Dulce y Agraz es el nombre artístico de Daniela González, cantautora de veinticinco años oriunda de Concepción. Publicó su primer single en 2015, pero el álbum de estudio, Trino, llegó en 2018, y hoy, se posiciona como una de las artistas de pop alternativo más importantes de la industria musical nacional.

En noviembre de 2023 anunció un gran cambio: emigrará a México para impulsar su carrera musical en el extranjero. El viaje se concretará en abril de este año, y en Culto, conversamos con la artista sobre su trayectoria en Chile, su futuro, los anhelos y el prometedor proyecto que emprenderá en el país norteamericano.

La intérprete viajó a México en octubre del año pasado para realizar algunas presentaciones, la idea de cruzar la frontera de manera definitiva rondaba en sus pensamientos hace algún tiempo, sin embargo, este viaje fue definitorio para dar el gran paso: “Fui a dar un concierto en el Foro del tejedor que funcionó increíble, se vendieron muchas entradas. Creo que México me hizo tomar conciencia del valor que otorgan las personas por la música en ese país y cómo viven la música. Después de vivir eso, pensé que México tenía un ecosistema en el que necesitaba insertarme como artista para vivir otras experiencias”.

Las motivaciones para emigrar “son muy personales, mezcladas con lo laboral, las dos cosas tienen que ver. Somos seres humanos, es muy difícil evolucionar, cambiar, transformarse si tu contexto sigue siendo el mismo siempre, y en ese sentido, siento que toqué fondo con Chile. Hoy es una industria que ya me entregó todo lo que tenía que entregarme”, comenta la intérprete de Me reparto en ti. “No siento motivaciones para crecer más acá, llevo más de ocho años haciendo música en Chile. Toqué fondo, y para poder evolucionar, transformarme, ir hacia otro lugar, siento que es imprescindible cambiar de contexto”, agrega.

Esta no es la primera vez que una cantautora se radica en otro país para expandirse, como persona tanto como artista, de manera profesional. Uno de los ejemplos más reconocidos es el de Mon Laferte: la participante de Rojo, quien en 2007 viajó al país azteca, en donde alcanzó reconocimiento internacional, que al momento le ha valido el reconocimiento de los Latin Grammy en más de una ocasión.

Pedropiedra, intérprete de Inteligencia dormida, también emigró recientemente. Realizó como despedida el concierto ¡Hasta pronto! en Matucana 100 en marzo de 2023. “Voy con disco nuevo bajo el brazo y con muchas ganas de seguir desarrollando mi carrera en un país tan grande y acogedor”, declaró el cantante previo a su viaje.

Dulce y Agraz en Lollapalooza 2022. Fotografía de Ramón eMe

México, además de poseer una gran variedad de atractivos turísticos, se destaca por tener una rica variedad cultural, lo que se refleja en la inmensa diversidad sonora que se encuentra entre los músicos que ahí emergen. El país tiene un atractivo poderoso para los artistas, y para Dulce y Agraz no fue la excepción: “El año pasado también viajé a Buenos Aires, estuve tres semanas allá pensando que ahí se podía hacer un lugar para emigrar, luego estuve una semana en México y esa semana bastó para sentir que ese era el lugar propicio para poder abrirme personal y profesionalmente”.

Además, añade: “Chile es un país pequeño, musicalmente hablando, no es como que tú puedas imaginarte que puedes hacer todo, en cambio, creo que México te ofrece la oportunidad de imaginarte a ti mismo en cualquiera de las posibilidades musicales. Incluso lo más raro ahí también florece, hay una industria que de alguna manera reafirma”.

Tercer álbum de estudio

Ciudad de México es la residencia escogida para comenzar la travesía. Sobre sus primeros planes, Dulce y Agraz comparte que, musicalmente hablando, comenzará a grabar su tercer álbum de estudio, que ya inició el proceso de producción en 2023. “Es un disco que quiero grabar con Felipe Castro y Sebastián Aracena. No tengo mucho más planeado, voy a ir a sentir qué es lo que tengo que hacer”.

Castro y Aracena, productores chilenos radicados en México, han trabajado con Francisca Valenzuela, Los Bunkers, Benjamín Walker y Mon Laferte, con trabajos que han recibido el reconocimiento en la categoría correspondiente de los Latin Grammy.

“Para mí es una gran fortuna trabajar con ellos, son personas tremendamente talentosas y tremendamente amables también, es un grupo humano muy grato para trabajar”, comparte la cantautora. “Nosotros nos conocemos hace tiempo, Sebastián Aracena grabó varias guitarras para Trino, en 2020 hicimos Quiero que seas tú –parte del soundtrack de la serie de Netflix El niñero–. A Felipe lo conocí cuando era parte de la banda Primavera de Praga, hace muchos años, pero lo conocí con más profundidad en México, mientras trabajábamos en mi tercer álbum”.

