Es un debate que desde hace tiempo agita a la opinión pública estadounidense: el veto al que están siendo sometidos muchos libros debido a referencias sexuales o relativas a temáticas LGBTQ, sobre todo aquellos destinados a la educación en colegios.
En muchos estados, se considera que un puñado de textos pueden vulnerar las actuales leyes y no aparecen como apropiados para ser recibidos por menores de edad. Ellos han sido soslayados de los programas educacionales, en general de las bibliotecas personales que los profesores presentan en las aulas.
Así al menos está sucediendo en Florida, donde el periódico Orlando Sentinel, el principal diario de Florida Central y con sede en Orlando, publicó la semana pasada un extenso listado a dos páginas que enumera los 673 libros que han sido retirados de las aulas en el condado de Orange en 2023.
Se trata del quinto condado más poblado del estado de Florida.
La razón: los ejemplares han sido sacado de las escuelas por temor a que precisamente puedan vulnerar leyes estatales que restringen cualquier material con “referencias sexuales” o contenido LGBTQ en educación.
El distrito escolar ha ordenado a los profesores que tengan cualquiera de los 673 libros en los estantes de sus aulas que los retiren. Además, el personal de las Escuelas Públicas del Condado de Orange (OCPS) revisará la lista de libros rechazados una vez más, con el propósito de reforzar el veto o, por el contrario, que alguno de ellos pueda volver a los colegios.
Según señala otro periódico, The Hill, la lista surge de dos leyes de Florida firmadas por el gobernador republicano Ron DeSantis. En ellas, se exige que una comisión de especialistas revise libros en bibliotecas y aulas, y excluyan libros que incluyan contenido sexualmente lascivo o pornografía. La legislación también pretende dar a los padres una mayor capacidad para plantear objeciones a la educación de sus hijos.
Eso sí, los libros prohibidos responden a aquellos encontrados en las aulas de los profesores, no en las bibliotecas escolares. Por lo demás, no todos los libros eran necesariamente parte de la instrucción requerida, pero estaban disponibles para los estudiantes si querían leerlos.
Los libros mencionados cubren un amplio arco histórico, y van desde clásicos de todos los tiempos hasta novelas contemporáneas. Por ejemplo, hay obras de Jack Kerouac (En el camino); Philip K. Dick (Blade runner); Gustave Flaubert (Madame Bovary); Federico García Lorca (La casa de Bernarda Alba); Haruki Murakami (Kafka en la orilla), Margaret Atwood (El cuento de la criada), George R.R. Martin (Juego de tronos), Ken Follett (Los pilares de la tierra), Laura Esquivel (Como agua para chocolate), Gabriel García Márquez (El amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte anunciada), Dan Brown (Ángeles y demonios), Hermann Hesse (Siddhartha) y Ian McEwan (Amsterdam).
También están Viet Thanh Nguyen, Toni Morrison, Joyce Carol Oates, Neil Gaiman y Chuck Palahniuk, entre muchos otros.
Por el lado chileno, aparece la exitosa autora Isabel Allende, con dos de sus obras medulares: su debut, La casa de los espíritus (1982) y el más reciente Más allá del invierno (2017).
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