera a sí mismo la encarnación de la ley.
“En su mente él se siente protegido, porque cree que en cada cosa que hace cuenta con el apoyo de Dios”, indica Hamm, aquí a cargo de uno de los roles más suculentos de su carrera después del éxito de Mad men. Detalla una conversación con el creador de la ficción. “Al comienzo de la serie, él me dijo: ‘Realmente espero que mucha gente odie a este tipo y a mucha gente le guste’. Él hace muchas cosas dignas de un villano, pero su enfoque tiene sentido en su mente y tiene sentido para las personas que piensan como él”.
“Él tiende a acomodar las reglas a su favor cada vez que puede. Creo que vemos eso con mucha gente hoy en día, que piensan que las reglas son para otros y no para ellos. Parte de lo que hace la serie es decir que eso es insostenible”. Hamm describe a Fargo como “un cuento moral, pero que también es capaz de resonar, porque no estás necesariamente seguro de con cuál lado se supone que deberías estar”.
Admirador confeso de la producción de Hawley, el actor cuenta que volvió a revisar el primer ciclo, estrenado en 2014, en particular la labor de un colega. “Lo que hizo Billy Bob Thornton en la primera temporada fue tan delicioso, aterrador, específico y divertido, que realmente marcó el tono de toda la serie”, apunta. “Fue muy divertido contar nuestro pequeño capítulo, un pequeño rincón de este universo”, concluye.