Castro y Aracena “tienen una mirada mucho más transversal de la música y creo que eso es lo que estoy buscando también afuera, porque han trabajado con muchos artistas de distintos estilos y se mueven en una industria donde pasa de todo. En Chile los músicos estamos constantemente contaminados por el contexto, por ejemplo, la música en Chile es muy política o muy trapera, entonces los artistas más independientes o de géneros más alternativos no tenemos mucho espacio en verdad, no sabemos hacia dónde evolucionar, no hay industria realmente”.

La trayectoria musical de Dulce y Agraz incluye el premio a Mejor cantautora de los premios Pulsar, además de varios singles, EP y dos álbumes. El primero, Trino, se público en 2018, lo siguió Albor en 2020. Sobre el tercero aún no revela mucha información: “Está en proceso, entonces es difícil definir ciertas cosas de cómo suena, pero hasta el momento puedo decir que es un trabajo más desprejuiciado. Muy romántico y muy soñador. Es tan simple como profundo, porque en el fondo es una reinvención, tratando de sacarme de mi contexto, buscándome. También creo que es uno de los álbumes más pop que he hecho, pero no puedo decir en qué va a terminar, porque aún no lo sé”.

Una artista interdisciplinaria

La música no es su única forma de expresión, la poesía y el teatro han sido áreas fundamentales en su trayectoria. Estudió Teatro por dos años, y publicó el poemario La piel, pieza que acompaña al EP homónimo. “Siento que soy una artista interdisciplinaria antes que música. La música fue mi lenguaje madre, pero luego me fui desarrollando muy de la mano de la poesía, y luego ya del teatro en temas de expresividad y puesta en escena”, señala al respecto.

“Me gusta tener una mirada integral de las cosas, y el teatro contiene todo eso: la poesía, la dramaturgia, la música; entonces es un oficio que yo admiro mucho. Me parece increíble que los seres humanos necesitemos de la representación externa para mirarnos a nosotros mismos, para reconocernos; desde ese lugar encuentro que es increíble que el teatro exista, cumple un rol importantísimo en el mundo y yo quisiera también aplicarlo, ejecutarlo en mi proyecto y he encontrado distintas formas de hacerlo”, reflexiona.

Sobre la interdisciplinariedad en el arte, Dulce y Agraz, comenta que le gusta mucho cuando las distintas disciplinas se enfrentan y entrelazan, se funden. “Creo que estamos en una época muy trans, en todo sentido, en donde empezamos a entender la muerte del binarismo, y donde también empezamos a disolver los límites de todo, del género, de las disciplinas, de los roles, entonces me inspira todo lo que esté entre medio de”.

Un último tour para agradecer

Para concretar su traslado, la artista se presentará en distintas ciudades del país con el Últimas Canciones Tour. A la fecha, hay programados cuatro conciertos entre el final de febrero y el inicio de marzo, pero adelanta que se confirmarán fechas en Santiago, Antofagasta, La Serena y quizás en Valparaíso. “Con el tour espero agradecer en verdad. Organizamos estas fechas para hacer una despedida y agradecer a todas las personas que me han ayudado a construir este camino, obviamente un artista no es nada sin su público, sin cada persona que escucha, que se conmueve y que aporta también en este camino”.

La grabación de tercer álbum y el viaje son proyectos que llevan gestándose varios meses; dar el paso y decidir viajar, es la punta del iceberg, según Dulce y Agraz. Es un proceso contradictorio, que la hace sentir fuerte y frágil al mismo tiempo, pero es algo que le gustaría mantener: “Es necesario comulgar también con la propia fragilidad y sostenerla, y a la vez ser fuerte para confiar en las decisiones que uno toma desde la vulnerabilidad y desde la fragilidad, creo que es importante vivir esa dualidad”.

“Ciudad de México es una ciudad gigante y México es un país aún más grande, y pasan muchas cosas. Ahí existe la posibilidad de cumplir tus sueños, de soñar y de comulgar con esta parte muy frágil. Pero a la vez que ocurre todo eso, no eres más que un punto en el universo y eso se nota demasiado, pero también me gusta”, comparte.

Dulce y Agraz asegura que México será un paso en el gran camino que está por recorrer. En 2024 realizará una gira por el país de destino, y además, llegará al continente europeo para una gira por España. Estados Unidos es otro de los eventuales objetivos que la cantante se propone, pero en definitiva, confía en el proceso y está preparada para agradecer y despedirse de Chile.

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